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Más de la mitad de los jóvenes con discapacidad en paro no ha trabajado nunca

Más de la mitad de los jóvenes con discapacidad en paro no ha trabajado nunca
  • En la Comunidad Valenciana, 1.059 menores de 25 años con discapacidad estaban inscritos como demandantes de empleo antes de la pandemia: “su desempleo se cronificará si no se les acompaña en el proceso de búsqueda”

  • Este porcentaje asciende hasta el 74% entre los jóvenes con discapacidad intelectual y desciende al 30% entre aquellos que acreditan discapacidad sensorial.

  • Un 61,4% de los jóvenes con discapacidad encuestados lleva más de un año en paro.

En el marco del Día internacional de la Juventud, que se celebra el próximo 12 de agosto, la Fundación Adecco, en colaboración con JYSK presenta su 5º informe Jóvenes con Discapacidad, motor de futuro, un trabajo que basa sus conclusiones en una encuesta a 250 menores de 30 años con discapacidad, apoyada en los datos del Servicio Público de Empleo Estatal y el Instituto Nacional de Estadística.

En esta edición, ante la mayor emergencia sanitaria, económica y social de nuestros tiempos, resulta inevitable señalar cómo la crisis económica derivada de la COVID-19 está impactando entre los jóvenes con discapacidad, que ya eran uno de los segmentos de la población más afectados por el desempleo y la exclusión antes de la pandemia.

La doble crisis de los jóvenes con discapacidad: en búsqueda de su primer empleo en el mercado de la COVID-19

Las consecuencias del estado de alarma y el confinamiento han sido desproporcionadas entre los profesionales jóvenes, según el reciente estudio “el impacto de la COVID-19 en el mercado de trabajo”, realizado por la OIT.  Dicho informe revela que la crisis del coronavirus ha tenido un triple impacto entre los jóvenes, ya que, además de destruir puestos de trabajos, impacta en su educación -ante el cierre íntegro o parcial de los centros de formación y el consiguiente retraso en el aprendizaje- e introduce nuevos obstáculos en el camino de los que buscan entrar por primera vez al mercado laboral, entre ellos, una competencia sin precedentes y unos sectores de actividad que han sufrido daños severos y cuya recuperación y perspectivas son inciertas en el corto plazo. Se habla del riesgo de que el legado de la COVID-19 se perpetúe entre los jóvenes y emerja una “generación del confinamiento” que tenga que hacer frente a los efectos de la COVID-19 durante toda su vida laboral.

Por otra parte, y según el citado informe, es significativo cómo más de la mitad de los jóvenes ha pasado a encontrarse en situación de vulnerabilidad frente a episodios de ansiedad o depresión desde que comenzó la pandemia.

¿Qué sucede en este escenario con aquellas personas que ya se encontraban en situación de riesgo de exclusión social antes de la COVID-19? Es el caso de los jóvenes con discapacidad, quienes tradicionalmente han tenido que sortear numerosos obstáculos para acceder a un mercado laboral aún desigual, debido a prejuicios y estereotipos muy arraigados en el imaginario social, así como a un desfase entre su formación y las necesidades empresariales.

Hoy, además de las tradicionales dificultades, los jóvenes con discapacidad tienen que hacer frente al terremoto económico derivado de la pandemia: gran parte de los sectores y puestos en los que habitualmente encontraban empleo, aún se están recuperando de los envites de la COVID-19 y con perspectivas de futuro inciertas: servicios de alojamiento, venta, restauración o servicio doméstico, son algunos de los que más han visto caer su número de afiliados.

Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco: “Si no se acometen medidas inmediatas de fomento de la empleabilidad en los sectores en auge, las secuelas de la COVID-19 afectarán durante décadas a la generación de jóvenes de nuestro país, y muy especialmente a aquellos con discapacidad que ya hacían frente a situaciones de discriminación y dificultades añadidas antes de la pandemia. Estamos en un escenario crítico para no dejarles atrás y evitar que las consecuencias económicas del coronavirus ahonden la brecha de desigualdad. Todos los esfuerzos han de ir encaminados al empleo sostenible como único garante para construir un futuro próspero, igualitario e inclusivo”.

Las cifras de la desigualdad: solo uno de cada 10 jóvenes con discapacidad tiene empleo

Lo más llamativo de los jóvenes con discapacidad en su relación con el empleo es la desigualdad que siguen experimentando en el mercado laboral y así lo avalan los principales indicadores de las fuentes oficiales.

