La Argentina consciente se levanta contra el acuerdo porcino con China

China pretende instalar 25 macrogranjas con capacidad para albergar hasta medio millón de madres, en Argentina.

La pantagruélica trata de animales no humanos para su explotación va en aumento, terroríficamente en aumento, irresponsablemente en aumento teniendo en cuenta que la "ganadería" es responsable del 80% de la deforestación en la Amazonía y produce más CO2 hacia la capa de ozono que el tráfico rodado. La emergencia climática es el principal problema que padece ahora la Tierra, el covid19 es sólo una de las consecuencias de las muchas que vendrán de este daño enorme que padece el mundo vivo; de no establecerse medidas de choque, aboca el humano al orbe a un caos irreversible; que como vemos, por todos lados, se hace absolutamente lo contrario: se echa más carbón a este tren que avanza cada vez más rápido al abismo.

CHINA BUSCA TERCERIZAR EXPLOTACIONES DE CERDOS EN ARGENTINA

El gobierno argentino está (parece ser, porque las reuniones, según me informan fuentes argentinas, se están produciendo a espaldas del pueblo, opaca y oscuramente) a las puertas de firmar un acuerdo con China, en el que Argentina produzca un millón de toneladas de carne de cerdo al año destinadas al gigante asiático. El plan es instalar 25 macrogranjas con capacidad para albergar hasta medio millón de madres.

Inicialmente era Brasil el asentamiento preferido por China para este acuerdo, pero las sucesivas devaluaciones argentinas hicieron cambiar los planes. Mientras que en Asia cuesta 2 dólares producir un kilo de carne de cerdo, en Argentina podrían generarlo por apenas 70 centavos. Queda claro que se juega con la crueldad animal y el medio ambiente, por dinero. Temporal dinero. Dinero que no nos salvará cuando los veranos azoten con 60º de temperatura y debamos ocultarnos bajo la tierra, como pecadores y como alimañas.

Menos mal que la Argentina despierta y consciente resiste y fuertes protestas se han ido sucediendo desde distintos sectores del país, lo que ha logrado que el acuerdo se retrase. Aunque ya se habla de comenzar la construcción de los citados Treblinkas de las SS del especismo en Argentina a partir de noviembre.

LA VIDA DE LOS DEMÁS POBLADORES DE ESTA TIERRA MEDIDA POR "KILOS"

Argentina se encuentra gravemente paupérrima, virtualmente en default (suspensión de pagos), unido esto a la anorexia del tejido económico provocado por el coronavirus, convierte este pacto en apetitoso para el oficialismo argentino. El actual secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Jorge Neme calcula: «Actualmente la Argentina produce 5 kilos -de carne porcina- de cada 1.000 que se producen en el mundo. Con este acuerdo llegaríamos a 12, mientras que, por ejemplo, España ya produce 38 de cada 1.000 y Estados Unidos 160”. Jorge Neme se esperanza y alegra, añadiendo (parece que estemos rememorando la historia del nazismo y de los diálogos de sus líderes): “Estamos lejos de ser una marca de cerdo en el mundo”.

ESCLAVITUD ANIMAL, APOCALIPSIS TERRESTRE

El movimiento civil "Hacia un gran Pacto Ecosocial y Económico en Argentina" ha escrito un manifiesto titulado “No queremos transformarnos en una factoría de cerdos para China, ni en una fábrica de nuevas pandemias”, que ha sido firmado por un centenar de organizaciones civiles, científicos, periodistas, intelectuales, filósofos.

Así comienza dicho manifiesto: “La actual pandemia por Covid-19 que tiene en vilo a toda la humanidad está estrechamente vinculada a cuestiones socioambientales y productivas, que están invisibilizadas. Al igual que ocurrió con el ébola, la gripe aviar y la porcina, el SARS y otras zoonosis, se trata de un virus que emergió por alguna de estas causas: hacinar animales para su cría industrial y/o su venta, y desintegrar ecosistemas acercando a las especies entre sí.» [...] “Las macrogranjas son las incubadoras de desarrollo de virus pandémicos más peligrosas que conocemos”

Veinticinco granjas con hasta medio millón de madres duplicaría el "stock" argentino actual. Promoverían en muy poco tiempo un caudal de nacimientos cercano a los 10 millones de "cabezas" anuales; esto derivará en un nivel de contaminación inédito en agua y suelos y profundizará la deforestación -en Argentina se destruyen algo más de 210 hectáreas de bosques por día- tanto para la instalación de los criaderos como para la producción de los transgénicos de soja y maíz para alimentar a los animales.

