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Por Ángel Padilla
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La lucha animalista en España: presente y porvenir IV

  • Bienestarismo versus Liberación animal

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La lucha animalista en España: presente y porvenir IV- (foto 1)

La dualidad de la mentalidad animalista se va entreviendo en lo tratado hasta ahora [para quienes deseen leer las entregas anteriores de este primer intento de una historia del animalismo español, les invito a que visiten los tres artículos anteriores a éste, en esta misma sección: "Yo, animal] Dualidad de pensamiento que se va a ir viendo a lo largo de los siguientes hechos narrados, de la que aún no ha podido sustraerse el movimiento animalista: el tener entre sus defensores aquellos que piden "no se maltrate a los animales" (entre los que se encuentran individuos de todo tipo, sobre todo no veganos) y aquellos que abogan contra todo uso de cualquier animal, por sustraer del yugo de "cosa" a las demás especies que no son la humana, por romper con esa supremacía letal del humano sobre las demás especies, a las que usa en espectáculos públicos para pasárselo bien con sus sufrimientos, a las que asesina masivamente para vestir ropa (pieles, cuero, lana, seda, etc.), sin importarle en absoluto que esas pieles que visten eran de otras personas, a quienes sus pieles les fueron arrancadas de la manera más brutal y obscena posible. La parte de animalistas que militan en la liberación animal (cuyo discurso resumido sería: cada animal en su entorno, como le es de derecho natural, y para nada cerca de nosotros), mantienen ésta [la simple y llana liberación de todos los animales] como único fin de la lucha, son minoría en contraposición a los que exigen "derechos" para los animales, entre nosotros, y que estos, en sus lugares de esclavitud, sean "bien tratados".

Frente a esto sólo se puede decir que el bienestarismo es una gran mentira. Pero es, por ahora y desgraciadamente, el argumento más usado por los defensores de los animales, sobre todo por las asociaciones que son invitadas a los medios para hablar por los animales. Como asociaciones que son, probable o seguramente atadas a una enorme cartera de socios no veganos que si observan que la asociación en que están aportando mes tras mes (incluso donaciones extraordinarias, muchas), no es lo que esperaba, se irían en estampida (ese miedo gravita en cada asociación que "logra vivir", con sueldo sus principales hacedores/as -la "cúpula-, y con dicho sueldo pagan alquiler, coche, hipoteca, su comida, o sea están atados a ese ingreso mensual, han quedado atados a ese dinero con lo que se han visto en la obligación de agradar a quienes les permiten vivir, en lugar de ejercer el activismo por el que juraron sus vidas (por eso siempre es sabido -lo es de sentido común- que en la lucha animalista no se debe cobrar jamás, porque cuando entra en juego el dinero no estamos en una lucha, ya comienza el engaño y la traición a los defendidos).

Lo que espera en general la gente que "ayuda a los animales" es que no se sobrepase una línea roja, imperdonable que sea traspasada ésta: la línea de hablar por los animales destinados a la comida de los humanos y la de los animales destinados a la "investigación" (vivisección). Por tanto, asociaciones de las que se sabe que sus fundadoras/es son veganos o vegetarianos (pero eso da lo mismo, porque a la hora de hablar se ven obligados por lo dicho antes a agradar), cuando son preguntados sobre tal o cual caso de "maltrato animal" no suelen emplear el "pero esto ocurre en todos lados", como en el caso actual del laboratorio de vivisección "Vivotecnia", de Madrid, conocido mundialmente ya porque se colocaron cámaras en secreto durante dos años, y resultado de esas grabaciones se enviaron a prensa y televisión, en los vídeos se puede ver a los empleados burlándose y maltratando animales. Por tanto el animalismo y la gente en general, que le importen o no los animales, han puesto el grito en el cielo, por esas imágenes de "gente horrible tratando horriblemente a animales inocentes". Esta última frase entrecomillada sería el perfecto resumen de todos, sin excepción, los laboratorios donde se dice experimentar con animales por el "bien de la humanidad", pues son sólo zonas legalizadas para los gustos y usos de sádicos, que bajo la excusa del avance de la ciencia, dan rienda suelta a sus monstruosidades (como dice Javier Burgos, una sociedad que acepta como Ciencia y la normaliza: un grupo de energúmenos que torturan y rajan y cometen tales actos diabólicos con animales -personas que sólo pueden ser sádicas, para realizar esos actos y dormir tranquilas- es una humanidad enferma incorregiblemente, enferma y estulta en un grado muy profundo).

