Se acabó la fiesta. Empieza el cante “jondo” (1)

Después de más de diez años de investigación en los que se han recopilado montañas de documentos incriminatorios. Después de haber puesto piedras en el camino para alargar los procesos. Después de escuchar conversaciones grabadas que producen repugnancia. Después de haber conseguido echar a Baltasar Garzón, el juez que abrió este caso. Después de haber dicho con toda solemnidad “La Gürtel no es un caso del PP. Es un caso contra el PP“. Después de haber echado balones fuera con el “¿y los Eres?” Después de tantos años negando la financiación ilegal del PP y recordando la del PSOE, ahora se sabe que nueve de diez empresarios han reconocido que hicieron pagos en negro al partido de Rajoy y ahora resulta que los testigos Marjaliza y Álvaro Pérez han cantado (y es solo el principio) con pelos y señales y han explicando cómo funcionaba la trama y han  apuntando a Camps.  Un presidente que, pese a todo va a salirse de rositas porque sus delitos están prescritos.

Cuando un día Pons dijo aquello de que “la fiesta se ha acabado (en esta Comunidad)”, Ricardo Costa le contestó que “en el PP la fiesta no se acaba nunca”. Una fiesta en la que no faltaba caviar del caro, ni hoteles de superlujo, ni limusinas, ni nada de nada. La Comunitat Valenciana, nuestra Comunidad, era una gran fiesta engrasada con dinero abundante que se movía siempre en la misma dirección: salía finalmente de los bolsillos de los valencianos y llenaba las bolsas  del partido. Un dinero que servía para comprar fidelidades, realizar campañas y a la vez llenar también los bolsillos de muchos altos cargos del poder.

Orange Market llegó aquí de la mano de Alejandro Agag. El yerno de Aznar (el de la boda con mayor número de invitados mafiosos por metro cuadrado) fue el que le presentó a Camps a Álvaro Pérez. ¡Era el comienzo de una gran amistad! Aquí había mucho negocio a la vista ya que  estaban previstos acontecimientos tan importantes como la visita del Papa o la Copa de las Américas.

Dije que el dinero salía de los bolsillos de los valencianos. El procedimiento consistía en pedir a las empresas privadas que soltasen la pasta para obtener contratos públicos, una pasta a la que eran adictos Fabra, Rus, Costa y un largo etcétera de políticos populares. Las empresas daban al partido mucho dinero. ¿Por qué se lo daban a un partido político?  Era un canon que había que pagar, presuntamente, para tener derecho a acceder a contratos públicos de los amigos de la “fiesta”. Y por la  vía de las concesiones se trasladaban esas comisiones a los precios como no hubiera sucedido  si a los concursos públicos hubieran podido asistir otras empresas en libre competencia.  No lo acudían porque ya se sabía a quién se lo iban a adjudicar.

Otra vía de fraude ha sido el troceamiento de contratos para evitar que tuvieran que ir a concurso. Y otra el saqueo de las empresas públicas. Algo, la vez, muy  útil para desprestigiarlas.

El procedimiento que aquí se utilizaba y que ahora se juzga  es una pieza separada del Gürtel que se llama Orange Market. En otras piezas separadas recibe el nombre de Emarsa, Cooperación, Taula, Fórmula 1,… Son muchos casos pero es lo mismo: Es un partido (actuando como una organización criminal según aparece en los sumarios) que ostenta el poder en Madrid, Barcelona, Valencia y Mallorca y que utiliza ese poder para obtener comisiones de empresas con las que financiar el partido y llenar los bolsillos de un numeroso grupo de sinvergüenzas. El mismo procedimiento, exactamente el mismo que en Cataluña ha utilizado Convergencia y que también ahora se juzga con otros nombres: caso Palau, Caso Puchol.

Me repugna lo visto y escuchado. Me repugna que mientras nos hablaban de austeridad y         hacían recortes, ellos se dedicaran a llenarse los bolsillos. Está todo demasiado claro aunque se vayan de rositas porque hayan prescrito muchas causas, aunque salgan libres y sigan sacando pecho, aunque ahora haya que decir “presuntamente”.

Las pruebas están ahí y los testigos han cantado y lo han hecho con buena voz y han apuntado a Ricardo Costa como el recaudador y a Camps como el cerebro. Unas  pruebas  demasiado fuertes y unas conversaciones demasiado vergonzosas.

ESTO ES LO QUE SE HA DICHO EN EL JUCIO HASTA AHORA

El Bigotes: "Mandaba él (Camps) y si no daba las órdenes ahí no se movía ni el Tato"  “Alberto Fabra no quiso pagar una factura por trabajos al PP que acabó pagándola la empresa PIAF” “Rambla no mandaba una mierda” “Mandaba uno y su jefa de gabinete Ana Michavila. Ese uno era Camps” (el de te quiero un huevo). “Recogíamos sobres de la sede del PP, de la mano  de David Serra y Víctor Campos.”  “Costa recibía órdenes.” “De las relaciones con empresas se ocupaban Antón, Camps y Cotino, Este último era quien contactaba con los empresarios para que pagaran.” “A Camps se le consultaba todo” Camps me dijo: “Vente a  Valencia, vas  tener una calidad de vida que no tienes en Madrid”. “Los empresarios no son todos los que son. Y no se les ha preguntado qué recibían a cambio”. “Tenía relación con Camps, con Vicente Rambla, con Adela Pedrosa, con consellers, con los presidentes provinciales del PP”· “Camps y su jefa de gabinete Ana Michavila eran quienes daban las órdenes de cómo y cuándo pagar. No se movía nada en Valencia sin que ellos lo supieran”. “Juan Cotino  mediaba con los empresarios. También intercedía J.R. García Antón. En muchos pueblos de toda España -ha añadido también- solicitaban a los que ahora se acusa con el nombre de la Gürtel que trabajaran para ellos.

Crespo dice que hacia viajes  entre Valencia y Madrid llevando paquetes de dinero.     Se pregunta por qué no está el PP sentado en el banquillo de los acusados.

(En el próximo artículo completaré el tema hablando de las primeras reacciones del partido y de tratamiento en los medios)

LAS PENSIONES PRONTO DEJARÁN DE SER UN PROBLEMA

Cuando se reúna el Pacto de Toledo, allí todos los representantes de los diferentes partidos harán sus propuestas. Celia Villalobos que es ni más ni menos la representante del PP, lo tiene claro: 1) Empezar de muy joven ahorrando dos euros 2) jubilarse a los 80 años 3) que los que trabajan dejen de hablar de futbol en la jornada laboral.