Según han desvelado los medios argentinos, las granjas estarían dotadas con plantas de prensado de soja y maíz transgénicos para alimentar al ganado porcino. Para ello, necesitarían establecimientos agropecuarios de al menos 100 hectáreas, en puntos del país que garanticen al menos 17.000 hectáreas de maíz y soja. La "producción" argentina crecrería de cinco a más de 30 millones de animales en 5 años. "Una industria que consume 6.000 litros de agua por kilo de carne y más de 1,5 millones de litros al día (fuente: Rebelión). Contamina el aire y el suelo y es un caldo de cultivo de nuevas pandemias y enfermedades. Miles de cerdos idénticos hacinados facilitan el desarrollo y propagación de nuevos virus y aumentan las posibilidades de nuevas zoonosis. El abuso de antibióticos crea superbacterias cada vez más resistentes. Aumentan los monocultivos transgénicos para forraje y aumentan las fumigaciones con agrotóxicos. Se destruyen ecosistemas y se desplazan comunidades." El acuerdo produce inquietud hasta en los mismos mercaderes del horror, los criadores: muchos no ven viable el traslado de cerdas madres y sementales desde China, con el peligro sanitario que eso implica y, en paralelo, aumenta el temor comercial a que la aparición de otra pandemia en el país asiático genere un sobre stock de carne fronteras hacia adentro.

UN BLOQUE VERDE

Activistas animalistas, campesinos y ambientalistas se levantan clamorosamente en contra del acuerdo. Más abajo citaré las palabras de la activista y vegana argentina Marina Garrido, letrada animalista.

Parece, no obstante, que en medio de la pandemia de COVID-19, algo está cambiando, porque el tratado de libre comercio entre la UE y Mercosur, cuyo acuerdo se cerró en junio de 2019, no se materializa por el momento por las reticencias de Alemania, país que ostenta la presidencia semestral de la UE, por el impacto medioambiental, sobre todo por la situación que padece el Amazonas, víctima de una brutal deforestación, tala de árboles e incendios. «Hemos querido el acuerdo y hemos trabajado para él, pero hay serias dudas de que pueda llevarse a la práctica tal y como se había pensado. Miramos con gran preocupación la deforestación en el Amazonas y la tala de bosques. (…) Lo que ocurra allí es algo que afecta a todo el mundo", dijo recientemente el portavoz del Gobierno alemán, Stefen Seibert.

"Esto ya viene del gobierno anterior, viene de largo -me cuenta Marina Garrido-. Por una inversión de 3.600 millones de dolares, y con la promesa de 9.000 puestos de trabajo, vista la enorme precariedad económica que sufre la Argentina, nos quieren instalar estas granjas con la idea de producir 100.000.000 de cerdos en provincias feudales, con instituciones muy débiles donde ninguna cuestión medioambiental se va a cuidar. Hay un diez por ciento de veganos animalistas acá, y la gente tiene miedo con la llegada de este acuerdo a enfermar de una nueva pandemia de China, de donde han salido muchas otras, como la fiebre africana porcina, por la que China mató a 250.000.000 cerdos. Y como no quieren problemas en China, lo tercerizan en países pobres, o débiles, y desiguales. Argentina no es débil, pero sí es pobre." Que no se equivoquen -me culmina con firmeza la letrada-. No vamos a consentir que este acuerdo desastroso produzca un mayor caos medioambiental del que ya asola la Tierra, y encima al lado de nuestra casa, del Amazonas."

No dejaremos de decirlo, el remedio más eficiente y rápido para combatir la emergencia climática es el veganismo. Este planeta está hecho un desastre porque el humano actual es un monstruo.