La sequía revela vestigios del pasado en un embalse de Castellón: un viaje en el tiempo bajo las aguas
Descubre el poblado que se esconde en este pantano
La sequía que azota la costa occidental del Mediterráneo ha traído consigo una inesperada consecuencia: la reaparición de vestigios históricos que permanecían ocultos bajo las aguas del embalse de Sitjar, en la localidad de Onda.
El bajo nivel del embalse, tal y como avanzamos en una noticia este mismo sábado, ha dejado al descubierto caminos, carreteras, bancales y ruinas de masías que se remontan a siglos atrás, ofreciendo una ventana única al pasado de la región. Uno de los conjuntos más destacados es el de la masía de Gaiatos, un importante núcleo rural que fue desalojado en 1956 para la construcción del embalse, y que gracias a las fotografías tomadas recientemente por Ismael Xiva y Clara Chiva, podemos observar como han salido a la luz a raíz de la sequía.
La masía de Gaiatos contaba con escuela, ermita y era el hogar de 61 personas mayores de edad en 1956. Su reaparición ha generado un gran interés histórico y cultural, aunque mucha gente desconoce de su existencia a día de hoy.
Esta masía tenía una ubicación privilegiada junto al río Mijares y estaba rodeada de campos fértiles que la hacían ideal para la agricultura y la vida rural.
A lo largo de los años, la masía fue testigo de diversas épocas y eventos históricos locales. Se convirtió en un centro de actividad agrícola y posiblemente también en un hogar para las familias que trabajaban la tierra circundante. Como muchas otras estructuras antiguas, la masía experimentó cambios y renovaciones a lo largo del tiempo, reflejando los diferentes estilos arquitectónicos y necesidades de sus habitantes.
Sin embargo, a medida que avanzaba el tiempo, el desarrollo de infraestructuras hidroeléctricas y de suministro de agua en la zona condujo a la construcción del Embalse del Sitjar. Este embalse fue completado en la década de 1980 con el propósito de proporcionar agua para riego y suministro a la región. Desafortunadamente, la construcción del embalse significó que la Masía de Gaiatos y otras estructuras cercanas quedaron sumergidas bajo las aguas, perdiéndose así parte de su historia y legado.
Su recuerdo y su historia siguen vivos en la memoria de aquellos que conocieron este lugar y en la documentación histórica que preserva su existencia. La historia de la Masía de Gaiatos es un recordatorio de cómo el progreso y el desarrollo a menudo implican sacrificios, pero también subraya la importancia de preservar y honrar el patrimonio cultural y natural de una región.
Como decimos, la sequía ha permitido recuperar parte de la memoria histórica de la región, pero también ha puesto de manifiesto la necesidad de tomar medidas para gestionar el agua de manera sostenible.
La escasez de agua es un problema cada vez más acuciante, y la reaparición de estos vestigios históricos es un recordatorio de la importancia de proteger este recurso vital.
Un futuro incierto
El futuro del pueblo fantasma del embalse del Sitjar es incierto. Es posible que las aguas vuelvan a cubrirlo cuando la sequía remita. Sin embargo, también existe la posibilidad de que las ruinas se conserven y se conviertan en un atractivo turístico.
En cualquier caso, este descubrimiento ha puesto de relieve la fragilidad del medio ambiente y la necesidad de tomar medidas para protegerlo. La sequía del Sitjar es un recordatorio de que el cambio climático es una realidad que ya está teniendo consecuencias en nuestro planeta.