Marea sube al escenario en Onda: “La gente viene a ver a los dinosaurios antes de que se extingan”
El grupo de rock ha cumplido 25 años y lo celebra con la gira “Sin riendas 2023”
Hace un cuarto de siglo cinco amigos se reunían por primera vez para componer y tocar juntos: Kutxi Romero, cantante; Kolibrí Díaz y César Ramallo, guitarristas, ‘Piñas’, con el bajo y Alén Ayerdi, a la batería.
Se trata del grupo musical de rock and roll, Marea, quienes se han convertido en leyendas, por su música y por su unión como grupo.
‘Los potros del tiempo’ es el disco con el que han celebrado sus bodas de plata que, además, se convirtió en top 1 en ventas durante la primera semana, ha recibido el disco de oro y ha sido galardonado con el premio Odeón a mejor álbum rock 2023.
El grupo, procedente de Berriozar, Navarra, sigue con su gira “Sin riendas 2023” y en sus 24 paradas por toda España, se encuentra la localidad de Onda, el 2 de septiembre.
En elperiodic.com entrevistamos a Kutxi Romero para conocer su gira más esperada de los últimos años por los fans de este experimentado grupo.
¿Cómo está yendo la gira “Sin riendas 2023”?
Excepcionalmente bien. Está yendo estupendamente, está viniendo mucha gente a ver a los dinosaurios antes de que se extingan, y eso nos congratula mucho. Ahora que nuestros hijos están en la edad universitaria, tendrán para sus gastos. Está muy bien.
Entonces, el público les ha acogido bien, ¿no?
Sí, supongo que porque somos los últimos. Es una de las giras a las que más gente está viniendo. No creo que sea porque hayamos hecho un disco excepcional, ya que, todos nuestros discos lo son, pero todos son prácticamente iguales. Quiero decir que, no es que haya habido un cambio significativo ni de calidad, ni de estilo, ni de nada.
Sí que es verdad, que las grandes bandas que hicieron el rock como nosotros los conocimos, lo vivimos, lo entendimos y lo interiorizamos, ya no están en activo. Somos los últimos inmortales, como MacLeod, solo puede quedar uno. Ya no van a pisar más las tablas ni los Leña, ni Rosendo, ni Barricada, ni Los Suaves, ni Platero y Tú, ni Extremoduro. Hemos llegado a un punto en el que la única misión que nos queda es mantener el rock como nosotros lo entendemos, es decir, que quede esa llama viva para que, si alguien arrima un palo, pueda encender una nueva hoguera, alguien de las nuevas generaciones. A estas alturas, ya no hay más pretensiones que esas.
¿Cuál es la esencia del disco “Los potros del tiempo”? ¿En qué se inspiraron para crearlo?
En el paso del tiempo. El Tempus fugit y el Carpe diem. El paso del tiempo es el hilo conductor del disco. Se me ocurrió a raíz de una taranta que cantaba El Cabrero, nosotros la ponemos de introducción en los conciertos, que dice “los potros del tiempo pasan, nadie los puede parar, parece que no te alcanzan, pero te dejan atrás porque son de pura raza”. Y, a partir de ahí, escuchando un día flamenco, dije voy a hacer un disco hablando del paso del tiempo ahora que ya somos veteranos. Y, dado que fue esa taranta la que me inspiró, decidí ponerle de título ‘Los potros del tiempo’ en un homenaje sincero al Cabrero.
¿Cuándo estás tiempo preparando un disco, ¿cómo se siente mostrar al público todo en lo que han estado trabajando?
A estas alturas, a los que son nuestros seguidores no les importa que les toques canciones nuevas, pero la gente que ha seguido más al grupo en sus primeros años quiere que les toques las canciones de siempre. Pero, yo creo que un autor para sentirse vivo tiene que seguir creando, si no, pierde lo más bonito y maravilloso de este oficio que es hacer canciones. Para mí es un arte supremo porque la música se crea desde la nada. Quiero decir que te metes en una habitación y sales con la canción. No hay un lienzo sobre el que pintar o una piedra con la que hacer una escultura, por ello, me parece un arte supremo. Para mí el momento de creación es maravilloso y mágico. Si esto lo reduces a actuaciones en directo, al puro mercadero o al público que solo quiere escuchar las canciones viejas es muy deprimente. Yo sé de buena tinta que muchas personas no quieren escuchar las canciones nuevas, pero el público sabe que siempre que sacamos disco nuevo lo vamos a tocar entero en directo.
Han cumplido 25 años, ¿cuál es el secreto para seguir juntos?
En contra de lo que hacen muchos grupos, equipos de futbol y empresas de trabajo temporal, saber que esto de la música no es ninguna de esas tres cosas y que cualquiera de nosotros cinco es imprescindible en nuestro grupo. Creo que somos el grupo más veterano que existe y que haya existido en activo profesionalmente con la formación original, que quiere decir desde el primer ensayo. Esto demuestra lo mucho que cuidamos las 22 horas que pasamos fuera del escenario, que es lo importante. Lo que pasa arriba del escenario es otra vida de lo que pasa fuera de él. Es como el sexo y el rock and roll.
¿Cómo ven el valor de la amistad?
