¡Descansa en paz, Berta Balaguer!
En mis casi 20 años de colaborar con mis columnas en este medio, apenas habré dedicado media docena de mis columnas a recordar a amigos que nos dejaron.
Nadie se la mereció más que Berta, ya que gracias a ella y a su espíritu emprendedor, he podido expresarme con absoluta libertad y sin ninguna traba en este medio digital.
Nos hemos conocido toda la vida, ya que estudié con su hermano Manolo en los Salesianos, cuando llegue yo a Burriana hace sesenta años y ella apenas era una niña pre adolescente, de la que me separaban más de seis años.
Pero cuando realmente mantuve un contacto frecuente, fue hace algo más de 20 años, cuando me vine a vivir definitivamente a Burriana.
Y durante todos esos años, me atrevería a asegurarles, que muy pocas semanas he faltado a mi cita semanal con este medio.
NUNCA CON LA PENA Y TRISTEZA QUE SIENTO HOY.
Tenemos y siempre hemos tenido dos caracteres muy fuertes, tanto tú como yo, pero siempre nos hemos hablado muy claro y nos hemos respetado.
Hoy, que no puedes contestarme, pero si leerme y comprenderme desde ese Cielo en el que yo creo y te deseo para disfrutar de la Eternidad, quiero decirte que siempre he admirado tu sentido empresarial, en un mundo para el que no pudieron prepararnos cuando estudiábamos, pero en el que tu supiste abrirte un camino con tu inteligencia, tenacidad y sentido de la responsabilidad.
Te he visto luchar contra viento y marea, defender con uñas y dientes la supervivencia de www.elperiodic.com, aumentando su área de influencia a nivel provincial, regional e incluso nacional hasta llegar a millones de españoles, no solo en suelo español, sino de todo el mundo.
Tú y las nuevas tecnologías, me habéis permitido mantenerme en contacto con mis ex clientes y amigos de todo el mundo y tu periódico digital se ha leído en países exóticos de Oriente Medio y Extremo Oriente.
Por eso, cuando hace apenas media hora, en una tranquila sobremesa de domingo de primeros de Julio de 2.021 me han dado la noticia que nunca hubiera querido recibir, pero que sabía que podía llegar en cualquier momento, me he sentado a dedicarte este breve y sentido homenaje.
Tanto tu hijo Jorge, como Laura me han ido comentado la evolución de tus últimos días cada vez que les he llamado.
Lo siento muchísimo Berta y te lo digo con el corazón encogido.
Un abrazo muy fuerte.
¡QUE DIOS TE ACOJA EN LA GLORIA Y PODAMOS VOLVER A VERNOS A SU LADO, CUANDO ÉL DISPONGA!