ECONOMÍA Y NEGOCIO

Las limpiadoras de los institutos valencianos paralizan la huelga tras cobrar los pagos atrasados

LUCÍA GÓMEZ - 15/03/2019

La movilización había comenzado el 18 de febrero y afectado a 600 trabajadoras y 85 centros públicos

Las trabajadoras de empresas Limpiezas Raspeig y Netalia pusieron ayer fin a la huelga después casi un mes, tras haber cobrado los salarios pendientes y la nómina atrasada de febrero. La movilización, que comenzó el 18 de febrero y estaba prevista hasta abril, ha afectado en estos 26 días a 600 trabajadoras y 85 institutos públicos de enseñanza secundaria de las tres provincias valencianas, dependientes, entre otros de la Conselleria de Educación, Subdelegación del Gobierno y Tesorería de la Seguridad Social.

Por ello, el conseller de Educación, Vicent Marzà, se ha mostrado orgulloso porque “después de la presión de la Conselleria, la empresa ha pagado lo que debía a las trabajadoras”. Marzà también se ha posicionado al respecto en sus redes sociales, donde ha asegurado que la Conselleria permanecerá “a su lado” y vigilará que se efectúen los siguientes pagos.

Al mismo tiempo, desde el Comité de Huelga definen como “un éxito” la movilización puesta en marcha en febrero, a la que se sumaron el 75% de las limpiadoras de la empresa Raspeig y Netalia. Y es que el atraso de las nóminas se remontaba en algunos casos hasta 2017, una situación insostenible para las trabajadoras, que denunciaron que cada vez tenían más dificultades para hacer frente a pagos y llegar a final de mes o atender las necesidades cotidianas de nuestras familias". “Nadie trabaja sin cobrar, estas empresas no pagan en los plazos conforme al convenio de aplicación”, lamentaron días antes de comenzar la huelga.

Ahora, aunque esperanzadas porque la empresa les ha abonado la nómina de febrero, no descartan retomar la huelga el próximo 11 de abril si no reciben el cobro de marzo. Para las limpiadoras afectadas, la paralización de la huelga se trata de un “voto de confianza después de casi un mes aguantando el tipo”. La En este sentido, más allá de la precariedad contractural, las limpiadoras denunciaron las constantes situaciones de amenazas por parte de la empresa cuando no podían hacer frente a los costes de desplazamiento: “atente a las consecuencias”. "La gran mayoría tenemos jornadas parciales, con salarios medios de 600 euros al mes pero, las deudas, en muchos casos ascienden a más de 2.000 euros. Lo más duro, es la incertidumbre de no saber si por trabajar todos los días, se cobrará a final de mes, teniendo en cuenta que esta situación se lleva arrastrando desde hace años con estas empresas" lamentaron.  

Un mes después, esta situación parece haber cambiado y los sindicatos han puesto en valor el “seguimiento masivo de la huelga”, que ha permitido que las trabajadoras reivindicaran “el derecho a cobrar los salarios atrasados de hasta tres meses”, gracias a las numerosas movilizaciones y la “implicación de la Generalitat con el compromiso de buscar fórmulas que garanticen el pago de los salarios y las cantidades adeudadas”.

Por su parte, la empresa, a la que la Conselleria de Educación abrió un expediente para que realizara los cobros, ha reconocido que los impagos se debían a “un problema de la gestión de la tesorería de la propia empresa”.

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