Cuidado con alimentar a animales salvajes: Los zorros pierden el miedo a la gente en el río Mijares

Los zorros han perdido el miedo a las personas en la desembocadura del río Mijares. Esta es la situación que se está viviendo en esta zona en la que lindan Vila-real, Burriana y Almassora, donde su presencia es cada vez más normal, lo que podría causar accidentes y múltiples problemas para estos mamíferos salvajes, que hasta ahora eran más difíciles de ver.

El Consorcio gestor del Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares formado por los ayuntamientos de Vila-real, Almassora, Burriana, la Diputación de Castellón y la Generalitat Valenciana recuerda la inconveniencia que supone alimentar a la fauna salvaje en el paraje fluvial.

En las últimas semanas el consorcio gestor se ha hecho eco de varias quejas dirigidas por usuarios ante la presencia de zorros que no demuestran miedo hacia las personas y se acercan cada vez más. El Servicio de Guardería Rural ha comprobado la presencia de hasta 3 zorros en varias rutas del paraje fluvial que se acercaban sin ningún temor a caminantes, deportistas y paseantes del paraje.

Los guardas han podido constatar que estos animales salvajes están siendo alimentados de forma sistemática por algunas personas. Los biólogos expertos en zoología sostienen que ofrecer alimento a la fauna salvaje de forma continua puede tener graves inconvenientes no sólo para la fauna sino también para las personas. Por un lado, los animales acaban acostumbrándose como es el caso de estos tres zorros salvajes lo que hace que, poco a poco, vayan perdiendo su capacidad de caza y, por tanto, de supervivencia en la naturaleza.

Por otra parte, al alimentar a la fauna salvaje con comida inadecuada puede provocarles enfermedades graves y en casos extremos, la muerte. En la gran mayoría de ocasiones, los estómagos de estos animales no están preparados para digerir los alimentos proporcionados por las personas.

Este contacto de la fauna salvaje con las personas también puede causar otros problemas puntuales como son accidentes con ciclistas u otros deportistas usuarios de las rutas del río Mijares, el susto que se pueden llevar las personas que no están acostumbradas a su presencia o la persecución directa de algún desaprensivo que con la domesticación de los animales aproveche para hacerles daño.

Por tanto, el consorcio gestor recuerda que nunca se debe alimentar a la fauna salvaje en el Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares, al tiempo que invita a los usuarios a observar la fauna presente en el paraje siguiendo siempre las indicaciones de los guardas y sin molestar en ningún momento a la misma.