Estudian un nuevo modelo de admisión en UCI en situaciones límite como la pandemia
Un profesor de la CEU UCH, entre los 28 expertos internacionales que propone un triaje ético cuando los recursos sanitarios son limitados
El protocolo de triaje de emergencia se aplica en situaciones de medicina de catástrofes, cuando las necesidades superan a los recursos sanitarios, en caso de desastres naturales, accidentes múltiples o ataques terroristas. El desarrollo de un criterio consensuado de evaluación clínica que fundamente la decisión médica en el triaje en estas situaciones es todavía una cuestión abierta, a pesar de que se han escrito diversos protocolos al respecto. La actual pandemia por COVID-19 ha planteado un nuevo escenario de aplicación del triaje de emergencia para la admisión de pacientes en UCIs. Investigadores de 28 centros sanitarios y universidades de diversos países han desarrollado una nueva propuesta, basada en cinco criterios éticos, para este tipo de triaje. Entre los expertos autores del modelo, publicado en Frontiers in Public Health, está el profesor de Bioética de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia, Emilio García Sánchez.
Según explican los autores del modelo, el primero de los cinco criterios éticos de esta propuesta se basa en contemplar los tres principios generales de la medicina de catástrofes: el bien del paciente debe considerarse en el contexto del bien común; nadie debe ser abandonado o discriminado por ninguna razón; y antes de denegar la derivación a UCI de un paciente es necesario plantear alternativas, tanto para ese caso individual como para los futuros, basadas en la experiencia médica.
El segundo de los cinco criterios éticos para la derivación de pacientes a UCIs en situaciones de emergencia, como la causada por la pandemia de COVID-19, establece que para determinar la prioridad de atención en cuidados intensivos, en caso de que esta no pueda ser dispensada a todos aquellos que la necesitan, “debe tenerse en cuenta la urgencia y gravedad de la situación clínica del paciente, considerando como objetivo ofrecer el mayor beneficio posible al mayor número posible de pacientes. Y esto sin discriminar a nadie a priori y sin buscar una compensación utilitarista y cuantitativa de los fallecidos por el número de salvados, según explican los autores de este protocolo en el artículo que acaba de ser publicado en Frontiers in Public Health.
Triaje, caso a caso
Para el profesor Bioética de la CEU UCH, Emilio García Sánchez, como para el resto de autores, es también esencial el tercer criterio del modelo, para su aplicación en caso de futuros rebrotes de COVID-19: “El tercer criterio establece que el triaje para la derivación a UCIs debe realizarse caso por caso y nunca en base a criterios estandarizados, como la edad. Este análisis de cada caso debe tener en cuenta tanto la situación clínica del paciente, como los recursos disponibles en el hospital. Y debe considerar las posibilidades de transferir pacientes a UCIs de otros centros siempre que sea posible”.
El modelo ético de admisión de pacientes en UCIs en el que ha participado el profesor de Bioética de la CEU UCH se completa con dos principios más: los tratamientos inadecuados no son aceptables en ninguna circunstancia y los cuidados paliativos, tanto físicos como espirituales, deben estar garantizados cuando sean necesarios. En cuanto a este último criterio, el profesor Emilio García Sánchez destaca: “Esta pandemia ha llegado cuando en España se iniciaba el debate sobre la eutanasia y se planteaba desde el ámbito sanitario la importancia de mejorar los cuidados paliativos para que la eutanasia no sea la opción que nadie desee”.
Equipo internacional
Los coautores de esta propuesta son profesores e investigadores del ámbito bioético, médico y jurídico de centros como el Instituto Nacional de Salud de Italia, el Campus Bio-Medico de la Universidad de Roma, el Hospital Infantil Bambino Gesù de la capital italiana, la Universidad de Insubria, en Varese, la Universidad de Camerino, en Maserata, y la Universidad Católica del Sagrado Corazón, en Roma (Italia); el Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia); el Hospital Universitario de Estrasburgo (Francia); las Facultades de Medicina de las Universidades de Yale, de Pittsburgh y de la Virginia Commonwealth University (Estados Unidos); el departamento de Medicina de la McGill University de Montreal (Canadá); la St Mary's University de Londres (Reino Unido); la Pontificia Universidad Católica Argentina, en Buenos Aires; la Universidad Panamericana de México; la Strathmore University de Nairobi (Kenia); la Universitat Internacional de Catalunya, la Universidad de Valladolid y la Universidad CEU Cardenal Herrera, de Valencia (España).