Denuncian que el Centro de Acogida a Refugiados de Mislata ha reducido su plantilla un 30%
Los sindicatos piden cubrir vacantes y bajas para atender a quienes escapan de la guerra
El sindicato CSIF advierte de la pérdida de un 30% de la plantilla de trabajadores del Centro de Acogida a Refugiados (CAR) de Mislata, único de estas características en la Comunidad Valenciana. El sindicato exige al Ministerio de Inclusión, Migraciones y Seguridad Social que cubra vacantes y bajas para ofrecer la mejor atención a las 120 personas refugiadas alojadas en las instalaciones.
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) explica que mientras que el CAR disponía en 2019 de una plantilla de 35 trabajadores, en la actualidad ha quedado reducida a 25. Esta circunstancia, producida por falta de cobertura de vacantes, por amortización de plazas y por no sustituir las bajas de larga duración, se plasma en una pérdida de calidad asistencial en todos los servicios por la sobrecarga de trabajo.
El sindicato señala que, por ejemplo, el personal de limpieza ha pasado de seis a tres efectivos. De igual modo, no se ha cubierto la plaza de administrador y tampoco existe ya técnico de mantenimiento. El número de profesionales en cocina, que cubre de lunes a domingo todas las semanas del año, se ha visto rebajado a seis, mientras que únicamente quedan dos camareras de piso para atender todas las habitaciones, al igual que solamente dos ordenanzas.
La central sindical explica que la pérdida de personal contrasta con el hecho de que el Centro de Acogida a Refugiados se encuentra lleno, con sus 120 plazas cubiertas. Esta situación provoca una sobrecarga de trabajo para una plantilla que ha mermado en un 30%.
CSIF reclama al Gobierno que de inmediato reponga la dotación de personal para alcanzar el nivel de 2019. El sindicato subraya que los centros de acogida a refugiados realizan una labor fundamental para atender a migrantes que escapan de países que sufren conflictos bélicos como el que está destruyendo en la actualidad Ucrania. Centros como el CAR de Mislata alojan a familias enteras mientras el Gobierno tramita su estatuto de refugiado y hasta que se lo admite o deniega.