La fractura social en Cataluña la tiene que superar el pueblo español
Después de mi artículo, “El Rotundo fracaso del Proyecto Separatista” que invito a leer, sigo hoy con nuevas apreciaciones, que no vienen sino a reafirmar mis opiniones ya expresadas en él, pero tratadas desde diversos ángulos.
Creo que se lo merece, ya que ante el espectáculo que en el Parlament de Cataluña, se están dando, aprobando las “Ilegalidades que han querido”, es muy importante destacar, que a pesar de que el termino más utilizado por boca de los independentistas, es la “Democracia”, conviene ante tanto embrollo, remitirse a los hechos , en las sesiones parlamentarias de los días 6 y 7 para percatarse – por si alguna persona aún no se ha dado cuenta – que: “La aprobación de las Leyes del Referéndum de Autodeterminación, y de la Transitoriedad jurídica y fundacional de la República Catalana, transgrede las reglas del procedimiento legislativo del Parlamento, y esas leyes conculcan además la Constitución y el Estatuto de Cataluña violando las Normas democráticas constitucionales y el propio Estatuto de Cataluña”.
Las consecuencias inmediatas de ese comportamiento, han sido la violación de las Leyes y los Derechos fundamentales, que toda Democracia debe contemplar, no la violación de las mismas.
Y por ello, las medidas adoptadas por el Gobierno y apoyadas por el PSOE y Ciudadanos, en defensa del Estado de Derecho que han activado el Tribunal Constitucional y la Fiscalía General del Estado, son ya la garantía de que el “Ilegal Referéndum separatista, no se va a celebrar el 1 de octubre”.
Y el día 2 de octubre, “por la chulería política de Puigdemont y Cia, no habrá República catalana”, y seguramente se sumaran más problemas a los ya existentes, como consecuencia obviamente de las ilegalidades perseguidas por la justicia. Porque da la impresión, que Puigdemont y Cia, lo que pretenden con su comportamiento de no respetar las leyes y decisiones del Tribunal Constitucional y del Fiscal General, es que los encarcelen para agravar aún más la situación.
Pero con el fracaso del “proyecto separatista”, no se ha resuelto el escenario de la división política total en Cataluña, pero esta solo puede resolverse mediante una nueva Constitución, donde la organización del Estado reconozca el Estado multinacional de España. Y esa es la única salida que fruto de la negociación y el acuerdo contribuirá a desactivar la “LOCURA ILEGAL DEL SEPARATISMO”.
Para ello se tienen que producir, en mi opinión, irremediablemente un conjunto de medidas, entre las que hay que rechazar la continuidad de los comportamientos del “Nacionalismo españolista de Mariano Rajoy”, y del “Nacionalismo separatista de Puigdemont y Cia”, que solo vendrían a agudizar más si cabe, el mantenimiento del actual escenario de confrontación y ruptura con el Estado español.Porque ambos nacionalismos, son más de lo mismo.
Los nacionalismos catalán y vasco, surgieron en la España del siglo XX del seno de la burguesía industrial y financiera, la única clase que podía engendrarla: Y por desgracia, el independentismo se asienta sobre la clase social medio-alta que en otras comunidades vota al PP.
Pero el secesionismo en Cataluña, no posee la mayoría absoluta, aunque personas que se sentían tan catalanes como españoles, ó a lo sumo, más catalanes que españoles según los estudios del CIS, hoy quieran votar un Estado propio. “Y ese fenómeno”, solo se puede atribuir bien a una “epidemia de enloquecimiento colectivo”, ó como consecuencia de “la ineficacia del Gobierno de Mariano Rajoy”.
A mí me parece, que son ambas cosas las que se han combinado para hacer posible la fractura social en Cataluña y “las ilegalidades de la Generalitat”.
Y no se puede continuar así, con el enfrentamiento provocado por la inutilidad del Gobierno de Mariano Rajoy bien demostrada en este tema por su parálisis política total, ni con el independentismo extremo de la CUP que impedirían soluciones y solo nos llevarían a un desastre mucho mayor del actual.
Y se tiene que decir fuerte y bien claro: “Cataluña y España no pueden ir a peor, a una situación de violencia, que ni catalanes ni españoles, podemos permitir que suceda”.