Bien, como decía, en este caso icónico actual, el de Vivotecnia, basta tirar de google y encontrar noticias de periódicos diversos donde tal o cual portavoz de asociación "defensora de los animales" afirma que se ha denunciado el caso de Vivotecnia como de maltrato animal; mas sólo algunas voces afirman, pero con boca pequeña, que esos laboratorios son zonas de dolor y tortura cotidiana, pero aún así, muy pocas o ninguna de las voces que el sistema deja hablar para el gran público, aboga por suprimir esos lugares de pesadilla de los que sólo se explica su existencia porque mueven millones de millones de euros, es una mafia, la farmacéutica y la médica son mafias en su red con los laboratorios que torturan diariamente a los animales, y la justificación de tales torturas (experimentos las llaman) no tiene más base que el dinero que se mueve con esa trata infame de seres vivos inocentes, además de ser aquellas torturas su mejor "márchamo de seriedad" y justificación para seguir vendiendo millones de medicamentos innecesarios, que sólo enferman. Es como si para que una feria fuera feria se requiriese todavía de la mujer barbuda y el hombre lagarto, el hombre diminuto o la giganta; como que para que se pueda vender popular y culturalmente la prostitución de mujeres esclavas como algo a respetar, y así se hace, se refuerza la imagen de que en la prostitución sexual la mujer en general se alquila voluntariamente y es, para colmo, según la enfermedad intelectual actual de la conciencia colectiva, un bien social.

No obstante las desigualdades e injusticias entre humanos, la peor y más grande blasfemia a la vida, la más enquistada y pútrida opresión es la que el humano ejecuta sobre el resto de las especies animales, con enorme diferencia. Sobre ello expresa Jesús Mosterín ["Los derechos de los animales", Debate] que el desafío del cambio de 180º sobre el trato que el humano ejerce con los animales y el medio ambiente, "es la gran cuestión que se plantea la ética contemporánea, ante la magnitud de la cual todos los dilemas morales quedan como provincianos e insignificantes".

Existe un grupo internacional de médicos (Liga Internacional de Médicos contra la Vivisección) que afirman con contundencia -es de sentido común-, lo mismo que Javier Burgos no cesa de divulgar: los experimentos con animales no sirven,  por el simple hecho de la histología (contraria a experimentar en animales problemas de humanos) y de la "inclusión" (como acto acientífico). La histología nos dice que si encontramos un trozo de cadáver en un camino, científicamente mediante microscopio se puede saber de inmediato a qué tipo de especie pertenece, si es carne de perro, de gato, de ave (qué tipo de ave), de humano o de caballo. Esto es, la misma sustancia molecular de cada especie es absolutamente distinta y diferenciada, por lo cual "inocular" (la inclusión de la que hablé) una enfermedad humana en un perro, en un primate, en una rata, no sólo no sirve sino que es una barbaridad, es obsceno, contranatura. No se sostiene. No sirve. 1) Porque las enfermedades humanas son sólo humanas y no se contagian a otros animales y/o no se desarrollan en tales, las de gatos no se contagian a humanos (no se desarrollan naturalmente en humanos) porque son enfermedades felinas (por ejemplo). 2) Imaginemos investigar la artrosis degenerativa del caballo usado para arrastrar pesos y carros, usando humanos en el experimento, niños o jóvenes. Estamos ante la estafa más grande de todos los tiempos, la de que experimentar con animales sirve para algo, y la de que comer animales sea necesario, dos de las grandes trampas y megaestafas culturales normalizadas y archiaceptadas, pero a su vez podría decirse que de los abusos que del esclavismo animal hace el humano sobre las demás especies, estos, si no me equivoco (animales-para-comida y animales-para-viviseccionar) son los martirios que más dinero mueven. El Capitalismo vive de la trata de animales en masa, y en masa van a laboratorios y a mataderos, y demás lugares de uso y abuso legal, que no moral, ni correcto, ni sano.

