Teresa cumple 105 años y se convierte en la mujer más longeva de la historia de Nules
Teresa Martínez Alagarda ha vivido una larga vida con grandes historias
Nunca antes en Nules se había conocido a alguien que llegara a los 105 años y menos en las condiciones en las que se encuentra Teresa, una vecina que ya se ha convertido en la más longeva de la historia de esta población de la Plana.
Y es que, como explican desde su familia, lo de la longevidad lo debe llevar en los genes pues, hasta ahora, el récord en Nules lo ostentaba su propia madre, que falleció tres meses antes de poder cumplir esta misma edad. Además, su hermana Carmen acaba de cumplir 102 años.
Una larga vida con grandes historias
Teresa Martínez Alagarda nació el 12 de marzo de 1920 en el seno de una familia con profundas raíces nulenses. Hija de Vicente y Teresa, Teresita, como era conocida familiarmente, se crio en el carrer Sant Jaume junto a sus dos hermanas, Carmen y Soledad y junto a sus siete primos maternos, los Benlloch Alagarda, hijos de su tía Soledat. Por otro lado, su otra tía materna, Mª Rosa (Sor Miguela) era hermana de la Consolación, y vivía en Benicarló, en donde Teresa pasó largas temporadas con ella.
Estudió en el Colegio de Ntra. Sra. De la Consolación hasta que llegó la República y lo cerraron, continuando en la escuela que había en el actual edificio de la música, con Dña. Teresita.
Cuando tenía 16 años empezó la guerra y marchó, junto a su familia, a la casa de la playa, donde sus padres tenían dos casetas, las históricas construcciones de la fachada marítima nulense, donde pudieron alojar hasta a siete familias que buscaban salvar su vida durante los duros años del conflicto, como Teresa recordó recientemente, cuando se le hizo un reconocimiento público por su compromiso y contribución que completa la crónica de “les casetes” de les Platges de Nules como “lugar de memoria democrática”.
Y es que Teresa es un testimonio vivo de la guerra, y ha obsequiado con sus recuerdos a la Nulespèdia, la wikipedia local, aportando más conocimientos a la historia de su querido Nules, de donde tuvo que salir al entrar las tropas Nacionales del ejército franquista. Así, Teresa tuvo que irse de nuevo de su casa con su familia y pasó entonces el tiempo entre Burriana y Castellón, hasta que la guerra finalmente terminó.
Años más tarde, en 1950, con 29 años, se casó con Manuel Romero Vicent, conocido por Manolo “el Hueseto”, con el que tuvo 3 hijas: Teresa, Rosa y Carmen. Vivían en el carrer els Àngels.
Un centenario ligado al covid
El 12 de marzo del 2020 cumplió los 100 años y para celebrar su centenario su familia le preparó una bonita ceremonia en la capella de su querida Mare de Déu de la Soledat en la que intervinieron sus nietos y bisnietos. Además, el Ayuntamiento de Nules, también le rindió un bonito homenaje y le impuso la insignia de su ciudad, la cual recibió con mucha satisfacción. Dos días más tarde estaba, como toda España, confinada.
Un hecho que, como a todos sus vecinos, le marcó. Y es que, aunque vivió una guerra, Teresa asegura que la pandemia ha sido más dura para ella, por el confinamiento y por el sufrimiento de pensar en todos, especialmente en sus nietos, algunos “en primera línea”.
Ya en el filo de los 105 años, hace solo unos días, en el Día de la Mujer, recibió la insignia de oro de la ciudad. "No es solo un homenaje a su longevidad, sino también a su capacidad de adaptación, su sabiduría y experiencia”, expresó ese 8M la concejala de igualdad, Gemma Carratalá, para presentarla.
Y es que, Teresa, a pesar de haber nacido hace 105 años, "ha sabido adaptarse muy bien a cada momento que le ha tocado vivir, y ha sabido también transmitir su sabiduría y experiencia a todos los que han tenido la suerte de conocerla", explica su familia.
Ha conocido a 12 bisnietos
En la actualidad Teresa ha podido conocer a sus 8 nietos y 12 bisnietos, "contando al pequeño Manuel, que la cuida desde el cielo", explican sus familiares.
Sus nietos dicen que les ha transmitido "muchos valores y cultura religiosa y de su pueblo, del que se siente muy orgullosa", así como la devoción a la Mare de Déu de la Soledat.
Recuerdan también con mucho cariño las reuniones familiares los domingos, y las navidades. Disfrutaban todos juntos y no faltaba la paella, de la que comentan que la de su abuela era la mejor de todas. De hecho, su nieta Teresa define a su abuela como la persona más "piadosa, generosa y amorosa" que ha conocido, y añade que su mayor lotería es poder disfrutar de ella.
Pese a su longevidad siempre tuvo interés en aprender. Así, sabe leer y escribir, le gusta estar informada y no se pierde un telediario ni "los programas de política", como hacía su madre, y tampoco falta a su cita con las urnas.
También le encanta disfrutar de la familia y ver los videos de ceremonias familiares, explica su familia, aunque matizan que últimamente sale menos, pero pasea siempre que puede por la plaza Mayor, entra a rezar el Rosario a la capilla del Sagrario y, como ha hecho toda la vida, visita los viernes a la Mare de Déu de la Soledat, su queridísima patrona.