Una alternativa al independentismo: ¡no votarles!
El espectáculo que están dando los líderes del independentismo, es la mejor campaña electoral para quienes confiaron en ellos: “dejen de hacerlo y voten la alternativa al independentismo”: NO VOTARLES.
Alguno de mis lectores pensará que es una tontería lo que digo, - pero entre tantas que se dicen -, modestamente creo que lo que digo tiene sus fundamentos y sobre todo, porque en ella se encuentra, que la mayoria en las urnas del 21-D no salgan otra vez los que han sumido a Cataluña en la fractura social, el deterioro económico y el aislamiento internacional, absoluto, que han conseguido desde el Govern y el Parlament. Eso ya no se puede volver a repetir.
Y si llegado a esta situación, en donde todos los líderes independentistas sin excepción, han reconocido que no tenían ni la mayoria social y que no estaban en condiciones para hacer lo que intentaron. Son dos buenas razones para no volver a votarles.
Ahora, con las lamentaciones fingidas de unos y otros, ya no les puede servir “El no sabíamos lo que hacíamos”. Porque ese falso arrepentimiento no les va a evitar ni el juicio ni la condena que les impongan los Tribunales por los delitos de Rebelión, Sedición y la apropiación de los dineros públicos para fines ilegales.
Ni les va a servir, para seguir engañando a quienes les votaron engañándoles con “El que España, nos roba” y que “Ibamos a pertenecer a la Unión Europea” y que “El derecho de auto-determinación” – inexistente en el derecho internacional – iban a hacer de Cataluña la Arcadia feliz, con la independencia y la República. Porque la realidad a la que se ha ido ha sido todo lo contrario, la que hoy, tristemente se está constatando: “Fractura social, caos económico, y aislamiento internacional, entre otras repercusiones negativas para Cataluña y España”.
El hecho de que el portavoz parlamentario del PDeCAT, Carles Campuzano haya aclarado – para el que no lo haya entendido aún – que los partidos secesionistas en Cataluña necesitaran más tiempo para reforzar las mayorias pro-independencia y que deberán además “acompasar sus ritmos a las realidades de los hechos”, son manifestaciones que vienen a confirmar, la disposición del independentismo, hasta lograr el Estado Catalán.
Eso en “Roman paladino” quiere decir que, los que han sumergido a Cataluña en el autentico caos económico y social que ya se conoce, quieren volver a intentarlo. Razón de más para no volver a fiarse de tales irresponsables.
Y aunque este personaje, haya manifestado en los pasillos del Congreso de los Diputados, que su partido el PDeCAT no va a renunciar al horizonte de la independencia, y a tener un Estado propio en Cataluña, que “Ha llegado para quedarse”. La realidaddel sentido común, está hiendohacia el otro lado, en donde la mayoria de la sociedad catalana, de esa, la “muy evidente mayoria hasta ahora silenciosa” es la que va a ir a votar en contra de esos partidos independentistas.
Porque con “una y no más Santo Tomás” ya ha habido la amarga experiencia, la prueba de que lo han hecho bastante mal para Cataluña, y por ende a España”. Y quesin lugar a dudas va a requerir algún tiempo para recuperar la convivencia, la industria y el desprestigio que ha alcanzado Cataluña con la “Independencia y a República”.
Otro portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardá, también lo ha dicho bien claro: “No somos independentistas porque no ha existido una mayoria de catalanes que lo haya querido”. Y el también huido ex-consejero de Salud, Antoni Comín ha dicho “Que toca fijarse en los límites de las dificultades, que tiene curvas más complicadas de las que la gente podían prever”.
Pues ahora es la hora, de quienes advirtieron que por ese camino de “Saltarse la Constitución y las Normas democráticas del Estado de Derecho” solo podían conducir a la situación donde se ha llegado. La hora de los partidos que releven con una amplia mayoria en el Parlamente a quienes siguen empeñados en la consecución de un Estado propio de Cataluña.