La amistad va por encima de todo. Si no, fuera del escenario estaríamos solos como está la mayoría de los artistas que he conocido yo. Si a ellos les vale a mí me parece perfecto, pero a mí no se me ocurre ningún día insultarme con algún compañero del grupo. No ha pasado nunca, pero si pasara, a partir de ese momento no me resultaría factible seguir tocando juntos. Por encima de todo están las relaciones personales.
Antes has hablado de las dos vidas, una la que se vive en el escenario y la otra cuando estás fuera de él, ¿cómo es volver al escenario?
Yo nunca fui un tío muy de escenario. No es que no me guste, evidentemente, pero podría vivir sin subirme a un escenario, haciendo canciones. Tengo otro mundo que es la literatura, me apasiona la lectura. Y, bueno, tengo unos cuantos mundos más. Hay gente que solo tiene uno y es algo que me parece terrorífico. Yo tengo la suerte de tener dos o tres y poder refugiarme en cada uno según venga el temporal.
¿Tienen alguna sensación diferente a la hora de subirse al escenario ahora a hace 25 años?
No sabría decirte la verdad. Porque yo tengo la sensación de que es lo único que se hacer, pero ni siquiera tengo la certeza de que sepa hacerlo muy bien. Pero, creo que es el único de mis actos que agrada a bastantes personas. También, soy muy torpe y tengo que ensayar mucho, por lo que cuando llega la hora de salir al escenario, como que no siento los nervios por saber qué va a pasar porque creo bastante bien lo que va a pasar. Hay días que lo hago mal y otros que lo hago muy mal, mientras que no sea nefasto, al público y a mí nos vale con que lo haga mal.
¿Qué es lo mejor que les ha aportado la música en este cuarto de siglo?
Sobre todo, la creatividad, el poder desarrollar nuestras limitadas facultades musicales, lo que nos ha llevado a como si tuviéramos unas cualidades superlativas. Como somos tan ceporros, nos hemos tenido que esforzar mucho para hacer las canciones, los discos y las giras. Lo que a otro grupo le cuesta tres meses a nosotros nos puede costar tres años. Aunque dicen que el exceso de trabajo no justifica la falta de talento, yo creo que en algunos casos no es así.
Viendo el recorrido del grupo con perspectiva, ¿cambiaría algo de la trayectoria de Marea?
No, absolutamente nada. Si volviese atrás creo que competería los mismos errores de la misma manera que los cometí. Porque todos ellos, junto a los aciertos, me han llevado hasta aquí, que es un momento dulce. Entonces, creo que volvería a cometer exactamente los mismos. Tampoco ha habido nada imperdonable, me llevo bien con mi pasado.
¿Cómo definiría los 25 años de trayectoria de Marea?
Demasiado frenéticos. Si señor, demasiado frenéticos porque me acuerdo perfectamente del primer ensayo hace 25 años y eso me da mucho vértigo. Nosotros ya estamos en los 50 y cuando cumples cierta edad y ves una foto que te crees que es de hace dos semanas y es de hace cinco años te das cuenta de lo frenético y de lo implacable que es el paso del tiempo. Dicen que eso es señal de que ha sido gozoso y que ha sido bueno el tiempo que has pasado en esta tierra, pero yo no estoy tan seguro de que eso sea buena señal.
¿En algún momento se han visto fuera del panorama musical?
Siempre. Absolutamente siempre. El rock and roll en este país siempre ha estado fuera del panorama musical. El otro día vinieron 28.000 personas a vernos a Madrid y no salió ni una alusión en los medios de comunicación generalistas, lo cual a mí me da completamente igual y reafirma mi teoría de que nosotros no les importamos en absoluto. Pero bueno el sentimiento es recíproco, ellos tampoco me importan lo más mínimo. Supongo que todo eso se llama dinero, pero tampoco me preocupa lo más mínimo. Nunca nos hicieron falta, ni nosotros a ellos. Así que ellos que sigan por su camino y nosotros por el nuestro. Luego, en la industria de la música, en el rock, sí que nos hemos sentido queridos, nos hemos sentido arropados por toda la gente que admiramos. Hemos intentado ayudar a la gente nueva en la medida de lo posible y hemos hecho todo lo que hemos podido. El que hace todo lo que puede no está obligado a más. La pena es que yo puedo hacer poco, ya te digo, yo me saqué el DNI a la segunda.
Tampoco se tienen que quitar mérito…
Bueno hemos visto pasar a todo lo que se supone que iba a pervivir y los hemos visto pasar por delante de nuestros ojos, fallecer y enterrar. Al rock and roll desde finales de los 60 ya lo estaban enterrando. Eso se llama con una palabra que está muy de moda ahora: resiliencia. Y si algo somos La Marea es resiliencia, la vida no ha podido con nosotros, pero al final podrá, evidentemente.
El 2 de septiembre actuarán en Onda, cuando visitan la Comunitat Valenciana, ¿cómo les recibe el público valenciano?
Pues mira es un tópico, pero es la verdad. Nosotros cuando empezamos a mediados de los noventa y principios de los 2000, el 80% de las actuaciones, las hacíamos en el Levante. Yo recuerdo que hasta el año 2004, nuestras primeras salidas eran por allí. Los del levante sabían lo que era el rock and roll.