PAIPORTA | SOCIEDAD

Aurora, la niña que desafió a la riada gracias a una maleta: un milagro en Paiporta

ELPERIODIC.COM - 18/11/2024

La fuerza del amor materno y la solidaridad vecinal se impusieron a la furia de la naturaleza

Aurora, una bebé de apenas un mes de vida, ha quedado marcada como el símbolo de esperanza tras la trágica riada que sacudió Paiporta la noche del 29 de octubre. Su historia, recogida por Levante-EMV, relata cómo la pequeña logró sobrevivir a la catástrofe gracias a la valentía de su madre, su abuela, una vecina de Paiporta y los agentes de la Guardia Civil.

Un coche atrapado en medio de la tormenta

La noche del 29 de octubre, Flor, madre de Aurora, viajaba en coche junto a su hija y su madre de 68 años. Regresaban de una zona comercial en Alfafar cuando la tromba de agua las sorprendió en el polígono industrial de Paiporta. "Entré en pánico, no reaccioné a tiempo y el coche empezó a llenarse de agua", relata Flor.

Cuando la situación se volvió insostenible, las tres salieron del vehículo. La abuela de Aurora, que viajaba en el asiento trasero, entregó a la bebé a su madre a través del maletero, asegurándose de que la pequeña no entrara en contacto con el agua. Con la niña en brazos, ambas mujeres caminaron luchando contra la corriente, pegadas a las paredes de las naves y aferrándose a una reja para no ser arrastradas.

Una heroína inesperada

En medio del caos, apareció Azahara, una vecina de Paiporta de 31 años que también intentaba salvarse tras abandonar su propio coche inundado. "Una ola me arrastró, logré bajar la ventanilla y salí como pude", recuerda. Desde un muro, Azahara escuchó los gritos de ayuda de las mujeres y no dudó en trepar una valla para ayudarlas. "Vi a Aurora, la cogí y me la llevé dentro de una empresa cercana", relata emocionada.

Un refugio improvisado en una fábrica

Una vez dentro de la nave, las tres mujeres, la niña y dos hombres más buscaron cómo protegerse del agua, que seguía subiendo de forma alarmante. Allí, encontraron una maleta donde colocaron a Aurora para protegerla y, si fuera necesario, permitir que flotara. "La tapamos con chaquetas y un paño, lo importante era mantenerla a salvo", detalla Azahara.

Con miedo de quedar atrapadas, las mujeres rompieron una verja con botellas para abrir una vía de escape y buscaron objetos como puertas y ruedas que les sirvieran para flotar en caso de que el agua alcanzara la segunda planta donde se refugiaban. "Era una ratonera, si el nivel seguía subiendo nos ahogábamos", confiesa Azahara.

La llegada de los héroes

Tras horas de angustia, finalmente escucharon los gritos de la Guardia Civil: "¿Hay alguien?". "Fue un alivio indescriptible", recuerda Flor. Los agentes lograron sacarlas del lugar y las llevaron hasta la casa de un familiar de Azahara cercana al polígono. "Nunca solté a la bebé hasta que estuvo completamente a salvo", añade uno de los guardias civiles.

Azahara, profundamente agradecida, confiesa que no olvidará jamás el beso en la frente que uno de los agentes dio a Aurora tras el rescate. "Fue un momento de ternura en medio de tanto horror, ese gesto nunca se me irá de la cabeza", asegura.

El gesto que salvó vidas

Días después, Azahara regresó a la fábrica para disculparse por los daños causados durante su búsqueda de refugio. Sin embargo, los responsables de la empresa, lejos de recriminarle nada, agradecieron su valentía. "Nos dijeron que lo importante era que la nave nos salvó la vida", cuenta Azahara.

Aurora, quien durante toda la experiencia permaneció increíblemente tranquila y ajena al peligro, se ha convertido en el símbolo de esperanza y superación de esta tragedia.

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