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Cultura restaura la Ermita de Nuestra Señora de L'Avellà en la villa de Catí

  • La Fundación Blasco de Alagón ha realizado la restauración de la histórica y singular ermita que data de 1328

  • La ermita restaurada presentaba problemas debido a las humedades acumuladas

La Directora General de Patrimonio Cultural Valenciano de la Conselleria de Cultura y Deporte, Paz Olmos, ha presentado las obras de rehabilitación llevadas a cabo en la Ermita de Nuestra Señora de L'Avellà, en la villa de Catí. Al acto han acudido también el Alcalde de Catí, Manuel Puig y el Vicepresidente Tercero de la Diputación de Castellón, Luis Tena, así como Vera Hosbauerova, arquitecta y directora de las obras que se han realizado.

El proyecto de la restauración tenía como principal objetivo dar solución a las humedades existentes y renovar el paso de drenaje de aguas en la ermita L'Avellà en Catí.

La intervención se ha realizado en grupos de trabajo que de forma secuencial establecían líneas de actuación como: los trabajos de excavación e informes previos arqueológicos, la limpieza y saneado del paso de drenaje de las aguas con la restitución de muros y de pavimento, los trabajos específicos en obra de sillares y la sustitución de la techumbre.

Los trabajos descritos han sido guiados y supervisados por expertos arqueólogos y restauradores dirigidos desde la Fundación Blasco de Alagón. La inversión ha alcanzado los 119.034 euros aportados por la propia Fundación y por los fondos Ruralter-Leader. Esta intervención se suma a otras acciones de la Fundación en la provincia de Castellón como: la restauración de la portada lateral de la iglesia parroquial de Vilafranca, la primera fase del altar de la capilla del Carmen de Morella, el retablo de la hornacina de la ermita del Roser de Xiva y el órgano de Vallibona.

La ermita de Nuestra Señora de L'Avellà forma parte de un pequeño balneario del mismo nombre situado en la pedanía de Catí. El origen de este santuario reside en el hallazgo de una fuente de aguas medicinales, en cuya proximidad se construyó la capilla.

El interior de la ermita presenta una decoración de artisticos frescos en la casi totalidad del recinto realizados por Pasqual Mespletera en 1737 de gran relevancia. La trascendencia de la ermita de 1328 en los vecinos de Catí y alrededores ha hecho que permanezca durante décadas y generaciones, convirtiéndose en un símbolo característico de la personalidad catinenca.

 

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