Por eso ese es un tema tabú, muy mal visto de tratar en televisión, porque nadie quiere ser mal visto por -como se nombra a uno contra uno entre humanos en los libros "sagrados"- sus "semejantes"; en tanto a lo que afirma Javier Burgos: que a quienes pedimos el cierre de todos los laboratorios de investigación con animales (y que comiencen con la investigación clínica y abandonen la experimental) se nos dice extremistas e incluso malos humanos: porque en la balanza (una imaginaria y falsa) ponemos por delante a los animales que a los bebés, a las otras especies que a la nuestra. Ese es el ataque. El cliché. La trampa visual.

Pero no se cree sólo el gran público la falsedad de la posibilidad de que pueda haber un "bienestar animal" en lugares de horror animal, sino que el movimiento animalista, al menos un buen número de sus individuos, cree que esto puede ser así. Hace falta pedagogía. Nos hemos encontrado con individuos que ni ellos saben de qué hablan, arengando a otros sobre situaciones sobre las que poco saben.

Cuando escuché en un canal de televisión (español) que emite a nivel estatal, a Sergio García Torres, quien es director de la "Dirección General de Derechos de los animales", decir que los experimentos con animales en los laboratorios de vivisección sí son necesarios para la humanidad (lo llamaron para abordar el asunto de cuán malos son los trabajadores de Vivotecnia en contraposición a otros laboratorios de vivisección que sí tienen el márchamo de bienestar animal, según el argumento general incluso el de Sergio García), entré en cólera. No se trata de que sean o no necesarios (porque en caso de que lo fueran hablaríamos de otro debate, de si es justo torturar a animales para curarnos de padecimientos que nosotros mismos nos hemos buscado por hábitos incorrectos), sino que el asunto es que no sirven, que es una falsedad que sirvan. Y este señor, sencillamente, o no lo sabe o lo sabe y quiere quedar bien con el público. Y así, todo. Este señor de tal sección creada para hacer ver "que se hace algo" desde un partido político, y así ganar votos de gente del mundo animalista (para ese partido), no es esa la única barbaridad que dice, las dice seguidas y a diario. Aboga por regular la caza, no por abolirla o prohibirla. Por regular la cría de perros, y no por prohibirla, y así seguiríamos hasta agotar al lector.

Esa ambivalencia, la dualidad marcada al inicio de este apartado, del movimiento de defensa animal, en su argumento de defensa ("úsalos, pero bien" frente a "no los uses, que no estén entre nosotros sino en sus hábitats"), es la que lo sitúa en un parón perpetuo, porque es un gigante que anda un pie pero echa otro para atrás, y siempre está en el mismo punto del camino, petrificado.

Imaginemos que vivimos los convulsos tiempos en que ser humano y ser propiedad de otro humano era posible (más que posible, casi seguro): hablo en concreto de la esclavitud negrera que se produjo en los campos de algodón de América desde el siglo XV (la esclavitud humana prosigue en muchos países todavía, por desgracia). Pensemos que somos personas nacidas en África que han sido secuestradas por mercaderes para, hacinados brutalmente en las bodegas de un barco (morían muchísimos, como ocurre hoy con el transporte de animales), con destino a los insufribles campos de algodón, en la recogida del algodón bajo un sol que cada día nos golpea, junto con los latigazos de los terratenientes por vernos flaquear, durante más de 16 horas al día. Imaginado eso, pensemos que nos llega la noticia de que alguien piensa en nosotros, un grupo extraordinariamente grande de gente, y que están gestando planes a favor de nosotros.

Nos alegramos, pensamos: hay esperanza.

