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El fracaso del independentismo

    Las diferencias entre un Demócrata, y el que no lo es. Es la diferencia fundamental que hay que establecer en cualquier debate político.

    El primero, acata y respeta la Ley, y el segundo se cree que la Ley, es únicamente lo que él dice.

    Y eso es, al día de hoy lo que se evidencia en la crisis en Cataluña.

    Porque está más claro que el H2O, que el independentismo, ha fracasado en sus intentos separatistas, como proyecto de los partidos de la burguesía catalana.

    Los ex-Presidentes Pujol, Mas, Puigdemont y Torra han sido la expresión más pura, de los intereses que han defendido.

    Durante 35 años de la travesía separatista, estuvieron inventándose “cuentos e historietas” con las que sustituyeron la Historia, que la han olvidado y después tiraron de la cadena. Y con esa falsa “Historia” que solo persigue la separación de Cataluña del Estado español, engañaron a dos millones de catalanes que se creyeron los “Mantras históricos prefabricados”, “España no roba” y que “Con la Independencia los catalanes viviremos mejor y con la proclamación de la República, tendremos el reconocimiento de todo el mundo”.  Pero a los hechos hay que remitirse: “Ha sido un fracaso total y absoluto”.

    Pero como engañar es fácil, consiguieron que 2 millones de catalanes votasen a los partidos soberanistas PDeCAT, ERC, CUP y otros experimentos como los de la alcaldesa Ada Colau.

    Lo difícil y complicado, después que el Gobierno de Mariano Rajoy, fuese por sus políticas, un buen y justificado pretexto que animo a la extensión del separatismo ciudadano. Ahora es difícil y complicado demostrar a esos dos millones que han sido engañados, por que se han creído las “historias para no dormir”.

    Para lograrlo hace falta el convencimiento, de una gran parte de esos dos millones de catalanes, de que el “proyecto separatista” ha fracasado y que no es posible por el inconveniente de que es ilegal, y que tan solo les ha conducido a la fractura de la sociedad catalana, a un deterioro de la convivencia en Cataluña.

    Porque el “Manoseado derecho a decidir, que esgrimen los líderes del separatismo” es también falso. Más que Judas.

    Porque la decisión primera que un demócrata se tiene que tomar es la que respetar la ley, la Constitución y el Estado de Derecho que tenemos en nuestro país. Y para la transformación de los engaños en una actitud absolutamente distintas, hace falta tiempo y paciencia, junto a un Gobierno de España, muy distinto al que tuvimos con Mariano Rajoy.

    Es decir necesitamos un Gobierno socialista con Pedro Sánchez como Presidente, que sitúa el dialogo y la negociación para llegar a la plasmación de acuerdos para resolver los problemas económicos y sociales que tenemos tanto en Cataluña como en el resto de España, como el eje fundamental de la acción política del Gobierno. Y que sostiene perfectamente Pedro Sánchez cuando a las falsas acusaciones de “Hipotéticos pactos ultra -secretos del Presidente del Gobierno con el Govern de Torra”, ha respondido que “Negociar dentro de la Constitución, TODO, fuera de ella, NADA”.

    Pero es que, al margen de la evidente ilegalidad, es que cada President separatista, han sido unos potencialmente sinvergüenzas, empezando por Pujol, que se ha enriquecido él y toda su familia con el 3%, favoreciendo los negocios de la burguesía catalana, a costa de los catalanes y de Cataluña, pero haciendo los negocios en aras del enriquecimiento de toda su familia.

    Le sucedió otro President, que fue condenado a inhabilitación, por las mismas historias.

    Y de Puigdemont, el expresident “Caguetas” que ha huido de la justicia, después de la aventura ilegal y abandonando a una buena parte de su Govern, y viviendo en su “Miami belga” y desde el cual siembra la mierda con tal de estallar el Estado de derecho de los españoles.

    Y su representante, Torra, nos ha salido igual de embustero y chafa-charcos, se ha hecho decorador verbenero con sus lazos amarillos y pasando de lo que le ha ordenado la Junta Electoral Central.

    Pero desde esas repugnantes actitudes lo peor es que, mientras: “Ni desde el Govern ni desde el Parlament, ni se ha gobernado ni se ha legislado, NADA, ninguna disposición para solucionar los problemas reales de los catalanes”.

    Por todo ello, los catalanes deberían modificar la aritmética parlamentaria tanto en Cataluña como en España, porque no se puede continuar consintiendo que esa banda de impresentables ocupen escaños en el Parlament y en el Congreso de los Diputados.

    Aprovechar los comicios del 28 de abril y del 26 de mayo puede ser una buena ocasión para enviarlos al desván de los trastos viejos e inservibles, una buena ocasión que no hay que desperdiciar, para el ejercimiento del derecho a decidir.

    Porque decidir, que en Cataluña los coches circulen por la izquierda, es una mala decisión la tome el Govern o dos millones de catalanes porque sería una incorrecta interpretación del derecho a decidir, que solo produciría los choques en la circulación, los mismos que ha conseguido el Independentismo en la sociedad de Cataluña.

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