El Alcalde de Morella reconoce la hazaña de los tres espeleólogos morellanos
Los jóvenes Jordi (15 años) y Marc (13 años) han alcanzado la máxima profundidad a la que se puede llegar sin equipos de buceo (2080 metros) y han formado parte, junto a Jorge Membrado, de la expedición que ha superado el récord del mundo
El alcalde de Morella, Rhamsés Ripollés, ha reconocido públicamente la hazaña de los espeleólogos morellanos Jorge y Jordi Membrado y Marc Segura, miembros de la asociación de la ciudad ESPEMO, que han formado parte de la expedición que ha superado el récord del mundo de profundidad, en la cueva Krubera-Voronya, en la república soviética de Abjasia. El primer edil, acompañado de otros miembros de la corporación, ha recibido a los tres protagonistas en el Ayuntamiento y les ha hecho entrega de tres diplomas.
Cabe señalar que Jordi y Marc se han convertido en los más jóvenes (15 y 13 años) en alcanzar la profundidad de -2080 metros, que es la máxima a la que se puede acceder sin equipos de buceo. Se trata de una gran gesta, que podría tener incluso reconocimientos a nivel internacional. Además de los tres protagonistas, al acto ha asistido la familia de los espeleólogos y otros vecinos de la localidad.
El alcalde de Morella, Rhamsés Ripollés, afirmaba que “en nombre de todo el pueblo de Morella, quiero agradeceros el esfuerzo que habéis realizado, porque habéis conseguido una gesta sin precedentes”. Además, Ripollés indicaba que “este récord es un ejemplo de esfuerzo, trabajo y de capacidad de superación increíble y, de nuevo, gracias a los morellanos de ESPEMO el nombre de nuestra ciudad ha llegado a la sima más profunda del planeta”. Por último, señalaba que “habéis dado un gran ejemplo a los vecinos de Morella, de que con trabajo, esfuerzo y capacidad de superación, se pueden vencer todas las dificultades”.
La expedición consiguió un nuevo récord del mundo, gracias al ucraniano Gennadiy Samokhin, que fue el buceador encargado de recorrer el último tramo hasta los 2197 metros de profundidad. El equipo español trabajó en el transporte de material, equipamiento de cuerdas y revisión de cable de comunicaciones imprescindible para el éxito de la expedición. Los integrantes de la misma atacaron el récord del mundo tras 17 días en la cueva y alcanzaron la máxima profundidad a la que se puede acceder sin equipos de buceo (2080 metros) el día 7 de agosto.
