La Diputación transforma el patrimonio gastronómico provincial en un incentivo turístico para el interior de la provincia
La Diputación de Castellón va a aprovechar los fines de semana de septiembre y octubre para hacer del patrimonio gastronómico castellonense un incentivo turístico para el interior de la provincia. A través de 'Castelló, Ruta de Sabor', marca creada por Moliner en 2013 para promocionar la cocina castellonense y apoyar al sector agroalimentario, y de la mano de la marca turística 'Alt Maestrat, human land', el Gobierno Provincial ha impulsado la primera edición de las Jornadas Gastronómicas 'Sabors de l'Alt Maestrat'.
Así, desde el pasado fin de semana y todos los sábados y domingos hasta el próximo 29 de octubre, tanto Benassal, como Culla, Catí y Ares del Maestrat aprovecharán que "somos la mejor despensa del Mediterráneo para convertir la gastronomía del Alt Maestrat en una herramienta para que vecinos y visitantes saboreen la esencia de nuestra tierra".
El diputado responsable de 'Castelló, Ruta de Sabor, Pablo Roig, ha destacado que esta iniciativa se engloba dentro de la amplia batería de acciones impulsada desde la institución provincial al objeto de convertir el "rico y variado patrimonio gastronómico que atesora nuestro interior en un motor de desarrollo y un dinamizador del territorio".
En este sentido, Roig ha resaltado que "Castellón cuenta con una excelente tradición culinaria a la que resulta difícil resistirse, pero que es necesario dar a conocer. Por ello, desde la Diputación apoyamos este tipo de iniciativas, que se repiten a lo largo de nuestra provincia, para poner en valor nuestra cocina y generar oportunidades para el territorio".
Doce restaurantes inscritos
Cabe destacar que en esta primera edición de las Jornadas Gastronómicas 'Sabor de l'Alt Maestrat' participan hasta 12 restaurantes de los cuatro municipios. En todos ellos, ha explicado Roig, "se podrá paladear el sabor del Alt Maestrat y su cocina tradicional con precios muy asequibles".
La gastronomía del Alt Maestrat se basa en productos obtenidos del campo, la ganadería y la caza. Su cocina es de carácter rural, con platos tan representativos como el cordero, el conejo con caracoles, el ternasco o la Olla del Maestrat. También son destacables los embutidos, los turrones artesanos, la golosa repostería, el aceite de oliva, la cuajada, el requesón, la miel, las setas... y, sobre todo, los quesos de excelente calidad y variedad. Además, este territorio es especialmente privilegiado para la proliferación de la trufa, tanto la de invierno como la de verano.