Esto no tiene nombre
Lo que pasa en Educación no tiene nombre… O al menos yo no sé cómo calificar tanta incompetencia y sinsentido.
El otro día leí que la señora Consellera, mi tocaya Mª José Catalá, se acababa de percatar que hay 170 centros educativos en la Comunidad Valenciana con graves problemas estructurales. No puede ser que aun no se hubiera enterado de esto, pues llevamos años, que desde diversos sectores (AMPAs, sindicatos, partidos políticos…), se vienen denunciando las deficiencias de algunos centros escolares, presentando las pruebas de ello, haciendo informes detallados y, por supuesto, trabajando desde esos mismos centros para evitar males mayores…
Pero lo mejor es que en otro periódico leí que no iban a publicar la lista de los centros que van a ser reparados para evitar que los padres no se alertaran con la noticia… como si los padres y madres, como si el personal docente y de servicios, como si incluso, el propio alumnado, no fueran conscientes de ello sin que nadie se lo diga, como si nunca hubieran tenido que padecer los inconvenientes de unos edificios viejos y descuidados: barracones, instalaciones deterioradas, servicios en mal estado, patios inundados, calefacciones que no funcionan, y un largo etcétera de problemas y situaciones de riesgo.
Y es que no hay mejor ciego que el que no quiere ver, ni mejor sordo que el que no quiere oir… y hablando de educación, los políticos que nos gobiernan son ciegos y sordos en proporciones absolutas.
Si seguimos con este tema, aunque con otros actores y en otra autonomía, esta semana hemos podido alucinar con la propuesta del Presidente de la Comunidad de Madrid de ampliar el acceso a las pruebas de maestros a titulados universitarios que no hayan hecho la carrera de Magisterio para que puedan ejercer como tales. ¿Entonces qué está diciendo el señor González? ¿que los titulados en Magisterio no son buenos profesionales? ¿que es mejor tener dando clase a un graduado en cualquier especialidad que a un maestro?
Si se supone que Magisterio es la carrera en la que se forma a los docentes dándoles las herramientas pedagógicas para poder trabajar de manera satisfactoria con el alumnado, al igual que en la carrera de Arquitectura se les enseña a los futuros arquitectos a que no se desplomen las estructuras, no veo necesario que venga un botánico ni a dar clases ni a diseñar edificios, pues en ambos casos, seguramente carecerá de los conocimientos necesarios para poder llevar a cabo la tarea encomendada…
Por una vez, y sin que sirva de precedente, le voy a dar la razón al ministro Wert, que ha descartado la propuesta del Presidente de Madrid y mantiene como requisito imprescindible para poder optar al cuerpo de profesores tener el título en Educación Infantil o Primaria.
Ahora a esperar la próxima ocurrencia de alguno de ellos… porque como he dicho antes, lo que pasa con la educación no tiene nombre… ¿O sí?