Medio Ambiente realiza un estudio para identificar y controlar los mosquitos en el Prat de Cabanes-Torreblanca
El estudio concluye que no existen focos de riesgos sanitarios para la población humana
El estudio, que lleva por título “Control biológico de mosquitos picadores en el Parque Natural del Prat de Cabanes-Torreblanca”, es obra del colaborador del departamento de Microbiología y Ecología de la Universitat de València, Juan Rueda, y ha sido financiado por la Conselleria de Medio Ambiente. La investigación se ha realizado entre 2005 y septiembre de 2008.
Durante el desarrollo de la investigación se han capturado y determinado la presencia en el Prat de más de 100.000 larvas de mosquito correspondientes a 10 especies y cinco géneros, todos incluidos en la familia de los culícidos.
En el Prat de Cabanes los focos de mosquitos se ubican preferentemente en zonas donde se acumula el agua de las lluvias, ya que, al ser aguas temporales, no cuentan con la presencia de peces (el depredador natural de los mosquitos). También son frecuentes en charcas, saladares y algún canal colmatado, que no permita la presencia de los peces.
Además, la presencia de estos focos está directamente relacionada con el ambiente. A años más húmedos corresponde una mayor presencia de focos. Si en 2005, año muy seco, se detectaron 16 focos de mosquitos en el Prat; en 2008, la cifra se elevó a 169, al tratarse de un año mucho más húmedo.
El trabajo, limitado dentro del parque natural a aproximadamente 50 hectáreas del término municipal de Torreblanca, señala que la familia de mosquitos mayoritaria en El Prat son los culícidos. Estos se caracterizan por producir picaduras y succionar la sangre. Además, los culícidos pueden ser en algunos casos transmisores de enfermedades a personas, aves y otros mamíferos; sin embargo, las patologías susceptibles de transmisión no se encuentran en España actualmente o están erradicadas.
Dentro de los culícidos, destaca la presencia en el Prat de Cabanes-Torreblanca del Culex pipiens; Ochlerotatus caspius; y Ochlerotatus detritus. Cabe resaltar asimismo que no se ha constatado la presencia del “mosquito tigre” (transmisor de enfermedades tropicales) ni de mosquitos que puedan transmitir la malaria (uno de los objetivos del estudio).
Conclusiones del estudio
Entre otras conclusiones, el estudio apunta que en El Prat no hay actualmente especies “conflictivas” para la transmisión de enfermedades. Añade el trabajo que en las lagunas permanentes –las singulares de este parque natural- no se constata la presencia de mosquitos. Ello se debe, en gran medida, a la presencia de predadores detectados en sus aguas, entre ellos dos especies autóctonas, el fartet y el samaruc, y principalmente la especie exótica invasora Gambusia holbrooki.
Asimismo, concluye el trabajo, los focos que existen en los saladares y en las aguas temporales se encuentran controlados. No obstante, el estudio recuerda que los mosquitos pueden producir reacciones alérgicas, por lo que es recomendable el uso de elementos preventivos como repelentes o mosquiteras.
El estudio concluye que en ningún caso deben utilizarse insecticidas químicos por incidir sobre otros organismos, en los que se incluye el ser humano. Por esta razón las actuaciones de la Conselleria de Medio Ambiente emplea un larvicida biológico para erradicar los focos de riesgo.
Actuaciones de Medio Ambiente
La Conselleria de Medio Ambiente realizó más de 100 tratamientos biológicos para la destrucción de larvas de mosquito en 2008, y una fumigación mediante avioneta en las zonas menos accesibles. Estos tratamientos y las visitas de control e inspección se realizan con una periodicidad semanal.
El tratamiento consiste en la utilización de un larvicida biológico (Bacillus thuringiensis variedad israelensis). Se trata de una bacteria que, cuando es ingerida por la larva, produce la destrucción del tubo digestivo de la misma. Además, el proceso actúa de manera inmediata.