La UJI acoge una jornada científica sobre virus, bacterias y células tumorales
La investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Instituto de Microelectrónica de Madrid y Premio Rei Jaume I en Nuevas Tecnologías 2022, Monserrat Calleja, ha explicado durante su estancia en la capital de La Plana, invitada por la Cátedra Ciutat de Castelló de la Universitat Jaume I, los últimos avances conseguidos por el equipo de investigación que lidera en el campo de la biomedicina. La conferencia ha estado también promovida por la Fundación Premios Rei Jaume I, que es lliuren divendres se entregan el viernes 25 de noviembre.
Bajo el título «Física para la biomedicina» esta apasionada científica ha detallado algunos de los proyectos que han llevado al grupo investigador a conseguir medir nuevos parámetros de células, virus, bacterias y proteínas que permitan detectar de forma más temprana y con análisis más sencillos la presencia de bacterias, virus o células tumorales en el organismo, por medio de biosensores que usan características físicas (como la masa) para conocer su estado.
En el caso de las células tumorales, uno de los procesos más complejos, el equipo estudia cómo detectar con mayor precisión, en la primera fase de testeo de un nuevo fármaco, si pudiera o no ser eficaz. «Ello permitiría, ha comentado la científica, ahorrar tiempo, dinero y esfuerzo en estudios que en etapas posteriores no demuestran su eficacia o permitiría hacer más pruebas con otros compuestos y proporcionaría más recursos en aquellos que ofrecen mejores resultados en una etapa inicial».
Actualmente se realizan test in-vitro que permiten obtener ciertos datos para decidir si seguir o no con el desarrollo de ese fármaco (sólo el 5% de ellos acaban en estudio) pero el propósito del equipo investigador es conseguir medir otros aspectos de la mecánica de la célula y de su entorno para obtener datos más fiables que sirvan para decidir si continuar o no por ese camino.
En el caso de los virus y las bacterias, sus investigaciones se centran en la contaminación ambiental y la COVID, con el objetivo de contar y medir las propiedades físicas del aire para detectar la presencia de bacterias y virus. Hoy en día cuentan con un prototipo sensor que les permite medir la masa y elasticidad de estos patógenos individuales y que facilita su detección en un análisis de sangre.
«Aún no hay herramientas que nos permitan detectar determinadas proteínas presentes en los tumores», ha explicado, por eso en sus investigaciones se utilizan sensores que permiten amplificar su señal óptica y localizarlas en concentraciones muy pequeñas, «casi contándolas una a una», ha descrito. Esta experimentación también se aplica en la detección del VIH, especialmente en neonatos de países subdesarrollados o en vías de desarrollo, ya su detección temprana puede evitar el contagio del bebé.
Pese a las dificultades técnicas o presupuestarias que presentan este tipo de investigaciones, Monserrat Calleja se ha mostrado optimista y espera que pronto puedan ser una realidad estas nuevas herramientas para ponerlas a disposición de la comunidad investigadora y se avance en la detección y tratamiento de este tipo de enfermedades.