Descubre las entrañas de la otra 'Capilla Sixtina' valenciana que te dejará boquiabierto y que muchos desconocen
La más conocida es la de San Nicolás de Valencia, pero atención, otra joya se oculta entre las montañas valencianas
Situado en el corazón del Alt Maestrat, el Santuario de la Mare de Déu de l'Avellà es un tesoro artístico que se alza en medio de la naturaleza, rodeado de montañas y bosques de encinas. A unos cinco kilómetros de Catí y a una altitud de 960 metros, esta ermita es mucho más que un sitio de devoción; su interior deslumbra por la riqueza de sus frescos, comparables en su esplendor a una pequeña "Capilla Sixtina".
Aunque la más conocida está en la ciudad de Valencia: la Iglesia de San Nicolás, conocida popularmente como la "Capilla Sixtina Valenciana". Este templo gótico, decorado con exuberantes frescos barrocos, se ha convertido en una visita obligada para los amantes del arte y la historia. La Iglesia de San Nicolás, dedicada a San Nicolás de Bari y San Pedro Mártir, es un verdadero espectáculo para los sentidos, al igual que los frescos de la ermita de Santa Bárbara de Burriana, pero atención porque la de l'Avellà no se queda atrás.
El conjunto del santuario incluye la ermita, la casa del ermitaño y la célebre Font de l'Avellà. La ermita, con su fachada blanca y sencilla, fue construida en el siglo XVIII en lugar de una anterior del siglo XVI, y es conocida por sus magníficos frescos realizados por el pintor Pasqual Mespletera de Sant Mateu. En sus bóvedas y muros, estos frescos no solo representan escenas religiosas, sino que envuelven al visitante en una atmósfera de misticismo y belleza. Las restauraciones, incluyendo las aportaciones de Francesc Blasco, han resaltado aún más su esplendor, preservando los detalles que Mespletera dejó en cada pincelada.
Cada rincón de esta pequeña joya del arte barroco es digno de admirar. Las figuras y colores vivos de los frescos reflejan una habilidad pictórica que convierte a la ermita en un espacio sagrado que, a pesar de su modesta fachada, sorprende y emociona a todo el que entra. Esta riqueza decorativa hace que el santuario se asemeje a la famosa Capilla Sixtina de Roma, y cada detalle parece invitar a una contemplación serena, permitiendo a los visitantes encontrar paz y renovación espiritual.
Al salir de la ermita, el entorno natural continúa la experiencia de recogimiento. El sonido de la fuente de agua minero-medicinal, la cual fue declarada de utilidad pública en 1928, y los dos chopos centenarios que la protegen, crean una atmósfera de calma. Esta fuente no solo forma parte de la tradición religiosa local, con historias de milagros y leyendas, sino que también es un símbolo de las propiedades curativas del agua, que desde hace siglos ha atraído a visitantes de toda la provincia.
El santuario de l'Avellà, lejos de ser solo un lugar de culto, es una invitación a descubrir la belleza oculta en la historia y el arte. Aquí, la devoción y la naturaleza se entrelazan, brindando un espacio donde los sentidos y el espíritu se reconfortan. En l'Avellà, los visitantes encuentran un refugio donde las preocupaciones parecen desaparecer ante la majestuosidad de sus frescos y la serenidad del paisaje.
El Balneario de l'Avellà
El Balneario de l'Avellà es un sitio emblemático de descanso y salud, situado en un entorno natural impresionante. La tradición cuenta que en el siglo XVI, una anciana enferma se curó tras lavarse en la fuente, lo que desató la devoción popular y el surgimiento de la leyenda de la Virgen de l'Avellà. Este evento milagroso consolidó la importancia de la fuente como un lugar sagrado para la comunidad local, lo que llevó a la construcción de la ermita en su honor.
Las aguas de l'Avellà, declaradas de utilidad pública en 1928, son de origen mineral y se consideran beneficiosas para el tratamiento de enfermedades de la piel y del riñón. Su composición físico-química, junto a la tranquilidad del entorno natural que rodea la fuente, convierte a l'Avellà en un punto de peregrinación para quienes buscan descanso y sanación, tanto física como espiritual.
Este balneario no es solo un centro de salud, sino un entorno que parece congelado en el tiempo, ofreciendo a sus visitantes un ambiente de paz inigualable. Rodeado de vegetación y protegido por árboles centenarios, el murmullo del agua y el silencio del entorno crean una atmósfera propicia para el descanso y el bienestar espiritual. A lo largo de los años, el balneario ha crecido para ofrecer servicios de alojamiento y hostelería, adaptándose a las necesidades de los visitantes sin perder su esencia histórica y mística.
Este espacio, donde la fe y la naturaleza se fusionan, permite una desconexión total del ajetreo de la vida moderna. Visitantes y peregrinos encuentran en l'Avellà un refugio donde la historia, la espiritualidad y la salud conviven en armonía, brindando una experiencia que renueva tanto el cuerpo como el espíritu.