La Familia
Es por todos conocido, la moralidad única y verdadera que se otorga la izquierda en sus declaraciones o argumentos a la hora de criticar o desprestigiar a quienes opinamos diferente a ellos. Democráticamente, cada uno tiene su verdad, su razón, su otra manera de ver las cosas, otro punto de vista, y la historia nos ha demostrado a lo largo de los siglos, que son ellos, con sus erróneas acciones y decisiones, las que no han llegado a buen puerto, y necesitan a quien culpar de sus fracasos, de sus desvaríos, porque son ellos mismos quienes sufren sus ideas totalitarias disimuladas con buenas palabras, camufladas en un argumento desfasado, rancio, rencoroso y revanchista que solo genera enfrentamiento entre españoles. No aprenden de sus errores; sus acciones, decisiones y palabras, nos trasladan a una época que no vivimos, una historia que quieren rehacer con mentiras y manipulación.
Y es aquí donde queremos llegar, su única obsesión es mentir una y otra vez para poder generar en la sociedad un miedo colectivo hacia los que pensamos diferente, los que no estamos de acuerdo con sus disparatados argumentos y propuestas manipuladas y colarnos su ideología sectaria y totalitaria.
El mayor logro que se le puede otorgar a la izquierda, ha sido dividir a la sociedad, ese ha sido y es, su único y verdadero propósito, “divide y vencerás”, para así ganar y mantenerse en el poder. El objetivo principal de nuestros gobernantes a día de hoy es la destrucción de la Familia, la única que existe de verdad, como institución básica de las sociedades que gobiernan y como no, utilizando los medios de comunicación para normalizar antes de legislar, con cambios culturales que los gobiernos de izquierdas diseñan e inconscientemente la sociedad acepta, llenando películas, series y programas televisivos con historias conmovedoras diseñadas para iniciar el cambio.
Y su ataque a la familia es por ser la única que se les resiste, porque existe de verdad, es el componente fundamental de toda sociedad, donde cada individuo, unido por lazos de sangre o afinidades logra proyectarse y desarrollarse. Es en este contexto familiar, que empieza desde la infancia y la convivencia propia, donde el hombre y la mujer adquieren habilidades y valores que lo ayudarán a superarse y replicar estos principios al momento de conformar su propia familia. Destruyendo “La Familia”, conseguirán individuos inestables, inseguros y aislados, fácilmente dominables y, sobre todo, listos para consumir y trabajar, que es lo que la sociedad que han creado demanda.
Dentro del Manifiesto Comunista de Karl Marx y Frederick Engels, aparece una frase que nos debe hacer reflexionar, “Abolir a la familia”. Es uno de los principales puntos en la agenda de la izquierda internacional junto al feminismo radical de género acompañada de poderosas organizaciones para controlar a la población. Esta confabulación se camufla bajo el disfraz de los derechos humanos, de la igualdad de la mujer y de los derechos de los niños.
En el libro de Engels,” El origen de la Familia, la Propiedad y el Estado”, se evidencia la unión entre el marxismo y la ideología de género, donde recala el antagonismo entre clases, entre el hombre y la mujer, unidos en un matrimonio monógamo, donde se oprime a una clase por la otra, la del sexo femenino por el masculino. Y es en esto donde se basan las feministas de género, donde confluyen en que la familia es la principal opresión para la mujer, como la liberación de la maternidad.
Por ello, debemos unirnos y no callar bajo la sombra de la nefasta igualdad de género, caballo de Troya para manipular y controlar imponiendo un silencio de complejos y vergüenza para convencernos de que estamos obsoletos y renunciar a nuestros valores, incluso dejar de transferirlos a nuestros hijos, para que ellos puedan adoctrinarlos, a través de los medios y la educación.
Hay que decirlo alto y claro, no tener miedo, no permitamos que nos obliguen a renunciar a nuestras creencias, no nos callemos contra la vulneración de nuestros derechos, de unos valores con los que hemos construido y formado esta nuestra sociedad y no ceder ni un paso atrás, ante la destrucción de nuestra civilización occidental y católica.