Localizados cuatro cañones anti lluvias en campos de la Comunitat Valenciana
La insistencia de Compromís desmonta la teoría de la conspiración y la CHJ ya ha abierto investigación
La investigación abierta por la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) a consecuencia de una pregunta parlamentaria del senador de Compromís por Castellón, Carles Mulet, ha destapado una vieja polémica que para muchos seguía siendo la teoría de la conspiración.
Y es que mucho se ha oído hablar de los cañones que deshacían las tormentas, más todavía cuando se ha atravesado un largo periodo de sequía, siempre había quien aseguraba que habían cañones que deshacían las tormentas.
Pues aquella teoría es una realidad. Así lo ha podido demostrar la CHJ en al menos dos poblaciones de la Comunitat Valenciana: Gavarda, en la provincia de Valencia, y San Rafael del Río, en la provincia de Castellón.
Así se desprende de las inspecciones realizadas por el guarda fluvial en ambas localidades los días 18 y 19 de enero de este año, a raíz de las preguntas formuladas por Mulet en el Senado.
En ambas poblaciones se desprende que las instalaciones de cañones antigranizo, o cañones sónicos, carecen de licencia municipal y de autorización por parte de la CHJ para su instalación.
ð§¨Canons sònics per rebentar les tempestesðª¨âï¸. Molta gent pensava era una teoria de la conspiració. Doncs no, ahí les fotos fetes per la Confederació Hidrogràfica del Xúquer. Per la nostra insistència han obert investigació. Les molèsties al veïnat són inacceptables. pic.twitter.com/0wy2ln3GQX
— Carles Mulet Garcia ðªð (@carlesmulet) March 28, 2022
Tras comprobar su existencia, desde la CHJ han asegurado que han iniciado los procedimientos sancionadores a los propietarios de estas instalaciones que suponen molestias para los vecinos. Así lo explica Mulet que señala que “en cuanto se ve una nube, se disparan cuatro o cinco petardos para deshacerlas, aunque no haya tormenta”. Y esto supone “molestias para los vecinos por el ruido”.
El senador explica que su instalación no está regulada, supone una clara alteración del ciclo del agua y, su instalación, “al agricultor le sale más barata que contratar un seguro”.
¿Qué son los cañones sónicos?
Aunque el hombre siempre ha soñado con manipular las condiciones meteorológicas, no fue hasta finales del siglo XIX cuando se trataron las primeras hipótesis sobre cómo conseguir deshacer tormentas a cañonazos.
Los primeros experimentos se realizaron en Estados Unidos con pólvora y nitroglicerina, según un artículo de la Universidad Nacional Autónoma de México, y ya al comienzo del siglo XX se optó por utilizar acetileno, un gas más ligero que el aire compuesto por carbono e hidrógeno, cuyas ondas expansivas son capaces de llegar hasta las nubes y controlarlas.
Pese a los avances, el acetileno sigue siendo uno de los materiales más empleados para estas tareas, junto al yoduro de plata.
Los cañones sónicos o antigranizo son dispositivos metálicos en forma cónica o de tubo con pocos metros de altura, fijados en el mismo terreno, que en los días de riesgo de tormenta, basta con preparar los cañones unas horas antes, aprovechando una mayor temperatura y las corrientes de aire ascendente y esperar a que las ondas expansivas se adentren en las nubes y disuelvan el granizo hasta convertirlo en simple lluvia.