Mi carta a los Reyes Magos de Oriente

Muy Señores míos:

Con todo el respeto que me merecéis, me permito este año, después de los dos últimos tan lamentables que hemos vivido, no pediros que me traigáis ningún regalo.

Me bastaría con que os llevarais para siempre y confinarais en el baúl de los olvidos, una serie de sentimientos y circunstancias que sólo han servido para empobrecer y deteriorar nuestras vidas y sentimientos.

Me encantaría ver en mi entorno, un mundo en que la alegría, la esperanza y las ganas de vivir nos devolvieran aquellas sonrisas que tanto añoro y echo de menos en el mundo en que me muevo.

Llevaros la tristeza, la desconfianza y la falta de empatía y comprensión.

Llevaros también ese egoísmo que suele presidir muchas de las actitudes de nuestras vidas, en las que anteponemos “el YO, al NOSOTROS”.

Devolved a la humanidad, lo que ahora se conoce como La Cultura del Esfuerzo, a fin de que cada día nos levantemos y salgamos de casa decididos a trabajar en todos los sentidos, para ganarnos de una manera u otra aquello que necesitemos para vivir felices, con salud, paz, amor y prosperidad.

Haced que no me cree “necesidades innecesarias”, ni enemigos invisibles como la envidia, el egoísmo o la acumulación de bienes que no me aportan nada más que el temor de perderlos, cuando realmente nunca los he necesitado para ser feliz.

Cuidad a mi familia, porque si todos ellos viven alegres, sanos y felices, me sentiré yo profundamente agradecido.

Como punto final a mis peticiones, me voy a permitir reivindicar la figura de una persona, lamentablemente denostada y proscrita, a la que no se han tomado en consideración sus aportaciones positivas durante más de medio siglo a nuestra reciente Historia de España.

Me refiero a nuestro REY EMERITO, D. Juan Carlos I.

Al no ser Mago como vosotros, su condición humana le ha hecho cometer bastantes errores.

Pero ahora esos “personajillos” republicanos y filo comunistas o populistas e independentistas , que vegetan y controlan nuestras actividades políticas, olvidan todo lo que ha hecho de positivo, para arrimar el ascua a su sardina y de una manera sibilina, intentan acabar con nuestro Sistema Constitucional, que tanto nos ha costado de construir.

Derramad sobre los españoles toneladas de Sentido Común, para afrontar los retos que se avecinan.

Y sin otros encargos  o deseos más importantes y transcendentales que solicitaros, de despide de vosotros hasta el año que viene por esta época