Imaginemos luego que, en lugar de llegarles a los esclavos de Haití y otros lugares de recogida incansable de algodón, donde iban muriendo a cientos los esclavos, la noticia de que había multitud de hombres y mujeres que exigían su liberación completa, inmediata. Hasta que esta se produjo, dejaron de ser propiedad y fueron libres, pudieron hacer con sus vidas lo que desearan. Imaginemos, digo, que en lugar de eso que ocurrió felizmente en la lucha contra la esclavitud (la celebración de la emancipación, del ser hombres-libres, mujeres-libres aquellos que fueron secuestrados de sus casas, familias y vergeles naturales para ser horquillados por grillos en tobillos y juntados sus cuellos con los de otros, en un camino hacia la muerte en vida), visualicemos que no es eso, que es lo que el movimiento animalista en general pide para los animales que son propiedad, hoy, del humano, y los usa y los abusa. Que nos enteramos, como animales que recalan por azar, maldito azar, en laboratorios o en ganaderías destinados a ser comidos o a ser torturados por sádicos, y nos llegan noticias de que quienes dicen "luchar" por nosotros no lo hacen por nuestra libertad. Lo hacen por que donde estamos, junto a nuestros agresores, todo siga igual en tanto al ser-reos, excepto que cambie algo en el trato. O sea, seguiríamos en los "campos de algodón", lejos de casa y de las familias nuestras, pero los latigazos de 100 o 400 según el caso, se reducirían a un nivel "soportable", que curase pronto, un nivel de castigo de "bienestar humano" porque éstos serían levemente curados por un médico que recorrería los campos (a un médico por cada 1000 esclavos); esos que nos defenderían (en esta distopía imposible) pedirían que al menos, en nuestra entrega (no voluntaria pero que entenderían necesaria, ¡qué traición!) a nuestros secuestradores, al menos se nos dé unas horas el domingo de solaz, que podamos ir al cine, aunque magullados y deprimidos y llenos de horror en el pecho, a ver una gran y bonita película de amor.

"Pedimos para los esclavos un buen trato", dirían quienes desean lo mejor para nosotros. Eso jamás se escuchó en la lucha antiesclavista negrera, es una lucha que he estudiado a fondo.

Es cierto que en su final, cuando el contexto histórico sociológico iba cambiando, en la casi conseguida libertad para los esclavos, la fiebre abolicionista se enfrió y casi el movimiento antiesclavista se plegó a una "liberación gradual" (pero no por voluntad propia, sino porque, como digo, el marco histórico y distintas políticas nacientes y fluctuantes boicotearon el avance en buen grado). Pero gracias a las comisiones de mujeres antiesclavistas entre las que destacó la admirable Elizabeth Heyrick, no se desplomó el impulso en traición semejante, sino que se pidió la liberación inmediata y sin condiciones, liberación, con la consiguiente ilegalización de la trata de humanos, que se logró finalmente. [Ver si se quiere mi artículo sobre la ejemplar lucha antiesclavista negrera en la revista Moon Magazine, con título "Elizabeth Heyrick: El mensaje antiesclavista que desafió al poder".]

El gradualismo es tramposo. Sobre todo en tanto a los animales no humanos. Los animales son vulnerables, son como niños. No podemos esperar nunca un buen trato de los agresores hacia las víctimas si están bajo sus manos.

Pensemos algo más bestial pero posible (en comparación con lo que se pide, "bondadosamente", para los animales explotados). Pensemos en el asesino en masa ruso Chikatilo, conocido como "el carnicero de Rostov". Chikatilo cometió asalto sexual, asesinato y mutilación de al menos 52 mujeres y niños entre 1978 y 1990. Pues bien, en lugar de que cuando fue condenado y sentenciado en octubre de 1992 y posteriormente ejecutado en febrero de 1994, la defensa hubiera logrado (distopía, no os asustéis, es un imaginar) convencer a la acusación y al Juez de que ese hombre era capaz de comportarse siendo libre, que bueno, para calmar su desesperada ansia de matar, había que permitirle realizar su pulsión, aunque con policía y médicos presentes (para que los actos sean regulados para que no sean más horribles de lo que manda la "normativa del correcto asesino en serie"), y niños pobres y sin padres se entregarían, en razón de uno cada tres años a Chikatilo, para que los matase, pero con buena muerte, con bienestar infantil, con anestesia previa de un médico, y Chikatilo así pudiera realizar su ritual de cortar los genitales, los pezones en caso de tratarse de una mujer, la punta de la lengua y rodajas del culo (a Chikatilo le encantaba comer trozos de culo de niños, con jamón encima de cada trozo, con zanahorias y al horno). ¿Nos causa escalofríos?

