Para gobernar hay que pactar
Del debate con los cuatro aspirantes a ser Presidentes del Gobierno, y que sean capaces de alcanzar esa responsabilidad. Una cosa quedó clara, y es que nadie avanzó con quien iba a pactar para lograr llegar a esa deseada cúspide, de Presidente del Gobierno. Aunque sí que aparecieron diferencia notables que son un presagio de quien no va a llegar a esa cumbre.
Porque como ya es sabido en nuestro sistema político, no se cuentan los votos obtenidos por cada partido para acceder a la Presidencia y formación del Gobierno, sino aquellos que alcanzan la mayoría de escaños en la Cámara de Diputados, en base a un programa que de plena satisfacción a la mayoría absoluta de escaños 176, en los que está fijada la mayoría absoluta.
Por eso ahora, son los sondeos y encuestas, cocinadas a gusto de quien las promocionan y por supuesto de quien las paga, ya nos están ofreciendo unas hipotéticas alianzas en función más de la aritmética, que desde el punto de vista de las posibilidades políticas de unos u otros de los cuatro partidos aspirantes.
En mi opinión, conviene establecer criterios objetivos en sustitución de las especulaciones mediáticas, antes de ir a votar.
Si ninguno de los cuatro partidos, van a obtener por sí mismo, la mayoría absoluta, es obvio pues que tras el 26-J y los resultados de las urnas y la configuración de la Cámara de Diputados se proceda a la búsqueda de los pacto y alianzas que hagan posible la aprobación de la investidura del Presidente del Gobierno.
¿Qué posibilidades pueden realmente producirse?
En el primer supuesto: Al PP y con el PP, ningún partido empezando por el PSOE y Ciudadanos, ya han manifestado las remotas e imposibles posibilidades para pactar el apoyo a la investidura de Mariano Rajoy y al gobierno del PP. Porque eso es la continuidad de “los recortes, la austeridad, las mentiras y la corrupción”.
Dada esta realidad objetiva, nos podemos encontrar que, por segunda vez Mariano Rajoy aun siendo el partido más votado, renuncie a la segunda propuesta que presumiblemente el Jefe del Estado le proponga para pedir el apoyo necesario a su investidura.
Y si ya en las mismas condiciones del 20-D donde ningún partido había dejado claro que no iba votar a Mariano Rajoy, le llevó a este a renunciar a la propuesta de Felipe VI, dado que las circunstancias, no han cambiado para nada, el PP, que sigue sin contar con el voto de ningún partido con presencia en el arco parlamentario. Podemos asistir a que por segunda vez Mariano Rajoy se permita renunciar por segunda vez, a la presumible propuesta que le haga el jefe del Estado.
A mí me parece, que teniendo en cuenta esta realidad objetiva – que no es mi opinión – los españoles deberíamos evitar el voto al PP. Y no solo por las presumibles renuncias de Mariano Rajoy. Sino que, no se le debe votar puesto que en su campaña electoral, está basada en la continuidad de la misma política, es decir, demagogia, mentiras y falsedades, con tal de continuar de inquilino en la Moncloa.
Son demasiadas razones para no votar al PP.
Pero además, dado que por sus propios resultados, ningún partido va a obtener la mayoría absoluta de los 176 escaños, para obtener la aprobación de la investidura como Presidente. Las posibilidades del “Gran Pacto” con el PSOE no es posible realizarlo. Desde el primer día, el líder del PSOE, Pedro Sánchez lo ha reiterado tropecientas mil veces que: “Ni por activa ni por pasiva el PSOE apoyará al PP para formar gobierno.”
Por todas esas razones, entiendo que no hay que votar al PP. Por su catastrófica gestión de gobierno, por la corrupción que les sale hasta por las orejas, y porque no tienen ninguna posibilidad de formar Gobierno.
Es por eso, entiendo que no hay que votar a las candidaturas del PP, en ningún pueblo, de ninguna provincia de ninguna Comunidad Autónoma el 26-J.
Partiendo pues, de que los tres partidos restantes PSOE, Ciudadanos y Podemos tampoco obtendrían la mayoría absoluta, hay que teóricamente llegar a establecer acuerdos de Gobierno.
Creo en primer lugar, que quien ha demostrado suficiente capacidad para lograrlo ha sido Pedro Sánchez alcanzando con Ciudadanos un acuerdo transversal que contemplaban 200 medidas, que si no se han estado aplicando ha sido gracias al voto conjunto del PP y Podemos.
Así pues, a partir de esa realidad hay – en mi opinión – que incrementar el voto al PSOE porque solo así, será posible alcanzar un pacto que le permita gobernar, con un Gobierno reformista y de cambio de las políticas practicadas por el PP desde el Gobierno de Mariano Rajoy.
Y yo lo tengo claro, porque está más claro que el agua, y que va a estarlo en el conjunto de la sociedad. Y es que con Podemos, ya no quisieron seguir en las negociaciones de las que surgieron 200 propuestas y además votaron en contra junto a Rajoy en el voto de la investidura de Pedro Sánchez. Y ahora en vísperas del 26-J con “sorpasso” ó sin él –que va a ser lo más seguro – pese a la suma de 16 organizaciones que a su vez están algunas compuestas por varias mini-organizaciones, ni con Podemos ni con Pablo Iglesias, será posible que el PSOE pacte ni pueda gobernar.
La altanería política de Pablo Iglesias, que cada día “nos dice que es una cosa distinta”, las propuestas cambiantes según le parece a este “líder”, el proyecto o los proyectos económicos irrealizables, pero que desde un gobierno de Podemos nos conduciría “al corralito” como en Grecia, y por sus claras aceptaciones del derecho a la autodeterminación de los pueblos que lo exijan, cuando es un derecho que no existe en el derecho internacional, nadie sensato, gobernaría con Podemos.
Y en consecuencia, tampoco el voto a Podemos es ninguna garantía de que se vaya a lograr un cambio en el Gobierno y de políticas progresistas. Podemos es hoy, la única garantía que tiene el PP, que cuenta con un excelente aliado y cómplice para lograr el exterminio del PSOE que es lo único que ambos partidos persiguen. Y ya veremos cómo se reproduce la “pinza de Anguita” que fue un fracaso, el perseguir esos objetivos anti-PSOE y que acabo aupando a José Marian Aznar a la Presidencia del Gobierno.
Esa es la realidad, por lo tanto un resultado menor de los que presumen desde Podemos alcanzar, es hoy la mejor solución para poder encontrar soluciones reales, posibles y necesarias a los problemas que tenemos.
Por todo ello, y ante los necesarios entendimientos para lograr un acuerdo de Gobierno con un programa reformista y progresista, está meridianamente claro que es solo el PSOE con el liderazgo de Pedro Sánchez quien puede liderar el cambio de Gobierno y de política.
Por su capacidad demostrada desde el 20-D, en las negociaciones, por los contenidos plasmados en 200 propuestas concretas alcanzados con Ciudadanos, por la experiencia y capacidad de los hombres y mujeres que hoy constituyen el gran partido socialdemócrata PSOE en nuestro país. Votar el 26-J a sus candidaturas es la mejor manera indiscutible para resolver los principales problemas que tenemos en nuestro país. Además de decir ¡NO! Al populismo que pretende Pablo Iglesias y sus amigos de Podemos.