Dos cementerios y algunos cadáveres

Desde hace un par de años camino diariamente alrededor de seis kilómetros, por un lado para mantener a raya esa herencia familiar que me acecha llamada diabetes (nada que ver con la herencia de Pujol) y por otro, gozando de un momento de tranquilidad que me permite pensar en las cosas que suceden a mi alrededor.

El recorrido lo utilizan habitualmente personas de mi barrio que desean hacer algo de deporte, ya que pocas opciones tenemos para caminar por nuestra pedanía de Benimámet, por lo que cada día paso por la puerta de los cementerios municipales de Burjassot y Benimámet, y por los alrededores de algunos cadáveres de esos de los que en Valencia proliferan por doquier…. Canal9, Teyoland y Feria Valencia son esas instalaciones caídas en desgracia que están por mi ruta, siendo testigo durante este tiempo de los cambios producidos en el ciclo vital de estos espacios…

Canal9, esa televisión de todos los valencianos, aunque muchos no nos sintiéramos identificados con ella, tuvo que cerrar su emisión hace algunos meses debido a la pésima gestión que la llevó a tener una deuda de más de 1.200 millones de euros. Durante algún tiempo antes del cierre vi a los trabajadores concentrados a las puertas de la Radio Televisión Valenciana, aunque a mi entender, esta reacción llegó muy, muy tarde… Ahora, cada día, cuando paso por allí pienso en cuán fácil es dilapidar el dinero ajeno, y, como en tantas otras cosas, sin que haya ningún responsable de tanta irregularidad.

Teyoland es otro de esos fiascos que se veía venir. Se dijo que iba a dar trabajo a muchas personas de Benimámet. Se vendió también que incluso esto mejoraría el transporte público del barrio, pues el tranvía llegaría hasta allí diariamente y no solo cuando hubiera feria… Y, poco nos duró la alegría de los 300 empleos y el tranvía diario, pues en algo más de seis meses Teyoland cerró sus puertas.

Y, como siempre, a mí se me quedan preguntas sin respuesta: ¿Quién se dedica a hacer los estudios de mercado? ¿Cómo se le ocurre a alguien gastar un solo céntimo en montar algo que está condenado al fracaso?

Feria Valencia, otro mastodonte de cemento al que en 1998 ya le prestaron casi 4.000 millones de las antiguas pesetas (de las de todos) para que pudiera acometer sus obras de ampliación (ampliación que, incluso el sector empresarial califica como un error, ya que el negocio ferial está en declive y una gran parte de sus clientes tradicionales han desaparecido), y a la que año tras año la Generalitat le destina millones de euros para que pueda hacer frente a la deuda de esa obra faraónica cuyo presupuesto se disparó de los 325 millones de euros iniciales a 600 millones, así, como si nada… (Esas cosas que pasan en las obras públicas, pero que resultaría inadmisible si en casa el fontanero te pidiera el doble de lo presupuestado para arreglar el baño…)

Insensatez tras insensatez hacen que cada día camine entre un puñado de cadáveres de hormigón y entre esos dos cementerios que, de momento, siguen con sus puertas abiertas y sin problemas de liquidez, ya que el mejor negocio es, evidentemente, el de la muerte, pues ese no tiene que cerrar ni por la incapacidad de sus gestores, ni por falta de clientela.