Un misionero valenciano abre un colegio para niños entre las chabolas de los suburbios de Lima
La escuela recibe el nombre de Santo Tomás de Villanueva y alberga 93 niños
El misionero valenciano, sacerdote diocesano natural de Gata de Gorgos, asegura que en esta zona montañosa y chabolista de Lima en la que viven 12.000 personas, “la presencia del Estado es prácticamente nula; y es la Iglesia la que da, como buenamente puede, cobertura sanitaria y educativa”, según declara en el número de hoy del semanario diocesano PARAULA.
Ambos asentamientos, Adesesep y Profán, se han formado “a base de oleadas de familias llegadas desde el campo, en busca de un futuro mejor en la capital del país”, afirma el misionero, quien añade que, “sin embargo, las condiciones no son buenas pues no disponen de luz, agua potable, sanidad ni centros educativos”.
Según Vicente Font, “la inmensa mayoría de niños no está escolarizada y, por ello se me ocurrió impulsar en Adesesep la escuela ‘Santo Tomás de Villanueva’, llamada así en honor del que fuera santo arzobispo de Valencia en el siglo XVI”.
La escuela, popularmente conocida también en la zona como ‘Santo Tomás de Valencia’, dispone de seis aulas prefabricadas de madera y en un futuro, “otras seis serán sufragadas por la Fundación Bancaja y la Fundación Ad Gentes, dependiente del Arzobispado de Valencia, con sendas ayudas de 5.000 euros”, ha apuntado el misionero.
Labor misionera intensa
Vicente Font se encuentra como misionero en Perú desde el año 2006, y actualmente es párroco de la iglesia de Santa Rosa del Mar, donde atiende a una población de 50.000 personas, repartidas en siete “poblados jóvenes” de las afueras de Lima.
La principal labor que está realizando es la de la educación y evangelización, desarrollando “una auténtica iniciación cristiana, pues son personas muy espirituales pero sin apenas formación y con muchos problemas a consecuencia de la pobreza y de conflictos familiares”, explica. Entre otras iniciativas impulsadas por la parroquia, también hay un programa nutricional y un comedor para los niños más pobres, así como, un taller para madres.
Para desarrollar esta labor, el misionero cuenta con la colaboración de dos sacerdotes peruanos jóvenes, una congregación religiosa y un instituto secular. Desde Valencia, Vicente Font también recibe ayudas de instituciones y particulares de las poblaciones donde ha sido párroco: Gata de Gorgos, Barxeta, Llocnou d’En Fenollet y Torre d’En Lloris.
