Oropesa venera a la Virgen en una cala de la playa de la Concha

Oropesa también tiene su lugar de peregrinación. En una cala de la playa de la Concha se venera desde hace más de cuarenta años a la Virgen a la que los vecinos devotos le han elaborado un improvisado altar hasta donde llevan flores y donde se sientan a rezar y a trasladarle sus intenciones.

Sobre el inicio de esta tradición mariana en Oropesa hay diferentes versiones pero todas ellas esconden, en el fondo, un halo de esperanza y de fe habitual en las veneraciones a la Virgen María.

La mayoría de los vecinos del lugar coinciden en que se instaló este pequeño altar porque un niño se ahogó, y por eso, según cuentan los lugareños, de vez en cuando aparece un chupete entre las rocas.

Otra de las versiones que hay detrás de este altar es en recuerdo de una mujer, que no murió ahogada, pero a la que sus seres queridos recuerdan con esta imagen. También cuenta la tradición que podría tratarse de una promesa hecha por un señor hace cuatro décadas o en memoria de tres jóvenes que empotraron su vehículo contra las rocas.

Sea cual sea la historia, lo cierto es que durante todo el año pero sobre todo durante los meses de verano es habitual ver a gente acercarse hasta ese pequeño rincón junto al mar Mediterráneo para llevar flores a la Virgen y rezarle.

Este año, como no podría ser de otra manera, las personas que han peregrinado hasta este lugar mariano han pedido por los enfermos del covid.