Pues eso pide parte del movimiento animalista, el bienestarismo, a los agresores custodios de los animales a quienes torturan en un secuestro bestial, que los traten no brutalmente, sólo un poco.

Respecto a ese supuesto de Chikatilo con policía y médico presente en cada crimen consentido, para un trato honorable en aquella imaginada "normativa del correcto asesino en serie", existe un parangón real en la actualidad desde el animalismo. Sergio García Torres -el antes nombrado director de la Dirección General de Derechos de los animales-, dice alegremente que va a luchar porque, para que se cumpla el "bienestar animal" en los mataderos y granjas de explotación de animales, y en los laboratorios de vivisección, va a luchar por implantar una ley que obligue a colocar cámaras en esas naves. ¿Entendemos la estupidez en la que naufraga el discurso, el pensar, de quienes se arrogan (falsamente) luchar por los animales en la actualidad?

Eso pide el bienestarismo: que los agresores sigan con sus víctimas en su poder, pero que los traten de la mejor manera posible. No hay mayor forma de engañar y de autoengañarse. Creer que gente cuyo oficio es violento va a ejercer una menor violencia al pedírsele esto. Si se observa en sus distintos desarrollos este teorema, mejor dicho: tesis, mejor dicho: cliché,  causa hasta hilaridad, hay en esta creencia de la posibilidad de ser bien tratado en el maltrato, un núcleo de estulticia tan obsceno y peripatético que será necesario que se enjuicie a la humanidad presente por tal desatino que la visibiliza como incapaz en toda regla, indigna de toda confianza en todo ámbito, ya sea por mentirosa, ya sea por cruel (por ambas cosas en la mayoría de los casos, estimo).

Pero estas mentiras creídas por comodidad son las que logran que un movimiento que comenzó, al menos aquí en España, en una unidad irrefrenable de abolicionistas (de la tauromaquia) capaces de hazañas como la de Okupa Tordesillas o de arriesgar su vida, multitudes o individualidades, en otros contextos de martirio animal para gritar por el cese de esos actos crueles, se detuviese en lo masivo, desinflándose, cuando se enfrentó la cara del bienestarismo con la cara del abolicionismo de todos los animales. Lo gradual con lo no gradual. El buen trato se miró contra el "déjalos en paz en su entorno". La dualidad de esos dos rostros absolutamente contrarios en el movimiento animalista, en su argumento, y el argumentario lo es todo, lo encalló. Y ha sido inevitable tan larga explicación para que se observe qué rostro tiene de verdad el movimiento cuando se mira al espejo, y el por qué de sus "logros" y, sobre todo, las causas de todo aquello que no hace.

Lo que no hace el movimiento animalista de defensa de los animales es lo que más lo define

Y lo que no hace es actuar de verdad por todos los animales, sin escamotear en discurso alguno a tal o cual especie, en tal o cual contexto. La ausencia de honestidad y consistencia en el mensaje ha procurado que el común de la población no sepa qué quieren esos "locos" que luchan por los animales, tildando hasta el veganismo como de moda.

Sobre todo, e importante además, en "lo que hace" el movimiento también hemos definido errores, vicios, problemas que afectan desde el ego humano a la lucha. Por tanto tenemos dos problemas: de conjunto (unidad, red) e individual (lo que hace, piensa, cada persona sensible hacia los demás animales, animalista y/o activista).

Para la defensa de los inocentes debemos pedir su libertad absoluta y ya.

Como activistas debemos dejar nuestro ego o forma de pensar en la puerta de casa. O sea el ciudadano, el animal político sobre todo.

