Contrastes evidentes entre la España de hoy y la de mi juventud
El simple hecho de envejecer e ir superando las diferentes etapas de nuestra vida, son la mejor forma de comparar lo que hemos vivido y disfrutado en nuestra juventud y los años de plenitud vital con lo que nos está tocando ver y vivir en una España desquiciada y manipulada por patanes insensatos, incapaces de tomar ni una sola medida positiva para los españoles.
Hoy quiero establecer un análisis comparativo, entre mi vida escolar y empresarial de mi juventud y lo que puedo observar en mi entorno inmediato hoy.
Una vez completada la etapa de formación y educación tuve la suerte de empezar a trabajar en Banca durante dos años, al volver del Servicio Militar (escuela de vida muy interesante, donde aprendí a disciplinarme y convivir).
Llegado un momento, tuve la oportunidad de incorporarme al mundo empresarial, gracias a mis conocimientos de francés e inglés y afortunadamente encontré acomodo en una empresa ejemplar en todos los sentidos, donde viví el ejemplo de unos empresarios espectaculares, que me facilitaron mi progresión humana y profesional, permitiéndome conocer los cinco continentes y más de setenta países de todo el mundo.
Y aprendí a gestionar empresas, basándome siempre en unos Presupuestos de Gastos Dirigidos, que venían a ser LOS DIEZ MANDAMIENTOS DE LA EMPRESA, ya que de su cumplimiento y respeto, dependía la buena marcha de la misma y el bienestar de todos los que la integrábamos.
Recuerdo perfectamente, que en aquellos tiempos era norma imprescindible la de LOS TRES TERCIOS, que en detalle venía a ser dedicar un 33 % del presupuesto como máximo al capítulo de sueldos y salarios de los trabajadores y directivos de la empresa.
Otro tercio a las reinversiones, que permitieron convertir una empresa familiar en un conglomerado empresarial de más de 1.500 empleados en apenas veinte años, con cuatro centros repartidos entre Torrente, Picasent y Cuenca con delegaciones internacionales en Estados Unidos y Francia.
El otro tercio se destinaba al reparto de beneficios entre los empleados y la propiedad, en porcentajes que nos tenían a todos conformes y sin desencadenar envidias ni sentimientos negativos hasta que al final de los años setenta del siglo pasado, empezaron los movimientos sindicalistas y especialmente COMISIONES OBRERAS, UGT y el COMANDO AUTÓNOMO DE TRAJADORES (CAT) a enfrentarnos a unos y otros y en menos de diez años, consiguieron llevar a la ruina y demoler una gran empresa que se había edificado a lo largo de más de cuarenta años.
El poder político a través de sus correas de trasmisiones que eran UGT (para el PSOE) y C.C.O.O. (para el P.C) logró su objetivo y ahí empezó el lamentable camino que nos ha llevado al punto actual.
Pasamos de ser una España en la que los Gobiernos facilitaban la creación de empresas y puestos de trabajo productivos, a ser otra bien distinta, en la que los sindicalistas y políticos, trataban de manipular las empresas en beneficio propio o de sus partidos y así llegamos a la España subvencionada que hoy tenemos.
Ahora tenemos a unos políticos que sin haber arriesgado ni un solo céntimo de euro, en la creación de empresas y puestos de trabajo, viven en la opulencia concediéndose a ellos mismos y a sus miles de consejeros y asesores unos salarios que nunca se ganan, mientras nos atosigan y arruinan a impuestos al resto de los españoles, que tenemos que ver, como en las instituciones del Estado más del 60% de los presupuestos van dedicadas a Gastos de Personal en forma de sueldos o gratificaciones de difícil control, dejando apenas un 40 % para amortizar la asfixiante Deuda Pública que incrementan día a día de una manera absurda y arbitraria y para pagar los intereses de la misma.
Las reinversiones normalmente quedan reducidas a cantidades marginales que no siempre se usan, ya que a veces se destinan u otros conceptos más importantes para sus intereses personales.
¿Comprenden ahora ustedes cual es la diferencia entre una España Productiva y una España Subvencionada?
Pues eso, es lo que tenemos que agradecerle los españoles que no vivimos de las migajas que los políticos regalan, para ganar votos.
Esas son mis vivencias y mi opinión.
Hasta la semana que viene amigos.