1943. Burriana en Falles (y 3)
Los albores de la falla de la Sociedad de Cazadores
En la calle de José Antonio Primo de Rivera, (ahora de San Vicente), frente al número 8, donde posteriormente en el año 1956 nacería otra falla, la del Centro España, estaba situada la Sociedad de Cazadores.
Partió la feliz idea de la Penya Chocaina, un grupo de amigos a los que gustaba jugar al fútbol y sobre todo, como ellos mismos decían, chalar.
Ya encima de las fiestas de San José, exactamente la semana anterior, tomaron la decisión de plantar una falla. Mas, como el tiempo era escaso, al igual que los recursos económicos, se pusieron manos a la obra y en un pensat i fet construyeron un catafalco de madera que recubierto de papel continuo (papel de embalar), decorado con dibujos relativos a escenas de caza, se convirtió en el cos de la falla.
Sobre ese lluit pedestal, según cuentan las crónicas de la época, un montón de ramas donde dormitaba un ninot, vestido de cazador y una copa trofeo. Según se aprecia en la fotografía que se conserva, en otra de las escenas aparece un cazador que se dispone a meter en una jaula de conejos, de las que solían haber en los tejados de las casas, un gato que tenía cogido por el rabo.
Plantado el monumento de forma “no oficial”, no aparece en los archivos municipales, donde se debía solicitar el correspondiente permiso, con lo cual se optaba a uno de los premios y con derecho a percibir la correspondiente subvención económica que se concedía a través de la Comisión de fiestas.
La falla se construyó en la calle de San José, en el corral de Don Juan Ríos, oficial mayor del ayuntamiento de Burriana y cuando estuvo terminada se llevó en pasacalle, sobre plataforma rodante, desde la Sociedad, calle de San Vicente y el Pla, volviendo a su emplazamiento definitivo, frente a la Sociedad de Cazadores.
Los festejos se limitaron a gastronómicas cenas que con la excusa del evento se celebraron, mientras estuvo plantada la falla. A los visitantes que fueron multitud, se les obsequiaba con buñuelos y una xuplaeta de un barril de mistela, del que colgaba una goma que hacía las funciones de vaso comunicante, con la garganta del invitado.
Fueron sus fundadores, Vicente Oliver Borja (de cuyo apodo venía el nombre de la peña), Abelardo Fortea Bort, Vicente Fortea Cubedo, Vicente Llopis, Vicente Ferrer, Vicente Cantavella Ferrer (Presidente de la Sociedad) y Jesús Marco quién dio las orientaciones pertinentes, para la construcción del monumento.
El mestre Juan Bautista Cerezo Rubert, compuso la música y letra del himno para la ocasión.
Ja tenim nostra falla,
una de les millors,
ja tenim nostra falla, (pam, pam)
falla dels caçadors.
Les falles son per a cantar,
les falles son per a ballar,
les falles son per a xalar,
les falles son per a cremar.
Así, de esta forma, tan de rampa i fuig, se plantó la semilla de la que dos años después, en 1945, nacería oficialmente como Falla del Círculo de Cazadores.