El Tribunal Supremo dicta sentencia contra Marlaska, caso “Pérez Cobos”

Aunque parezca mentira, el Juez Marlaska parece empeñado en perder el poquísimo prestigio que le queda, en cada una de las decisiones que sigue tomando día a día y arrastra al Presidente al borde del precipicio.

Quiso imponer en su momento su criterio ilegalmente por “sus partes nobles”, sin darse cuenta de que ya no le servían ni para eso.

Algunos años después nuestra Justicia, que es muy lenta pero no por ella deja de ser justa, le recuerda a nuestro Ministro menos justo, que ella no está al servicio del Gobierno, sino del pueblo español.

En Mayo del 2020 cuando el juez vasco dio la orden de fulminar a nuestro egregio y valiente Guardia Civil, éste estaba investigando a requerimiento del Juzgado nº 51 de Madrid para averiguar cómo actuaron las autoridades sanitarias en el origen de la pandemia del Covid 19.

Ahora el Supremo avergüenza al Juez y Ministro Socialista a la vez, dándole la razón  a Pérez de los Cobos.

En cualquier país verdaderamente democrático, esta sentencia sería motivo más que suficiente para exigirle la dimisión o expulsarle del Gobierno el Presidente.

En España por lo visto, nunca se encuentran motivos reales para tomar estas decisiones, cuando más evidentes son las pruebas y menos todavía al tener ese entramado de irregularidades o ilegalidades promovidas y apoyadas por unos y  consentidas por los otros, que les convierten a la vez en partes interesadas de todas ellas.

Como bien se conoce en el acervo de la picaresca española, lo mejor para todos los “pillos, delincuentes y desalmados”, es permitir que todo siga igual, para que nada cambie y así no pisarse los callos unos a otros.

Y en esas estamos ahora, en plena época pre electoral en la que nadie quiere dar un resbalón, para  no perder su sillón, en que se sienten perfectamente cómodos y esperando que pase otra tormenta de corrupciones y se olviden amparadas por el humo de las hogueras que invaden nuestra Comunidad Valenciana, donde sin duda vendrá “a prometer hasta meter” pero estoy seguro de que “después de metido, no nos va a hacer llegar nada de lo prometido”.

En tan hábil y peligroso como vanidoso y mentiroso.

Lo más triste, es que aun haya tantos cientos de miles de españoles que no lo vean y lo consientan.

Comprendo a los que maman de su teta y chupan de su bote, pero no puedo creer que haya leche para tantos como le votan.

No queda más remedio que pensar que el resto se conforman con las migajas que les suelta de vez en cuando y sobre todo el tiempos pre electorales.

Luego NADA DE NADA.

Hasta la semana que viene amigos.