El Criterio y otras hierbas
“La generalidad de los hombres desciende al sepulcro, no sólo sin haberse conocido a sí mismo, sino también sin haberlo intentado.”
La seducción con la que Balmes nos invita a reflexionar sobre nuestro Ser es por lo menos, tentadora.
Considero en principio que cualquier Ser es la reacción de lo posible. Me causa tanta tristeza el rebuznar de los “lustrados”, cuando al tratar de poner en evidencia la ignorancia ajena. No hacen sino, poner de manifestó la propia.
Cuando a temprana edad leí El criterio. Era yo tierra fértil más, tuvieron que transcurrir tórridos veranos, hasta que las nieves del tiempo, lo hicieran germinar en mi alma: “La razón de la sinrazón, que a mi corazón se hace...”
Siempre me consideré valenciano pero al regresar a mis lares descubrí, que sentía como tal, pero razonaba distinto.
¡Mi mar!
Cómo me gusta la arena
y cómo me gusta el mar.
El yodo va por mis venas
y en mi garganta la sal.
Sin límites en los ojos
para poder contemplar
las estrellas en el cielo
y todo el verde del mar.
Del Mediterráneo vengo,
en tus orillas nací.
Mucho mar hay en el mundo:
todos conducen a ti.
Sentado en esta escollera
veo los barcos pasar
pero solo los veleros
a mí me hacen soñar.
En el velero se funden
el viento,
el cielo
y el mar.
Aprendí a leer en un viejo libro de Historia y como grumete, aborde en añosas láminas a la nao Victoria, con ella, conocí esos mundos de Dios. Vi morir a Magallanes en Mactán y con Elcano, regresé a Sanlúcar. Lloré a Churruca en Trafalgar y a Burriana en la diáspora.
La vida me fue fácil. Distintos cuerpos, distintas caras, siempre lo tuve a mí lado al Ángel de la Guarda.
Quizás nunca sepa quién soy Lo que si he descubierto es que la sustancia de la vida, no está en la meta, sino en el camino.
Hasta los jueces se "equivocan" Dios me guarde de juzgar. Simplemente trato de entender y obrar en consecuencia.En cuanto al Criterio. estimo que para considerarse tal, debe ser capaz de regenerarse a sí miso. Amar, lo hago con pasión, El odiar, no tiengo tiempo, ni capacidad para ello. Ralmente José, Tus palabras, dejan siempre una profunda huella en nuestra alma.