Es verdad, que los debates en el Parlament y sus decisiones han sido posibles por la mayoría en el hemiciclo a favor de la secesión. Una mayoría que ha violado, precisamente lo que en Democracia, no se pueden violar, las leyes y normas que dan valor y fuerza la Democracia en un Estado de Derecho.
Sin embargo, la misma encuesta de la Generalitat ha señalado que solo el 41% de los catalanes desea un Estado propio.
Yo sé, que la superación de esa fractura social, es muy compleja y complicada, pero estoy convencido que será posible, porque hace falta, “porque no es posible otra salida”, porque no la hay.
Lo que hace falta, es establecer el dialogo y el acuerdo en el Congreso de los Diputados de un modelo de Estado desde una visión poliédrica del mismo, y que permitan la superación de esta serie de despropósitos que estamos viendo en Cataluña, y culminen con un Referéndum sobre una nueva Constitución, que el pueblo español, tendrá que decidir, y que sea la solución definitiva de la Organización Territorial del Estado, contemplando la existencia de las diversas naciones de España.
Hoy Cataluña, no tiene poder político bastante, para que una declaración unilateral de Independencia y proclamación de la República Catalana, salga triunfante…..pero eso es lo que la Generalitat nos amenaza llevar a cabo el 1 y el 2 de octubre. Tras ese monumental fracaso, hay que decir ¡BASTA PUIGDEMONT, Y BASTA CUP Y CIA!, porque no hacen falta esos “trileros de la política en el Gobierno de Cataluña”.
De esa realidad, se debería exigir la Dimisión inmediata de Puigdemont para dar paso a la convocatoria de unas elecciones en Cataluña, donde todos los catalanes puedan participar en el marco de la legalidad democrática para elegir a aquellos diputados de las fuerzas políticas que defiendan la colaboración, entendimiento y los acuerdos necesarios para la reforma de la Constitución, en cuyo marco debe resolverse el contencioso actual.
Pero como estamos constatando, el Gobierno de la Generalitat está presionando a los alcaldes para que presten locales para celebrar el anunciado referéndum.
Es el colmo de la desfachatez, que además a fecha de hoy, no hayan anunciado los centros donde se podrá votar. Nadie sabe donde estarán las urnas, o cajas de zapatos a dónde meter la papeleta quien se decida ir a votar pese a la ilegalidad jurídica, y que además tiene que traer de su casa su papeleta de voto. “LA ILEGALIDAD ES TOTAL PARA PROCLAMAR LA REPÜBLICA CATALANA”
La ilegalidad de actos como los que está llevando Puigdemont y Cia. Tienen, hay que reconocerlo, aspectos que dan risa, “llevarte la papeleta de casa, para meterla en la urna secreta de un lugar secreto”….y que habrá que dar por supuesto que será Puigdemont ó la Carme Forcadell quienes contaran las decenas de votos previsibles de sus familiares., como garantía de un recuento “Sin trampas”.
Y para poner punto y final a estas reflexiones, quiero remitirme a la constatación de la posición política sobre este drama, de los respectivos partidos y los resultados que los sondeos de la evolución del voto de El Mundo-Sigma dos de septiembre, que ofrece datos porcentuales desde el 20-D hasta septiembre, y que fueron publicados el 10 de los corrientes en los diarios ABC y El Mundo.
En ellos, la crisis catalana, no parece pasarle factura al PP, que se mantendría como la formación más votada de celebrarse al día de hoy unos comicios, alcanzaría el 30,8%, una ligera subida de 2 puntos desde los resultados del 20-D.
El PSOE obtiene el 26,4% lo que representa un incremento de 4,4 puntos desde los obtenidos en Diciembre.
Y tanto Podemos como Ciudadanos, descienden obteniendo el 19,5% Podemos y el 12,7% Ciudadanos.
Estos resultados, son solo datos como siempre surgidos de “la cocina” donde se guisan las encuestas.
Pero no es caer en partidismo de ningún tipo, el constatar que es el PSOE y las propuestas de un Estado Federal donde se “encastre Cataluña como Nación”, en el marco de una nueva Constitución, tiene el reconocimiento ciudadano de estas propuestas.
Una Constitución que sometida al referéndum a todos los españoles, hará que estos en su inmensa mayoría, sean los que contribuyan a la superación de la fractura social en Cataluña.