Como activistas debemos ser animales para luchar de verdad por nuestros iguales, los demás animales. Y ser animales no es convertirse en otra cosa de lo que somos: animales. Hablo de recordarnos animales y actuar como tales. Esto significa que si vemos a alguien encerrado en una casa que desde una ventana pide socorro, tumbamos la puerta y lo rescatamos. Lo mismo, en animalidad, debe ser respecto a las naciones hermanas de animales y para todos sus individuos, que sufren siendo reos, que mueren en vida siendo usados entre nosotros, en el mundo humano que tan bien definió Arthur Schopenhauer con su frase "el hombre ha hecho de la Tierra un infierno para los animales".

De lo contrario siempre hablará el discurso animalista con deshonestidad desde boca humana privilegiada y que no desea perder sus privilegios, por unos sobre los que quiere que obtengan una serie de derechos de mejor trato, para junto a los demás humanos especistas seguir extrayendo beneficio de sea cual sea el uso animal en todas sus infinitas variables.

Honestidad, animalidad, peligrosidad.

Estos tres conceptos han de ser inmanentes a las milicias animalistas del futuro, de un futuro próximo esperamos. Sin honestidad no se avanza en la visión de los especistas con respecto a los animales y su esclavitud y cadenas de siglos; sin animalidad jamás podremos luchar juntos, como tribu y como Clan libertario real; sin peligrosidad no podremos nunca derrocar el Sistema humano que no por evolución gestionará la liberación animal (no hay tiempo para esperar a que las mentes evolucionen, ni creo que pase nunca masivamente), sino por revolución es como "evolucionará" todo. No me importa la evolución de las mentes, me importa que evolucione la historia, los hechos, que manos abran puertas, manos de animales liberan manos de animales.

¿Lo veis? Esto que se acaba de decir si se dice en un canal de televisión de ámbito nacional se tacharía de extremista, incluso por la mayor parte de los componentes del movimiento animalista.

Como ejemplo del "pensar" de la mente colectiva animalista, mostraré a continuación algunos lenguajes usados en la actualidad por asociaciones, grupos y activistas, para que se observe las diferencias de discursos que se mueven con respecto a la defensa animal:

Examinemos este primer post, de la vegana y abolicionista Joanna Wisniewska, una activista filóloga y traductora de idiomas que vive en Polonia pero habla entre otros idiomas el español, publica (9/5/2021):

"Estamos tardando siglos en reconocer que los no humanos son sujetos, que son sujetos de derechos y que son sujetos políticos, porque ignorar arbitrariamente los logros de la neurociencia, aplicar deshonestamente las bases mismas de la ética y no considerar sus intereses políticos nos beneficia. Reconocerlo implica una revolución, porque implica renuncia a su omnipresente explotación sobre la cual hemos construido nuestra civilización.

Sin embargo, cuando nos conviene o nos hace gracia, los politizamos. Como a los riot dogs. Diciendo "hasta un perro entiende que los políticos son unos cerdos". Analizad esta frase y llorad.

Desconozco sus nombres, pero son dos víctimas (ya muy populares) de las protestas en Colombia. [En el post de Joanna aparecen dos fotos, de perros que se están usando actualmente en las revueltas en Colombia, en que el estado policial está matando mucha gente. Estos perros llevan pañuelos con la bandera de Colombia y acompañan (corriendo riesgos, sin saberlo, traicionados) a los manifestantes].

En el hilo del post, Susana Silva Ollet, responde:

"Cada año aparece un «nuevo estudio» que demuestra la sintiencia, capacidad de sufrir y/o de razonar de otras especies. Perpetuando los estudios para (volver a) demostrar X perpetúan la NO declaración, NO asunción y NO establecimiento de medidas de acuerdo con X.

Añado: Seguir «haciendo veganos» & divulgando el veganismo como base moral a individuos como nosotras, principalmente, en horizontal. No nos queda otra."

Joanna añade:

"No soy optimista. Desde donde estamos a codificar lo necesario en nuestros actos jurídicos hay mil años. Y codificarlo es necesario. Si el matar, robar y violar a los humanos no fuesen reconocidos como delitos, estaríamos haciéndolo a diario."

Juan Carlos Manso González opina:

"Joanna, yo también tenía razones para no ser optimista; que el veganismo no se va a implantar en la sociedad y que por esto mismo ningún derecho básico podrá asistir a los demás animales. Hasta que me topé con un tipo que me hizo cambiar de opinión y que produjo un cambio en la perspectiva pesimista que hasta ese momento tenía. Ese tipo era yo."

