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Por María José Navarro
Picos Pardos - RSS

Ni quietos ni callados

    Me he encontrado este título entre los documentos que voy guardando cuando se me ocurre algo sobre lo que escribir… En este caso era sobre la nueva Ley de Seguridad Ciudadana o ley Mordaza, aprobada hace apenas un mes por el Pleno del Congreso, pero en aquel momento decidí aparcarlo para hablar sobre el SIDA y las industrias farmacéuticas…

    Farmacéuticas que en estos momentos están en el pensamiento de muchas personas afectadas por la hepatitis C, imagino que también en la de la mayoría de los españoles, ya que no nos puede entrar en la cabeza cómo un medicamento que cuesta menos de 10 € fabricarlo, se puede comercializar por 100 veces su coste real. Y mucho menos se puede entender que nuestro gobierno tenga dinero para rescatar bancos y sin embargo cada día mueran 12 pacientes por no habérseles suministrado el medicamento en cuestión…

    Pero lamentablemente también está de total actualidad el tema de la libertad de expresión tras los atentados de esta semana en París… No quiero entrar en el tema de los fanatismos religiosos, ni tampoco de las xenofobias, pues han corrido ríos de tinta estos días a favor y en contra de lo uno y de lo otro, pero sí me gustaría hacer hincapié en la hipocresía de algunos políticos haciendo manifestaciones de las que dan risa, si no fuera que esto no tiene nada de gracioso.

    Porque a mi me parece un chiste de mal gusto ver como dirigentes de países como Turquía, Egipto o Rusia se manifiestan por las calles de París defendiendo la libertad de expresión, cuando en sus países los ciudadanos tienen bastante difícil eso del derecho a opinar…

    Pero ver a nuestro presidente, el señor Rajoy, en esa Marcha Republicana, me parece el colmo de la desfachatez, cuando sin ir más lejos, el otro día se imputó a un colaborador de un programa televisivo por hacer un sketch, en el que se parodiaba la desarticulación del Partido Popular… o cuando en nuestro país vamos a disfrutar de una ley retrógrada con la que se pretende hacer desaparecer los movimientos sociales de los últimos tiempos.

    Esta ley va a impedir manifestaciones o reuniones en lugares de tránsito público, colgar pancartas y banderas en edificios, instalar tenderetes para recoger firmas o repartir propaganda, acompañar a las víctimas de desahucios, grabar actuaciones de las fuerzas del orden público y, por supuesto, compartirlas en las redes sociales, y mucho cuidado con las expresiones que puedan suponer una ofensa a España o las acusaciones que se puedan verter en contra de autoridades o instituciones en las manifestaciones públicas, ya que las sanciones pueden ser muy cuantiosas.

    Está claro que el gobierno que preside ese señor que hoy se manifestaba en París por la libertad de expresión, prefiere tener a los españoles quietos y callados. Los franceses tendrán que protestar por nosotros…

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    comentario 1 comentario
    Marietika
    Marietika
    15/01/2015 06:01
    No nos callarán

    Matar por ideología es atentar contra la razón en un mundo pluralista. Pero dejar morir por fines lucrativos es otra forma de asesinato no menos deplorable. Por qué un pastor (o cualquiera de nosotros) no puede coger manzanilla del bosque para su mujer que está enferma? (¿recordáis el caso?). Las hierbas del campo ya no nos pertenecen, pertenecen a las farmacéuticas; el agua ya no nos pertenece, pertenece a las envasadoras; y el aire… sí, ese, como está contaminado, no lo quieren. Pero no nos vamos a quedar ni quietos ni callados. Nos quedan las urnas para mover de su poderío a quien se cree tan enaltecido en su poder como los yihadistas: nuestros políticos, que se ocupan más de que no se juzguen por delitos de corrupción a sus amigachos a facilitarnos la vida a quienes deben dar gracias de su posición privilegiada: a los de abajo. Si queremos cambiar el mundo para mejorarlo, tendremos que atrevernos a innovar, probar cosas nuevas en política. Lo que tenemos ya sabemos que no funciona.

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