Los jóvenes con discapacidad en la Comunitat Valenciana tardan el doble en encontrar empleo: 26 meses de media
Entre las barreras adicionales que motivan esta cronificación de su desempleo destacan un menor nivel formativo y la falta de oportunidades de capacitación, así como prejuicios y estereotipos que frenan su contratación.
El próximo 12 de agosto se celebra el Día internacional de la Juventud, un marco en el que la Fundación Adecco, con la colaboración de Wärtsilä, presenta su 8º informe Jóvenes con Discapacidad, motor de futuro. En esta octava edición se ha realizado una comparativa entre las personas menores de 30 años con certificado de discapacidad y aquellas que no lo tienen, en aras de detectar dobles barreras, dificultades e inquietudes en el ámbito laboral. El informe basa sus conclusiones en una encuesta a un total de 800 jóvenes, 100 de ellos de la Comunidad Valenciana y el 50% con discapacidad.
Luces y sombras en el empleo de los jóvenes con discapacidad
La generación zeta (nacidos a finales de la década de 1990 y principios del decenio 2000) ya ha realizado su incursión en el mercado laboral. Se trata de la cohorte de los nativos digitales, los que valoran la diversidad, enfocan de forma pragmática los problemas y se orientan al diálogo, entre otros atributos. Sin embargo, y al igual que sucede con la generación antecesora (los millennials o generación Y), los profesionales más jóvenes afrontan dificultades mayúsculas de acceso al mercado laboral, con una tasa de paro que hoy alcanza el 30%, frente al 13% general, según la EPA. Entre las causas de este elevado desempleo, hay que destacar la concatenación de crisis económicas que han vivido las generaciones jóvenes durante el tercer milenio: la Gran Recesión de 2008, la pandemia, el actual proceso de incertidumbre, la inflación sin precedentes y el incremento de los costes de producción, que moderan las contrataciones y dificultan el acceso a un primer empleo. Asimismo, existe un obstáculo estructural que se mantiene en el tiempo: una pronunciada desconexión entre las demandas empresariales y las competencias de la fuerza laboral joven. Esta brecha tiene su origen en un sistema educativo que no está suficientemente alineado con las necesidades del mercado laboral. y que es especialmente acusada entre los jóvenes con un menor nivel formativo.
En este marco, ¿qué sucede con los jóvenes con discapacidad? Indudablemente, además de las dificultades que ya afrontan las personas de su edad, ellos tienen que cargar con el estigma y los prejuicios asociados a la discapacidad, que siguen imperando en el imaginario social y que les asocian a profesionales con capacidades inferiores, más costosos o menos productivos, entre otros.
Por todo ello, el empleo de los jóvenes con discapacidad constituye todo un reto para la sociedad, un desafío que presenta luces y sombras que es conveniente analizar. Entre las primeras, un dato cuantitativo: en 2022 las personas con discapacidad firmaron un total de 11.286 contratos en la Comunidad Valenciana, un máximo histórico que representa un crecimiento del 12% con respecto al ejercicio 2021. Aunque las fuentes oficiales no ofrecen clasificación por edad, puede inferirse que los jóvenes con discapacidad también se han beneficiado de esta cifra récord y que, de hecho, son uno de los motores que impulsan al alza las contrataciones.