El miercoles “el Vell i la Vella de Mutxamel” nos avisan que ya ha pasado la mitad de la Cuaresma y queda menos para las celebraciones de Pascua
La tradición del “Vell i la Vella”, recuperada hace más de una década, consiste en dos muñecos, viejecitos ellos, que nos recuerdan que estamos en la mitad de la cuaresma y por lo tanto comienza la cuenta atrás, empieza a morir, y nos acercamos a la fiesta de la Pascua.
Estos viejecitos están sentados en una mesa y su menú es austero y sencillo, exactamente son dos huevos, una ñora frita, sardinas saladas y un manojo de las excelentes habas tiernas de Mutxamel.
Están sentados en la puerta de la Casa de “ El Saboner i El Castanyo”, en la calle La Séquia nº 34, se trata de la casa de un conocido vecino de la localidad muy implicado en las tradiciones y costumbres del municipio, que nos invita a todos a hacerles una visita.
Esta era una tradición de Mutxamel que se había perdido, consistía en que los vecinos sacaban a las puertas de sus casas estos muñecos de paja. Fue la familia de Antonio Alberola, “Tonet Camissó” y Manuela Vargas quienes decidieron recuperarla y para ello conto con la ayuda del artista Francisco Bernabeu, “El Pintoret” quienes hicieron posible los muñecos que actualmente se exponen.
La Pascua es una fecha importante para el mutxamelero, mediterráneo esencial, se celebra la resurrección, que para un pueblo tradicionalmente agrícola es el comienzo de los mejores tiempos para la cosecha. Era costumbre que el primer día de Pascua ir a Les Fontetes o Assub de Mutxamel, el segundo día al Pont de Busot y el tercer día al Calvari. En la actualidad las nuevas generaciones conservan el tercer día, martes de Pascua en El Calvari, donde muchas familias siguen llevando a los niños a comer la mona, saltar a la comba y a disfrutar de la partidita de cartas.