Ni las formas ni los contenidos: nada ha cambiado
Y eso era de esperar, aunque el periódico de El País de hoy en su portada titule “Torra evita amenazas sin renunciar a su discurso radical”. Porque a la vista de la trayectoria inequívocamente “Rupturista con España”, ninguna propuesta que pudiese albergar un cambio, – sería un sueño, vamos – con la que Quim Torra en su aparición en el Teatro Nacional de Cataluña, hiciese algún giro a lo que desde la Generalitat se viene “pretendiendo” con una mezcla de un bla, bla, bla, amenazante y un miedo a realizar cualquier actuación que requiera inevitablemente tanto la aplicación del artículo 155 y la intervención de la Justicia con nuevos procesos.
“Evitando” como recoge El País, a añadir más amenazas a las que viene manifestando, Torra sigue al pie de la letra que lo que le está marcando el fugado Puigdemont. Parece conveniente pues, recordar que la afirmación de que: “No hemos dado ningún paso atrás, ni renunciado a nada” y que el objetivo del Govern es: “Un referéndum de auto-determinación”, y que “No aceptara ninguna sentencia sobre el Proces, que no sea la completa absolución”. Han venido a recordar a todos, al Gobierno socialista, a los partidos políticos del arco parlamentario y especialmente a todos los catalanes y catalanas, que el choque de esas actitudes con la legalidad de las leyes, la Constitución y el Sistema judicial de nuestro país es inevitable.
Claro que tras el fracaso del “Proces” y de todas las actuaciones ilegales por las que fueron procesados y encarcelados los líderes independentistas, que no se hayan fugado. Y la fractura de entre sus filas, el gran problema del independentismo, es que no saben como salir “del atolladero en que se han metido”. Y además renuncian a cualquier fórmula que no sea la separación de Cataluña con España.
Y en esas estamos, y aunque sigan con las amenazas verbales para calmar a sus seguidores, la realidad es que el poder del Estado de “Derecho de nuestro país es más fuerte y sólido que laEsquizofrenia rupturista”. Porque se basa en la Libertad y la Democracia, para todos.
Y aunque este nazi-onalista de Torra, se atreva a seguir engañando a la parte de catalanes – minoritaria – de que él se debe a la voluntad de los catalanes. Las mentiras le van a alargar la nariz como a Pinocho, porque en las elecciones el conjunto de las fuerzas separatistas, estas no obtuvieron la mayoria social. ¡NO! y Torra es un embustero y hay que decirlo bien claro y bien alto para que se oiga en toda Cataluña.
Y además con más cara que vergüenza, Torra se ha reafirmado como un Nazi, acusando al Estado de Derecho y al Sistema judicial de nuestro país de fascista, porque los “Delito por los cuales son acusados nuestros compañeros son inexistentes”.
Y así, están las cosas, la “Crisis institucional de Cataluña” va a persistir con el juego que le interesa a “algunos lidercillos”, de hacer amenazas verbales, pero “Cagaditos de miedo de volver a repetir las actuaciones de Puigdemont y Cia”.
Y el Gobierno Socialista, con las actuaciones de cada ministro/a y al frente del mismo Pedro Sánchez van a continuar mostrando que solo en el marco del diálogo de la libertad y la democracia del Estado de Derecho, será posible la solución a la crisis en Cataluña.
Y los catalanes, todos van a ser, quienes tienen en sus manos el poder decidir con sus votos que Cataluña siga siendo Cataluña en una España de Libertades y Democracia.
Porque ese “Invento de la auto-determinación” no es ningún derecho. Porque no existe en el mundo. Ese derecho fue válido solamente, para decidir la secesión en caso de los pueblos colonizados, reprimidos por dictaduras o invadidos militarmente.
No parece necesario sumergirnos en las profundidades de la Historia para reconocer que Cataluña no es una colonia de España, no lo ha sido NUNCA, ni está reprimido por una Dictadura, o está invadida militarmente por un ejército de otro país.
Vamos que ese manido derecho a elegir, lo es en el marco de las Leyes que los españoles – catalanes incluidos – nos dimos en 1978. Y es en función de esas mismas normas democráticas, que NADIE, NADIE puede decidir que la circulación de los coches se haga por la izquierda en su pueblo.
Así lo veo, y así lo cuento.