El Arzobispo preside la misa solemne de las fiestas de la Mare de Déu del Rebollet, patrona de Oliva
Este año se conmemora el centenario de su declaración como patrona canónica
El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, presidió ayer en Oliva la misa solemne de la Festa Gran de la Mare de Déu del Rebollet, de la que este año se conmemora el centenario de su declaración, por la Santa Sede, como patrona canónica de la localidad valenciana.
Las fiestas culminaron ayer por la tarde con el volteo general de las campanas de todo el pueblo seguido por la misa solemne oficiada por el Arzobispo en la parroquia de Santa María de Oliva, ha indicado su párroco Fernando Cremades.
Después tuvo lugar la procesión con la imagen de la patrona por las calles de Oliva, desde la parroquia hasta la iglesia de la Virgen del Rebollet.
La celebración del centenario comenzó el pasado 8 de marzo, fecha de la firma de la declaración como patrona canónica de la imagen en el año 1922 por la Sagrada Congregación de Ritos tras la petición por parte del sacerdote Salvador Campos Pons y el entonces alcalde de la ciudad Joaquín Alemany Alemany.
Actos del centenario
Con motivo de este centenario, la imagen de la Virgen del Rebollet visitará el cementerio de Oliva el 1 de noviembre, solemnidad de Todos los Santos.
Desde que comenzaron las celebraciones en marzo, la patrona de Oliva ha recorrido las tres parroquias de la población -Sant Roc, San Francisco de Asís y la Asunción de Nuestra Señora- y la capilla de la playa este pasado verano, y ha visitado a las Hermanas Clarisas y la residencia Virgen de los Desamparados. PLAYA
También destaca la realización de una exposición fotográfica y pictórica de la Virgen del Rebollet en la cripta de la parroquia de Santa María, ya finalizada.
La imagen de la Mare de Déu del Rebollet es una talla de madera del siglo XIII, de aproximadamente 40 centímetros de altura, que representa a la Virgen sentada sobre un banco con el Niño sobre sus rodillas y dándole el pecho.
Los caballeros de la Reconquista custodiaban la talla en el castillo de Oliva. Al ser destruida la fortaleza por un terremoto, la imagen fue llevada en el siglo XVII al convento franciscano de la población, hoy convertido en iglesia, donde es venerada actualmente.