La Vall estudia poner en marcha una 'campa de biomasa' a través de restos citrícolas
Así pues, esta 'campa de biomasa' se ubicará en los terrenos que el banco de tierras que ha puesto en marcha la concejalía de Agricultura y ocupará unas 30 hanegadas. Estas tierras, según Molina, “se aprovecharán para hacer la recogida de la leña de naranjos, astillas, pélets y briquetas de biomasa, también de procedencia citrícola”. “Esta campa se podrá usar, a la vez, para hacer cultivos energéticos”, continuó Molina.
El edil de Agricultura indicó que para poder llevar a cabo esta 'campa de biomasa' es necesario contar con la autorización ambiental, “en la que nos pondremos a trabajar el próximo mes de mayo si los ciudadanos vuelven a darnos su confianza en las elecciones municipales”.
Se trata, pues, de un proyecto que se incluye dentro del banco de tierras, que como explicó el edil cuenta, en la actualidad, con 70 hanegadas. Desde el departamento de agricultura del consistorio vallero continúan trabajando para que los propietarios de las tierras abandonadas cedan sus terrenos al banco de tierras para que a través de la concejalía se gestionen proyectos de este tipo o bien se alquile a personas que tienen interés en dedicarse a la agricultura. Así, a través del banco de tierras pondrá en contacto a los agricultores que quieran poner en valor sus tierras con posibles inversores que las mantengan en cultivo.
El abandono de tierras cultivadas tiene numerosos inconvenientes como la pérdida de capacidad productiva de la superficie agraria, proliferación de plagas de cítricos, pérdida de los derechos de agua de la finca, cambio en la calificación de los terrenos de regadío a secano, impacto paisajístico negativo y una inmensa pérdida de empleos y de oportunidades productivas, según Molina.
Junto a la planta de biogás, recientemente inaugurada y que está a la espera de recibir sus primeros purines, Molina confía en potenciar el sector agrícola, tan castigado en la actual crisis económica.