  • La participación en el mercado laboral reflejada en la tasa de actividad es aún mínima entre los jóvenes con discapacidad, alcanzando un porcentaje del 23,9%, frente al 34,5% registrado para todas las personas con discapacidad. Además, esta cifra ha descendido ligeramente desde 2015, cuando la tasa de actividad entre los jóvenes con discapacidad se situó en un 25,1%. Mientras, la participación general de las personas con discapacidad en el empleo ha seguido la tendencia contraria y se ha incrementado del 33,9% al 34,5% actual. Entre las causas que subyacen a este descenso de la tasa de actividad de los jóvenes con discapacidad se encuentra una prolongación de la etapa formativa ante la falta de expectativas profesionales y unas dificultades crecientes para encontrar un primer empleo en un mercado cada vez más competitivo. Cabe destacar, asimismo, que entre los jóvenes españoles la participación en el mercado laboral (36,9%) supera en 13 puntos porcentuales a la de aquellos que tienen discapacidad, (23,9%).
  • La tasa de paro de los menores de 25 años con discapacidad (58,1%) es la mayor de todos los grupos de edad, representando más del doble que la general para el resto de las personas con discapacidad (25,2%) y superando en 24 puntos porcentuales a la de los jóvenes en general (34%).
  • La tasa de empleo, entendida como el porcentaje de personas que trabajan en relación con la población en edad laboral, sigue siendo residual entre los jóvenes con discapacidad y alcanza el 10%; en otras palabras: solo 1 de cada 10 jóvenes con discapacidad tiene empleo. La cifra asciende hasta el 25,8% entre el resto de personas con discapacidad y al 24,4% entre todos los jóvenes de nuestro país.
  • En 2019, solo el 7% de los contratos que formalizaron las personas con discapacidad fueron para menores de 25 años, mientras que para el resto de la población este grupo de edad concentró casi el 20% de la contratación, según el informe El empleo de las personas con discapacidad del Servicio Público de Empleo Estatal.

Más de la mitad de los desempleados jóvenes con discapacidad no ha trabajado nunca

La presente encuesta ha querido profundizar, además, en otras variables complementarias a las fuentes oficiales para identificar nuevos indicadores de desigualdad que afectan a los jóvenes con discapacidad en el mercado laboral.  A continuación exponemos los principales resultados:

  • Un 51,7% de los desempleados jóvenes con discapacidad encuestados no ha trabajado nunca y se encuentra buscando su primer empleo en un mercado golpeado por la pandemia.  Este porcentaje varía en función del tipo de discapacidad, ascendiendo hasta el 74% entre personas con discapacidad intelectual y hasta el 41,6% en los jóvenes con discapacidad psíquica. Asimismo, desciende hasta el 30% en los jóvenes con discapacidad sensorial y al 22% entre aquellos con discapacidad orgánica.

“Encontrar un primer empleo en un mercado en crisis supone un reto de dimensiones mayúsculas para los jóvenes con discapacidad, que ya atravesaban grandes dificultades antes de la pandemia.  En la Comunidad Valenciana, una de las comunidades más castigadas por la crisis, donde se han destruido 14.400 empleos de jóvenes en el último trimestre y con una tasa de riesgo de exclusión y/o pobreza del 30,2%, urge acompañarlos en este proceso a través de políticas activas de empleo que les doten de herramientas, recursos y formación para competir en el mercado y acceder a los sectores y empleos emergentes. Asimismo, es necesario intensificar las acciones de sensibilización para dejar de vincular la contratación de personas con discapacidad a filantropía o RSC, ligándola a competitividad y sostenibilidad empresarial. De otro modo, los jóvenes con discapacidad encuentran empleo en tiempos de prosperidad pero son los primeros en quedarse atrás en coyunturas desfavorables”- destaca Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.

  • Un 61,4% de los jóvenes con discapacidad encuestados es desempleado de larga duración (más de un año sin encontrar empleo), seguido de un 19,3% que lleva en paro entre 6 meses y un año; un 12,2% que lleva entre 1 y 5 meses y un 7% que lleva menos de un mes en búsqueda activa de empleo. Según el Instituto Nacional de Estadística, uno de cada 4 desempleados menores de 25 años lleva más de un año sin trabajo en España. Si bien el citado organismo no analiza la situación de las personas con discapacidad, los datos de la presente encuesta nos permiten inferir un importante desfase y una mayor tendencia a la cronificación del desempleo entre los jóvenes con discapacidad.

En la Comunidad Valenciana, con un 1.059 menores de 25 años con discapacidad estaban inscritos como demandantes de empleo antes de la pandemia: “su desempleo se cronificará si no se les acompaña en el proceso de búsqueda y se acometen medidas que les permitan conectar con las necesidades de un mercado en continuo cambio”- declara Francisco Mesonero.