Joanna: "Desgraciadamente no hay nada en que pudiese basar este optimismo. Pero da igual. Seguiré haciendo lo mismo, porque no sé no hacerlo."

Examinemos ahora, por contrapunto (este de ahora es un discurso reduccionista y pedestre) un post (contemporáneo al anterior) de la página "Gladiadoras por la paz":

"¡Familia! Ayer volvieron a torturar toros en Las Ventas.

Solo te pedimos que mañana, cuando vayas a votar, recuerdes que: Madrid es la comunidad autónoma que más subvenciona a la tauromaquia.

En esta época de pandemia ha destinado 10 millones de euros a los chiringuitos taurinos, del dinero de todos los madrileños.

Si quieres a los toros, ya no quieres ver más imágenes crueles, quieres que acabe la tortura animal y quieres la abolición de la tauromaquia, ya sabes por quién NO debes de votar.

Nuestro dinero público para nuestras necesidades básicas y no para torturar animales."

Algunos comentarios en el hilo del post que acabamos de leer (respeto gramática y ortografía original):

1. "I los trogloditas a disfrutar del dolor de los inocentes"

2. "La derecha fachenda gozando de sus fiestas"

3. "Torturado y mareado vivo le arranca la oreja pues voy a decir la verdad Me gusta cuando el toro muere matando no le queda otra que el último respiro"

4. "La señora Ayuso [actual presidenta de Madrid, quien es taurina y apoya la tauromaquia]"

Por último, veamos un correo electrónico enviado por Greenpeace en masa, de una de sus campañas. A Greenpeace nadie le puede negar la importancia de sus ejemplares hechos, no obstante para el texto que nos ocupa, entran dentro del argumento esquivo, desviado y tramposo con respecto a los animales. Así nos dice Greenpeace en correo de 3/5/2021, cuyo asunto es No a las macrogranjas:

"Esto es lo que pasa cuando encierras a miles y miles de animales en una granja: no hay lugar para el bienestar animal, la salud de las personas o el respeto al medio ambiente: [aparece un vídeo]

La empresa Valle de Odieta, que está detrás de la granja de 5.000 vacas en Caparroso (Navarra), ha proyectado una aún mayor en Noviercas (Soria) para ¡más de 23.000 animales! Sería la más grande de Europa.

Las macrogranjas son enormes factorías de cambio climático, insostenibilidad y crueldad. Tenemos que frenar este modelo que pone en riesgo al planeta, a las personas y a los animales.

Firma ahora y exige que estas macrogranjas no se permitan ni en Caparroso, ni en Noviercas ni en ningún sitio.

Muchas gracias,

El equipo de Greenpeace."

Esto es, ¿se entiende? : Las macrogranjas. (Sólo ésas. Horribles.)

Las otras, no. Únicamente las que mantienen un número mucho más grande de explotados que el usual en las instalaciones. Porque, según ellos, generan CO2. Y ¿las otras, no? Toda la explotación animal, toda la cadena de acciones que llevan a que una bandeja con una amputación del cuerpo de un animal asesinado sea cogida en el supermercado por la mano de un humano, para una alimentación cancerígena, cruel y despiadada con los países pobres, es nociva a gran y amplia escala, desde el individuo esclavizado desde el nacer para morir horriblemente hasta el envenenamiento, con todo ello, de nuestro planeta Tierra, hasta el calentamiento global que aumentará de no cesar las talas masivas en los pulmones más importantes del mundo, como el de la Amazonía.

Deberemos hacer, a continuación, un repaso de las asociaciones bienestaristas o que practican tal discurso en España y en otros países, y establecer una comparativa. Examinaremos por qué el ecologismo, la lucha ambientalista, y la lucha animalista, andan separadas cuando son, deben, ser la misma. Y a partir de ahí seguiremos con otro fenómeno que ha logrado que se detenga aún más el activista libre y animal, el desastre más grande que puede recalar en un luchador ecologista y por la liberación animal: la llegada del animal político, el triste advenimiento del activista-político votante.

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