El Club Taurino de Alcora organizó la fiesta de Sant Antoni 2012 con el reparto de 8000 prims
Antiguamente las hogueras, así como la “Matchá”, se realizaban en la tarde noche de la víspera del 17 de Enero, día del Santo, para la mañana siguiente celebrar la Santa Misa y por la tarde carreras de caballos por las calles de Alcora. En la actualidad, por motivos laborales, la Fiesta se ubica el sábado más próximo al día del Santo, por ello este año fue el sábado 14 de Enero.
Me acuerdo que cuando yo era pequeño, había una gran rivalidad entre barrios por conseguir la hoguera más grandiosa. Por aquel entonces, una semana antes de la Fiesta, recorríamos los campos del “terme” alcorino para recoger zarzas, troncos y ramas secas, limpiando de esta forma el monte previniéndolo de posibles incendios. Ya el mismo día de la fiesta, en el que nos daban la tarde libre en el colegio, la utilizábamos para hacer recolecta de trastos viejos por las casas, y así acabar de preparar la hoguera. También nos sorteábamos turnos de guardia para vigilarla y evitar que vinieran chavales de otros barrios a quitarnos leña, o bien a quemarla antes de tiempo. Recuerdo que las hogueras de mayor rivalidad eran las de la plaza de La Sangre, plaza S. Roque y la de la placeta del “Tío Alanga” en la Calderona. Hoy el concepto de las hogueras ha variado un poco. Se solicita permiso al Ayuntamiento y éste coloca una capa de arena como base de la hoguera para no dañar el asfalto, se transporta la leña en un remolque, siendo su base principal palets viejos de madera.
Lo que no ha cambiado es el espíritu tradicional de rememorar al antiguo arriero alcorino, así como la preparación del típico “Prim” (pan bendito amasado con aceite, aguardiente y harina) que en un principio se repartía a todo el que llevaba un animal vivo, pero ahora se entrega a todo el que acude a recogerlo.
A medio día el sacerdote bendijo los ocho mil prims en el Club, donde se hizo la primera prueba regada con un excelente moscatel y se degustaron las típicas “Figues Albardaes”.
Por la tarde, los clavarios se vistieron en la sede del Club Taurino, allí acudió la recua y también numerosos socios del Club a caballo, para subir en comitiva hasta la plaza de la iglesia, abarrotada de gente portadora de diferentes especies de animales, así como otros muchos jinetes alcorinos y demás curiosos.
En la puerta de la iglesia el párroco de la villa bendijo a los animales dentro del tradicional protocolo cantando el típico “Vitol a Sant Antoni”, volviéndolo a entonar los propios clavarios para dar inicio a “La Matxá” (procesión de machos, burros y caballos), estando encabezada por la “Recua Arriera”, evocando a los arrieros alcorinos cuando transportaban las piezas de cerámica para comercializarlas por toda España.
La recua se componía de un número indeterminado de mulas cargando en sus alforjas los cacharros de barro, unidas unas con otras y en fila. Abría la marcha un arriero a caballo, el “Vigía”, al acecho siempre ante los posibles ataques de los bandoleros; detrás de él, la fila de machos, siendo el último de estos el de más solera, cargado de pienso, provisiones y mantas, colgándole de los costados dos grandes esquilas.
Tras la recua siguieron en procesión más de un centenar de jinetes y amazonas a caballo, cerrando la Matchá tres machos engalanados y cabalgados por los calvarios, portando el presidente del Club, Eliseo Fabregat, el estandarte del Santo.
Durante el recorrido se repartieron 30 kilos de embutido entre el público asistente.
Al llegar a una plaza con hoguera los jinetes a caballo le dan la vuelta y son obsequiados por la gente del barrio por diferentes tipos de cocas y un buen trago de agua ardiente. Cabe destacar la calle de la Carretera Vieja donde sus vecinos ven pasar la comitiva desde el portal de sus casas portando una vela en su mano iluminando el paso de la Matxá.
La vuelta finalizó en la calle Dr. Federico Michavila repartiendo 8000 prims en la propia sede del Club dentro de una magnífica organización, hecho que caracteriza al Club Taurino alcorino.
La noche concluyó con un ameno baile que comenzó en los postres de una sabrosa cena para todos los socios que se apuntaron al evento.
El Domingo tuvo lugar la Santa Misa en honor al Santo y una suculenta comida en el Lago Azul.
Enhorabuena al Club Taurino por demostrar una vez más estar completamente sensibilizado por las tradiciones de su pueblo, revindicando, en este caso, su amor por todos los animales. Vitol a Sant Antoni.