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Comerciantes de la Marina Alta: "Muchos de nosotros vamos a tener que cerrar"

GREGORY ESTRELLA - 25/05/2020

La pandemia deja un escenario lleno de dudas para el sector turístico de la Marina Alta

El calor llega lento pero inexorable. El sector turístico de la Marina Alta afronta una carrera de vital importancia en la antesala del verano. Su objetivo: reactivar el turismo para salvar una mínima parte de la campaña de verano. La temporada estival se presenta difícil para el pequeño comercio y la hostelería que ven como sus locales puede echar el cierre. Con la Fase 1, la actividad económica de la Marina Alta ha regresado tímidamente a un nuevo escenario de incertidumbre.

«Ha sido un golpe muy fuerte. No pensábamos que iba a pasar esto», son las palabras de Elena Febrer, dueña de una tienda de ropa y complementos que aseguraba al elperiodic.com que las ayudas del Gobierno no le ayudan a afrontar todos los gastos. «Somos autónomos y vivimos al día», ha manifestado Febrer. Su negocio ha abierto las puertas hace poco y lamentaba un posible cierre del local: «Muchos de nosotros vamos a tener que cerrar las puertas. No sé si lo vamos a poder superar».

La entrada en la Fase 1 no ha supuesto un cambio radical para los comercios, Febrer ha confesado que la gente acude muy poco a poco a su tienda. «Hemos tenido pocas ventas durante estos primeros días de desescalada. La gente no tiene dinero para gastar, y algunos como mi marido aún no han cobrado el ERTE. Además, existe el miedo a infectarse», explicaba a este digital. Con el inicio del verano y la afluencia de gente «las ventas aumentan», sin embargo, Febrer ya da el verano por perdido.

Otro de los sectores afectados es la hostelería que ha visto mermado su deseo de la llegada de turistas. Y es que, la Costa Blanca recibe cada verano cerca de 350.000 turistas, según los datos de Agència Valenciana del Turisme. Ahora, la «nueva normalidad» y las restricciones de movilidad harán que las cifras disminuyan.

«Afrontamos una temporada estival complicado. Los turistas tendrán miedo a venir. Esperamos tener al menos turismo nacional», es lo que decía Eduardo Cabrera, trabajador del sector hostelero. Cabrera contaba que la vuelta a la actividad no fue tarea fácil: «Hemos tenido que acondicionar el local con las medidas sanitarias obligatorias. Además, hemos tenido que hacer un curso de prevención de riesgos».

Cabrera ha confesado a este medio que la situación «no es buena» y que ya han prescindido de alguno de sus compañeros. «La plantilla es mínima, los que seguimos aquí tenemos suerte, muchos otros han tenido que seguir en el paro», declaraba el trabajador.

Inquietud entre los alcaldes de la zona

El drama que vive el sector turístico en la Marina Alta ha preocupado también a los alcaldes. En localidades como Dénia o Calp ven con «mucha preocupación» la temporada de verano. «Casi no hay gente. La limitación de movilidad ha hecho que no puedan venir ni la gente con segundas residencias a llenar las terrazas», declaraba a elperiodic.com la alcaldesa de Calp, Ana Sala.

El alcalde de Dénia, Vicent Grimalt, también ha dicho que en la localidad la hostelería ha entrado de forma sutil frente a la incerteza que se ha generado. «Hay pocos hosteleros que han vuelto ha abrir, muchos se han esperado a la siguiente fase en la que ya pueden tener una ocupación del interior», afirmaba el munícipe a elperiodic.com mientras lamentaba a continuación que sería uno de los sectores «más afectado» por esta crisis.

La última decisión de la Generalitat Valenciana de no pedir el pase a la segunda fase ha sido un varapalo para la economía de la Marina Alta. La alcaldesa de Calp, Ana Sala, ha calificado de «discriminatorio y muy perjudicial» para el tejido empresarial de la zona la decisión de la Generalitat.

Tocará esperar para abrir el interior de los locales. Pero el regreso a la «nueva normalidad» ha pasado de ser un calendario a convertirse en un reloj de arena, donde no se sabe exactamente cuando caerá el ultimo grano. El turismo es vital para el funcionamiento de la Costa Blanca. Y, parece ser, que dependerá básicamente del turismo nacional. Las consecuencias posteriores dependerán de haber podido salvar la temporada de verano.

 

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