Las cenizas de Pantera
1
Llaman del Hospital veterinario:
"Han llegado las cenizas".
Nosotros mandamos a Pan incinerar
y no pedimos cenizas.
El dolor se le atrancó
entre la muerte y la vida,
y Pantera no comía, no salía,
se enganchó la noche al día.
Yo no quiero esas cenizas
No son ella
No me deis esa ceniza,
lo que no la contiene
Ella es grande como el mar
No me daréis sus ojos.
Si no la puedo tocar,
yo no quiero esas cenizas
¿Cómo puede la hojarasca, Inma,
veterinaria Inma
verterse tierra si era cielo y árbol,
tornarse negra cuando era brisa?
Tus hermanos Simba y Frus
cada mañana mendigan
en el olor de mis piernas
alguna pista hacia su hermana querida
Sólo dadme sus cenizas
Si en ellas un caballo pifia,
de la llama torna aquí mi perra,
parpadeando y viva
Y la viera yo correr, a Pante
por el Jardín de la vida
Jardín en que ya no está
Las estrellas no aterrizan
Yo no quiero esas cenizas
No me daréis su caliente hocico
Si no la puedo abrazar,
guardad las cenizas
Yo no quiero esas cenizas
No son ella
Ella no cabe en un frasco
Pantera es el mar
2
Son los perros de esta casa
los que levantan el sol
Son los perros de esta casa
los que calientan la flor
Son los perros de esta casa
Los que empujan labios sobre labios
Y los perros de esta casa:
cuando yo te conocí
Son los perros de esta casa
ese domingo en recuerdo
Son los perros de esta casa
Los que preparan la luz
Son los perros de esta casa
esos parques solitarios
Son los perros de esta casa
tú y yo
3
Compadre trae otra copa
bien cargada,
que quiero olvidar
que hoy se ha hundido mi barca
Compadre trae más licor,
que esta noche será amarga
No existe un puente tan largo
y nadie lo construirá
4
La morera ya ha crecido
de nuevo su rama verde
La higuera funde su azul
en el verde de este junio
La garganta sabe a sal
Hoy veo todos los recuerdos
La morera ya se ha abierto
con todo su verde imperio
Los perros de este mundo son
Los que nos pintan el sol
El perro de este mundo es
quien me llama y quien te llama
Son los perros de esta casa
Iratxe nuestra cama
y cuando nos miramos
siento las ramas
Desde que te conocí
en mí se abrió una ventana
Y ese parque tan sin gente
se llenó de canes verdes
y aquella fuente sin agua
cuando andamos de la mano
su agua repica en la piedra y de nuevo esa canción
que nunca concluirá.