Monseñor Osoro: “Me atrevo a decir que no superaremos esta crisis mientras no dejemos hueco a la compasión de Dios, su amor misericordioso y su perdón”
En su carta asegura que “llegó la hora de tomar una decisión, a nadie nos gusta cómo se está desarrollando esta historia”
El arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, afirma en su carta de esta semana que “no podremos superar la crisis que hoy padecemos en España y en Europa y que se agrandará a otros lugares del mundo, mientras no dejemos hueco a la compasión de Dios, su amor misericordioso y su perdón”. Según el prelado, “los hombres no son transformados por real decreto, sino cuando dejan que Dios se acerque a sus vidas”. Por eso, “cuando se retira la fe al pueblo, estamos realizando el expolio más grande al ser humano”.
En su carta, que titula “La compasión, la misericordia y el perdón hacen todo nuevo”, monseñor Osoro empieza advirtiendo que “podemos tener la tentación en la Iglesia de convertir su misión, en estos momentos y ante las dificultades culturales, en una presencia de ilustrados que, además, nos sitúe en una permanente confrontación con los modos de pensar del momento”.
“¡Fuera de nosotros ese pensamiento!”
Sin embargo, y ante esa posibilidad de“creer que la fe es de minorías cualificadas y muy sensibilizadas y que la presencia de un pueblo creyente, que acoge en su vida la gracia de la fe que Dios regala, tiene menos valor”, el prelado expresa su total rechazo: “¡fuera de nosotros este pensamiento!”. En este sentido, considera que “en quienes son ilustrados hay glorias, pero también hay pobrezas y debilidades muy grandes”, entre ellas la de “marginar al pueblo sencillo”.
Por ello, defiende el Arzobispo que “no podemos hacer en la vida de la Iglesia esta división: cristianos de inteligencia y cristianos de segunda clase”, sino que “a todos se nos pide madurez y a todos se nos reclama vivir la fe con el nivel de inteligencia y de personalización con el que se vive la vida misma”.
“El expolio más grande al ser humano es retirar la fe al pueblo, a los más pobres”
Según monseñor Osoro, “cuando se retira de la vida diaria y de la historia la fe al pueblo y, sobre todo, a los más pobres, estamos realizando el expolio más grande al ser humano,le rompemos la identidad y los cimientos, le quitamos todo lo que hace nuevo lo que existe y que solamente nos lo da Dios: la compasión, el amor misericordioso y el perdón”.
La fe “es una gracia que recibimos de Dios para que podamos ser, pensar, elegir, actuar en verdad y en la verdad”, destaca el titular de la archidiócesis de Valencia, que añade que “la compasión, el amor misericordioso y el perdón que recibimos de Dios mismo, es lo que engrandece la vida del ser humano y lo capacita para dar eso mismo a los demás y establecer un régimen de convivencia que nace, no de legislaciones construidas por los hombres, sino de la novedad que Dios mismo pone en el corazón del ser humano”.
En su carta que titula “La compasión, la misericordia y el perdón hacen todo nuevo”, monseñor Osoro indica a los fieles cristianos que “todos los que tenemos experiencia viva de Dios hemos de ser, en medio de los hombres, torres de esperanza, fortalezas que sostienen la debilidad de los demás y cimientos que generan una nueva manera de ser y estar en el mundo”.
“No se transforma por real decreto al ser humano sino por dejarle acercarse a Dios”
Después de constatar que “a nadie nos gusta cómo se esta desarrollando esta historia que juntos hacemos”, el prelado asegura que “llega la hora de tomar una decisión, buscar otro camino diferente en el que aportemos novedad, empezando por nosotros mismos”.Para ello, propone monseñor Carlos Osoro “tomar la decisión de que sea Nuestro Señor Jesucristo quien nos cambie el corazón, porque, si no es así, todo serán repintes en nuestra vida que duran lo que un día de lluvia, un azote de viento o un calor que derrite y cansa”. Ahora ya, “no podemos hacer más repintes”, advierte el prelado.
“Me atrevo a decir que no podremos superar la crisis que hoy padecemos en España y en Europa y que se agrandará a otros lugares del mundo, mientras no dejemos hueco en esta historia y en el corazón de los hombres a la compasión de Dios, su amor misericordioso y su perdón”, concluye el arzobispo de Valencia.
En sus palabras finales, exhorta a “repensar nuestro momento histórico de Valencia, España y Europa desde aquí” porque “los hombres no son transformados por real decreto ni por votación, tampoco por habilidades doctrinarias que imponen la comprensión de la vida humana a fuerza de poder; antes bien, alcanzan la novedad más grande cuando dejan que Dios se acerque a sus vidas”.