Los 16 kilómetros que separaron el diluvio de la sequía: así ha llovido este 2024 en la Comunitat Valenciana
Ha sido el año más cálido desde que hay registros, advierten desde la Aemet
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) hecho esta semana su resumen climático del año 2024 en la Comunitat Valenciana, el que ha sido un ejercicio de contrastes.
Así, la Aemet explica que el año 2024 ha sido extremadamente cálido y pluviométricamente normal en la Comunitat Valenciana, ya que la temperatura media de 2024 ha sido 1.4 grados superior a la del promedio climático normal y la precipitación un 4 % superior.
Así, a sido el año más cálido desde que hay registros y, desde la Aemet, recuerdan que los diez años más cálidos en la Comunitat Valenciana son todos años del siglo XXI, de los cuales nueve a partir de 2014 y los tres más cálidos son los tres últimos. El otro año que cierra este ranking fue 1994, que es el undécimo de la serie.
Un invierno con temperaturas de verano y un mar ardiendo
Además, el invierno del inicio del 2024 también fue el más cálido desde que hay registros y los días 15 y 16 de enero se registraron en los observatorios de València y Alicante las noches más cálidas de enero de las que hay constancia, con 18.3 °C y 16.8 °C, respectivamente. Por su parte, los días 24, 25 y 26 de enero hubo temperaturas excepcionalmente altas en el interior, entre los registros máximos destacan los 29.6 de Chelva. También se superó el récord de temperatura máxima en Morella durante dos días de forma consecutiva, con 22.5 °C el día 24 y 23.3 el día 25.
Asimismo, explican que las la temperatura superficial del agua del mar también ha sido uno de los factores que influyeron en que las temperaturas mínimas fuesen tan altas durante el verano. Y es que en las aguas costeras de la Comunitat Valenciana (20 millas mar adentro), la temperatura media anual ha sido 20.0 °C, el segundo año con las aguas más cálidas en nuestro litoral desde, al menos, 1940, tras los registros de 2022.
El mayor temporal desde el Gloria
En precipitaciones, aunque el año se califica como normal, lo más característico ha sido la irregularidad, con un régimen de precipitaciones alterado tanto en el espacio como en el tiempo, alternándose largos periodos secos con otros de lluvias torrenciales muy focalizadas en el interior norte de Valencia y en la provincia de Castellón. Así, el año comenzó con una sequía que fue agravándose paulatinamente y, tras la trágica DANA y los siguientes temporales, la situación cambió por completo en unos días.
Desde la Aemet recuerdan que este temporal de lluvias torrenciales que dio lugar a las catastróficas riadas en la provincia de Valencia, fue el de más precipitación acumulada en 24 horas desde enero de 2020, cuando la borrasca Gloria dejó precipitaciones generalizadas en todo el territorio.
"El histórico temporal de levante del 29 de octubre que dio lugar a las catastróficas riadas en la provincia de Valencia, ha sido el fenómeno meteorológico más destacado del año. Las precipitaciones torrenciales de ese día no tienen precedentes en localidades del interior y prelitoral de la provincia de Valencia. Estas extraordinarias precipitaciones en zonas de interior, en cabeceras de ríos y barrancos que tienen su nacimiento a 1000 m o algo más de altitud, originaron violentas riadas y barrancadas que llegaron a localidades del litoral donde no llovía, provocando la catástrofe hidrológica más trágica de las últimas décadas en España, con más de 220 fallecidos y daños millonarios en infraestructuras", explican desde la Aemet.
De la sequía al diluvio en pocos kilómetros
A principio de junio el déficit acumulado era casi del 60 % y a final de agosto del 40 %, pero con las lluvias torrenciales de final de octubre y la primera mitad de noviembre, cuando se acumuló la mitad de la precipitación del año, la situación pasó de déficit a un superávit del 20 %.
Y en el espacio, las grandes diferencias se aprecian en la estadística provincial. Así, mientras que en Castellón el año ha sido muy húmedo, con un superávit medio de precipitación del 27 %, en Alicante 2024 ha sido seco, con un déficit del 31 %. Por segundo año consecutivo el año ha sido seco en la provincia de Alicante, incluso el déficit de 2024 es superior al de 2023. Por su parte, en Valencia el año ha sido pluviométricamente normal, con un superávit del 4 %, aunque con gran diferencia dentro de la provincia entre el interior norte y el resto.
"Un caso extremo de los grandes contrastes queda patente si comparamos los registros de los observatorios del Aeropuerto de València y de Turís (Mas de Calabarra), situados a 16 kilómetros de distancia en línea recta", explican desde la Aemet, donde explican que "mientras que en el aeropuerto, con un acumulado de 236.9 l/m2, ha sido un año extremadamente seco, el más seco desde 1981, en Turís, con un acumulado de 1042.8 l/m2 ha sido extremadamente húmedo, el más húmedo desde 1989 y el segundo más húmedo de su serie". Precisamente una de las estaciones donde más llovió el día de la riada.
¿Dónde ha llovido más y dónde menos?
Durante 2024, varios observatorios de la Hoya de Buñol, la Ribera Alta y l’Alt Maestrat superaron los 1000 l/m2 de precipitación acumulada, aunque en zonas reducidas del territorio, pero el máximo se registró en el observatorio de Catí (l’Avellá), con 1100.8 l/m2, en Turís se registraron 1042.8, en la Casella (Alzira) 1032.3, en Chiva 1023.7, en Buñol 1014.8 y en Catí 1005.5.
En el otro extremo, en la zona de mínimos, la precipitación acumulada en 2024 fue de 144.4 l/m2 en Catral, de 150.1 en Elx/Elche y 150.4 en Elche (Maitino). Muchos otros observatorios del sur de Alicante, como el de la Universidad de Alicante, Novelda, Rojales, Rafal, Alicante, Hondón de las Nieves, Torrelamata, Orihuela, Callosa de Segura, aeropuerto de Alicante-Elche, Almoradí, Santa Pola, Cox, Crevillent, Redován, Monòver, Torrevieja o Petrer, registraron menos de 200 l/m2.
