La Vall d'Uixó recupera el Árbol de la Paz: Un símbolo de esperanza se renueva
La obra de Pere Ribera, inacabada desde 2001, se completa este verano con hojas giratorias de acero inoxidable y una plataforma en su base.
El Ayuntamiento de la Vall d’Uixó restaurará este verano el árbol de la paz, en una actuación que va más allá de una simple puesta en valor de esta escultura de Pere Ribera. Y es que 21 años después, la obra quedará acabada tal y como la concibió su autor en 2001, cuando se realizó dentro del primer encuentro de artistas por la paz de la ciudad.
El concejal de Cultura, Jorge Marqués, ha explicado que esta propuesta nace del Consejo de Cultura, en el que están representadas las asociaciones y la ciudadanía. Por tanto, se da respuesta “a esa inquietud por que la cultura fuera abierta, de base y participativa”. Además para la Vall supone “seguir siendo un referente de paz, a través del Museu de la Pau, dentro de este contexto internacional de guerras y conflictos”, ha remarcado.
La restauración estará acabada en el mes de septiembre y se celebrará un acto público para presentar su resultado final. Pere Ribera ha avanzado que se instalarán 10 hojas de acero inoxidable de espejo, con mecanismo de rotación, que hará “que se muevan con el viento y produzcan destellos, como símbolo de luz”. Además se repintará toda la escultura y se colocará en su base una plataforma para delimitar el espacio que ocupa.
En este sentido, Marqués ha destacado la importancia de “hacer valer nuestro patrimonio, cuidando de esculturas como esta que transmite un mensaje de paz, derechos humanos, solidaridad, acogida y cooperación, que se proyecta a nivel local e internacional”.
El árbol de la paz se creó en diciembre de 2001 y durante cuatro años estuvo en el Palau de Vivel. En 2005 se trasladó a su ubicación actual, en la Glorieta Mahatma Gandhi (Estación de Autobuses). En aquél momento, el 30 de enero se encendían unas bolas de fuego en la parte superior, coincidiendo con el día escolar de la paz, mientras los niños y niñas leían deseos por la paz.
Aunque el autor concibió la obra para que el resto del año tuviera unas hojas en forma de llama, esta nunca se completó. Hasta este verano, en el que se cerrará el ciclo y el árbol de la paz lucirá acabado, tal y como lo ideó el artista local Pere Ribera y como ha pedido la Comisión de Cultura.