Cesar Rincón, torero de época
A medio día fue recibido en la estación del AVE de Valencia por el Presidente del Club, Eliseo Fabregat y por el vocal de la Junta Oswaldo Arroyo. El torero venía acompañado de Juan miguel Núñez, periodista y crítico taurino. Comieron en el restaurante La Espuela, gustándole al Maestro sus instalaciones taurinas. Antes de retirarse a descansar en el Hostal Alcora, visitaron la ermita del Calvario, donde el maestro Rincón besó los pies del Cristo con la devoción propia de un torero.
Por la tarde, en la sede del Club Taurino, su junta directiva le rindió los honores correspondientes, y tras firmar en el libro de Honor del Club brindó con cava valenciano por el club alcorino como ejemplo de afición, veteranía y seriedad, preocupado por el futuro de una Fiesta Taurina íntegra y sin trampas.
Con la presencia de la alcaldesa de la Villa, Merche Mallol, y del diputado provincial de asuntos taurinos, José Pons, dio comienzo el homenaje al maestro Cesar Rincón nombrándolo Torero de Época como reconocimiento a toda su vida profesional. Inició el acto el vicepresidente de Caja Rural, José Arcadio Granell quien le dio la bienvenida agradeciendo su presencia en Alcora. Prosiguió el presidente del Club Taurino, Eliseo Fabregat, quien dejó unas pinceladas a modo de aperitivo sobre la vida taurina del Maestro, dando la palabra al jefe de los servicios taurinos de la Agencia EFE quien magníficamente dirigió el acto con la profesionalidad que le caracteriza, entrevistando al diestro colombiano, intercalando su emotiva vida sentimental, con toda su trayectoria como matador de toros.
Nació en Bogotá en el seno de una familia humilde, siendo el menor de cinco hermanos y es enormemente familiar.
La primera vez que toreó una becerra lo hizo a los nueve años en su Colombia natal, en casa del ganadero Fernando Rey. Allí estaban Paco Camino y José Antonio Campuzano. Debutó con picadores en Talayuela (Cáceres) el 24 de Abril de 1982.
Evocó con mucho sentimiento la desgraciada muerte de su madre y de su hermana que perecieron quemadas tras declararse un incendio en su domicilio familiar tras extenderse el fuego de unas velas que lucían en oración, precisamente, para proteger al propio Cesar Rincón que toreaba en España por primera vez.
Dos motivos fueron principalmente los que decidieron ser torero a Cesar Rincón, la tremenda afición de su padre que fue un excelente fotógrafo taurino, y la ilusión de poder sacar a su familia de la penuria económica.
Tomó la alternativa a los 17 años en la Santa María de Bogotá de manos de Antoñete, con tan solo diecisiete novilladas picadas en su haber. Su testigo fue Cose Mari Manzanares. Confirmó en las Ventas el 2 de Septiembre de 1984 de manos de Manili y José Luis Vargas como testigo, ante un encierro de Lamamié de Clairac, no cortó ninguna oreja pero causó muy buena impresión.
En un mismo año salió cuatro veces seguidas por la Puerta Grande de Madrid, posteriormente lo hizo en dos ocasiones más.
Ejemplo de colocación, distancia, su forma de citar de largo dándole importancia al toro mostrándolo al público, su poderío, técnica, calidad y ambición por el triunfo, son las características del éxito de este torero honesto y luchador.
Se recordó la gran faena al toro Bastonito de Baltasar Ibán en la plaza de toros de Las Ventas. Faena de solera que lo consolidó como “Torero de Madrid” y él lo evocó lleno de orgullo.
La hepatitis C le marcó profundamente, llevada en principio en secreto para poder torear, pero cuando ya no pudo más tuvo que ausentarse de los ruedos durante varios años. Infección contagiada por una transfusión de sangre tras una cornada muy grave al entrar a matar en la plaza de toros de Palmira (Colombia), desgarrándose la arteria Femoral. Transfusión de sangre de varios aficionados, que en un principio le salvó la vida, pero que a su vez le contagió la enfermedad. Afortunadamente tras someterse a un estricto tratamiento médico se encuentra en la actualidad completamente restablecido.
Tras todo un año de despedida por todas las plazas de toros de España, su última corrida fue en la Monumental de Barcelona toreando con José Tomás y Serafín Marín el 23 de Septiembre del 2007, saliendo a hombros por la Puerta Grande envuelto por las banderas de Cataluña, Colombia y España. Siendo su despedida definitiva en la plaza de toros de Santa María de Bogotá en Febrero del 2008.
Desde entonces continua muy vinculado al mundo del toro criando reses bravas como propietario de dos ganaderías, una en Colombia: Las Ventas del Espíritu Santo, en honor y agradecimiento a la plaza que le dio la gloria, la de Madrid, y otra en España: El Torreón.
Despidió el acto el presidente del Club Taurino de Alcora, Eliseo Fabregat, resaltando el éxito conseguido por el ya veterano binomio Club Taurino – Caja Rural, por su gran capacidad de convocatoria de público que siempre rebosa el salón de actos en este importante ciclo de “Toreros de Época”, único en España, siendo con ésta su quinta edición.
Como rúbrica del homenaje los presidentes de ambas entidades organizadoras le hicieron entrega al torero, como es costumbre, de una preciosa placa de cerámica de Alcora, pintada a mano para la ocasión, con la inscripción del nombramiento de Torero de Época al maestro colombiano Cesar Rincón.
La velada concluyó con una cena homenaje al maestro galardonado en el restaurante Sant Francesc, marchándose el diestro con un grato recuerdo de Alcora y su afición.
Enhorabuena a la Caja Rural San José y al Club Taurino de Alcora por la excelente organización de este ciclo taurino tan importante con el que han conseguido que pasen por Alcora las más importantes figuras del toreo tanto del ámbito nacional como internacional. Esto es crear afición.