La dichosa Humanidad
Las fronteras, las banderas, y los himnos, unen a los ciudadanos o los separan.
Sin considerar mi capacidad física. Intuyendo quizás que era mi última oportunidad. Emprendí un peregrinaje de reconocimiento y despedida, Córdoba, Sevilla, Granada, Valencia, Barcelona, Zaragoza, Madrid.
La Hispania romana, Al-Andalus árabe, la Sefarad judía. La España de mis padres, abuelos. Mi España, mi Burriana.
La vida, al igual que un puzzle esta compuesta por elementos en apariencia incoherentes que al ubicarlos nos revelan un contenido que a veces nos alumbra y otras nos deslumbra.
Durante setenta años fui e pos de mi identidad. El hombre al igual que un árbol, al ser transplantado se arraiga o perece. Algunos, muy pocos, sustentándose en la tierra que los acoge, son capaces de regresar sin marcharse.
En fin, al alcanzar la cima de nuestra existencia, comprobamos no sin asombro que las vivencias que recordamos con más cariño fueron las más difíciles y dolorosas.
A José Calpe, Gloria Olivares, Roberto Roselló, Miguel Bataller, Joan Pascual, Santiago Ríos, José Mejías, Joseph Palomero, Paco Ventura, Vicent Franch, Berta Balaguer y a otros. Muchas, ¡Muchísimas gracias! Con vuestro afecto y generosidad habéis hecho posible mi regreso.
Apreciado paisano, considero que en éste Mundo, nada es casual. En donde unos ven un problema, otros vemos una oportunidad.Le agradezco su atención y espero contar con su critica, la que estoy seguro sera enriquecedora. Un abrazo