Porque todas las manifestaciones desde las del fugado Puigdemont anunciando que hay una solucion al independentismo – y si la había ¿porque no la planteo antes? -, son solo una estrategia para evitar el fracaso electoral del 21-D. Una estrategia organizada, de la que han formado parte las declaraciones de Carme Forcadell ante el juez, que si bien pueden entenderse desde el punto de vista de su defensa judicial, no deja de ser un hecho que habrá desconcertado, a los sectores que se han movilizado creyéndose los cuentos que les han contado desde las cúpulas del independentismo.
Y “a pesar de lo que les pese” y lo quieran disfrazar, el PDeCAT, ERC, la CUP, la imposible candidatura única de las fuerzas independentistas, ha sido y es, la punta del iceberg de la descomposicion del bloque separatista del que forman parte, y en cierta medida, el anunciado fracaso de estas fuerzas el 21-D.
Pero ante las decisiones judiciales entre las que se encuentran la causa de la rebelión, sedición y la malversación, abierta por los Tribunales, no parece que vayan a servir de mucho a esta “pandilla de líderes delincuentes” que urdieron una estrategia de todo el movimiento secesionista perfectamente organizada y con reparto de papeles, el día que sean juzgados. Como tampoco “el factor victimismo” les sirva de mucho para que en las urnas vayan a cosechar los resultados que desearían para continuar con el objetivo supremo del nacionalismo: “La separación de España, con un Estado propio en Cataluña”.
Una mirada realista, exenta de pasiones de ningún tipo, hoy tiene que constatar como el fugado Puigdemont desde “Su exilio dorado” en Bruselas que no le ha concedido el asilo político que deseaba, está tratando fracaso tras fracaso, de conseguir una lista con independientes -¿Cómo si él no lo fuera? – y de ver en que lugar se sitúa este ex-President, en la lista del PDeCAT que concurrirá a las elecciones el 21-D con otro nombre que han “bautizado cuatro amiguetes” en Bruselas.
Desde ERC, Junqueras se ha retirado de ser el primero de la candidatura, proponiendo a Marta Rovira para que sea la futura Presidenta de la Generalitat. Y a su vez ha anunciado la disposición a pactar con Ada Colau y Podemos después del 21-D.
Una operación desesperada de la alcaldesa de Barcelona que tras romper con el PSC en el Gobierno municipal, ha pactado con los restos del naufragio de Podemos en Cataluña. Y aunque los haya denominado como una actitud de “Radicalidad democrática” esas actuaciones la han situado claramente, en lo que desde siempre favoreció: “El independentismo, del cual espera sacar provecho.”
Lo lamentable de toda esta situación, creada en Cataluña, es que le está sirviendo al Gobierno de Mariano Rajoy, de escudo para que los problemas de su mal gobierno aparezcan en las portadas de todos los medios de comunicación. La percepción de sobres de Mariano Rajoy de la cuenta B, han sido hace unos días la información que en el Congreso de los Diputados han dado sobre el PP y el Presidente del Gobierno, por boca de altos responsables de quienes destaparon la trama Gürtel, y que le ha recordado Margarita Robles portavoz socialista, y le ha resbalado a Mariano Rajoy. Cuando lo que debería, si tuviera vergüenza – ya que no la ha usado en sus años de Gobierno – es la de dimitir y convocar elecciones generales.
Porque eso en el fondo, es lo que necesitamos en nuestro país, porque no se puede tolerar por más tiempo, que al binomio corrupción y fraude en el que está sumido hasta las cejas el Gobierno, se venga a sumar ahora la disposición anunciada por el representante del PP en la Comisión para la revisión e identificación de la Constitución, que el PP no piensa en “Reformar la Constitución”.
He aquí las diferencias que Pedro Sanchez advirtió que surgirían cuando las fuerzas parlamentarias se propusieran a examinar las necesarias reformas para actualizar la Constitución.
En el fondo no solo hace falta que el 21-D se produzca unos resultados en las urnas, que hagan que la mayoria parlamentaria en Cataluña que descanse en los partidos que están por la reforma de la Constitución y una Cataluña integrada en una España diferente. Sino también hacen falta ya la dimisión de Mariano Rajoy y la convocatoria de elecciones, también para que una nueva correlación parlamentaria haga posible el Gobierno con Pedro Sánchez de Presidente, para hacer posible una España diferente.