"Inventario de primaveras", lectura poética de Ángel Padilla este sábado 20 en el Centro de Cultura Contemporánea del Carmen
Dentro del marco del Festival de Poesía de Valencia "Vociferio", el 10 festival "Vociferio", dedicado éste a la ecopoesía. Entre los demás poetas y artistas invitados, estaré leyendo fragmentos de algunos de mis libros, de los últimos editados y de los más antiguos, algo de "La guadaña entre las flores", algo de "Es tan culpable el que canta para no oír a los fusiladores" (Amargord, 2020), algo del inédito "La Bella Revolución". Y contaré con la presencia magnífica de la bailaora vegana y antitaurina Sandra "La Madueño", para interpretar cuando yo recite el poema Tauromañana, con su poderoso baile a un tiempo tradicional y más aún, vanguardista, una creatividad con compromiso. Sandra es profesora de baile en Castellón Baila y explica que no le gusta que se relacione siempre al flamenco (que ama) con la tauromaquia, y lo demostrará con la interpretación de un himno animalista antitaurino, que por cierto ya bailó en una manifestación, el ya nombrado Tauromañana.
El festival Vociferio cuenta con infinidad de actuaciones en esta 10 edición dedicada a la Ecopoesía, que comenzaron el 13 de este mes de febrero y terminarán a finales del mismo mes. Recomiendo consultar la programación porque casi todos los actos culturales tienen entrada libre. En la web vociferio.es, para reservar entrada, el aforo es limitado por las medidas covid.
También existe una proyección en tiempo real de todas las actuaciones mediante streaming en el espacio de youtube del festival, de nombre el espacio "Vociferio Festival de Poesía de Valencia".
Recomiendo no perdérselo. Estamos en tiempos muy relevantes para expresar ideas, más que ideas, la verdad. Y para reunirnos y generar unión y planes, de enorme urgencia, para pelear por la vida, la tierra y todos sus individuos, especialmente los más vulnerables, los animales no humanos, los niños y aquellos sensibilizados por los sensibilizados, milicias verdes en lucha por un mañana en una crisis climática de enorme entidad a la que sólo podemos poner freno mediante dos empeños: un motín, cambiando físicamente las cosas no amablemente; y un cambio de nosotros entre nosotros mismos, un cambio de mirada entera del mundo, desterrar de nuestro catálogo de certezas de una santa y maldita vez la farsa del antropocentrismo, observar el alrededor con ojos renovados y dejar de ser aniquiladores de la vida, y con ella de nosotros mismos y de nuestra casa. No deja de ser una verdad palmaria, que entendería un niño, que si el bosque arde, las casas que están en medio también arderán.
El animalismo siempre ha alojado en su entraña de filosofía y hechos de lucha el ecologismo, sería un absurdo luchar por todas las especies y no por sus hábitats, que son los mismos que los de los animales humanos. En cambio el ecologista tipo no suele ser animalista ni mucho menos vegano; ese encuentro entre nosotros para clarificar la misma lucha común en que estamos envueltos y en la que no podemos hacer trampa, y luchar por la biota y todos y cada uno de sus individuos, según Jesús Mosterín es el desafío más importante que ha tenido la humanidad, frente a cuya magnitud cualquier otro problema palidece como provinciana e insignificante.
Resumen: despertar de un sueño soporífero del "mejor de los mundos", un "mundo feliz" donde las pandemias nos han paralizado la vida, los desastres ambientales, las subidas de temperaturas y lo que vendrá. Ver que este infierno lo hemos elevado en llamas todos nosotros y saber no sólo qué camino recorrer para -se puede- reparar el grave problema, sino también qué disposición mental tener para luchar.
Y esa disposición mental es lo primero a cambiar, a tener clara. El verbo SOMETER ha de enterrarse y sin honores en la fosa más profunda existente.