Claves para encontrar un primer empleo en tiempos de COVID-19… y con una discapacidad:

La Fundación Adecco expone algunas claves para ayudar a los jóvenes con discapacidad en su acceso a un primer empleo, en un mercado en crisis:

  • Hoy más que nunca…competencias digitales. Las nuevas tecnologías son clave en todo el proceso de búsqueda de empleo: la mayoría de las ofertas de trabajo están presentes en portales online y los reclutadores buscan talento en la red, a través de plataformas como LinkedIn. Además, las empresas optan cada vez más por conocer a los candidatos de forma virtual: las videoentrevistas se han incrementado un 150% con la pandemia y han venido para quedarse.  Consejos para la realización de videoentrevistas

En este escenario, solo los profesionales que se doten de recursos y competencias digitales podrán competir en un mercado laboral tecnologizado No se trata de ser ingeniero de robótica o desarrollador big data, sino de ser capaz de utilizar las nuevas tecnologías de un modo eficiente, crítico y seguro, dominando algunos básicos como la navegación por internet, los buscadores, la redacción de correos electrónicos o el paquete de Office.

  • #PreparateParaElEmpleo. Si buscas un primer empleo, es fundamental que diseñes una estrategia que te permita dirigirte a unos objetivos determinados. Te dejamos algunas pautas:
  1. No busques trabajo “de lo que sea”, porque tendrás muchas posibilidades de ser descartado: las empresas buscan a personas que tengan un interés y una motivación especial para puesto ofertado. Por eso, la primera pregunta que debes hacerte es: ¿en qué quiero trabajar? ¿qué formación y capacidades tengo y dónde encajarían mejor?
  2. Analiza dónde está el empleo. Además de reflexionar sobre cuál es tu perfil profesional es importante que tengas en cuenta qué sectores tienen una mayor demanda: si te orientas a ellos, tendrás más posibilidades de encontrar trabajo en el corto plazo.  Durante la era COVID-19 hay algunas áreas que no han perdido fuelle como la industria alimentaria, la distribución, la logística y transporte o el e-commerce.  “Es el momento de poner el foco en perfiles como personal de almacén, repartidor, cajero, reponedor, operario de fábrica, operario de limpieza, recolector, personal de atención al cliente, administrativo, personal sanitario especializado y, en general, todos los perfiles tecnológicos que han sido los más demandados durante la pandemia y con perspectivas futuras que indican que seguirán tirando del empleo”-destaca Francisco Mesonero.
  3. Y después… construye tu propuesta de valor. No tener experiencia profesional no está reñido con tu capacidad para desempeñar un trabajo de la mejor forma posible. Si no puedes acreditar que has trabajado en otras empresas, céntrate en tus fortalezas, actitudes y valores. ¿Qué cualidades son valorables para el puesto al que estás optando? Identifícalas y analiza cuáles están presentes en tu personalidad.
  4. Transforma la discapacidad en ventaja competitiva: a la hora de construir tu propuesta de valor, ten en cuenta qué elementos de tu vida pueden ayudarte a explicar por qué eres un gran profesional. La discapacidad, lejos de ser un inconveniente, puede ser tu aliada para explicar cómo has desarrollado competencias como el esfuerzo, la paciencia, o la resiliencia, que son especialmente valoradas por las empresas en tiempos de crisis.

- ¿Indico que tengo discapacidad en mi currículum? La recomendación es solo indicarlo en caso de que se trate de una oferta publicada en un portal especializado, en la que se detalle expresamente que se demanda una persona con discapacidad. En los demás casos, no es necesario especificarlo, ya que la mayoría de los seleccionadores no son expertos en discapacidad y podríamos generarles dudas innecesarias que les conduzcan al descarte, aun siendo válidos para el puesto.

- ¿Cómo tratar la discapacidad en una entrevista de trabajo? Si durante la entrevista de trabajo o en algún momento del proceso de selección tuvieras que hablar sobre tu discapacidad, no dejes que sea un tabú y explícala con naturalidad. Lo importante es que el reclutador no se quede con dudas acerca de si puedes desempeñar el puesto de trabajo. Explícale con ejemplos prácticos cómo te desenvuelves ante ciertas dificultades y si precisas de alguna adaptación. Incluso, es recomendable que te ofrezcas proactivamente a responder todas sus dudas en relación a la discapacidad, pues ello proyectará una imagen de seguridad y confianza.

Déjate guiar por expertos. La Fundación Adecco pone a tu disposición recursos y herramientas que puedes utilizar para comenzar tu estrategia de búsqueda de empleo.

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