El IVAM presenta la exposición “Ramón de Soto. Reflexiones sobre la memoria” en la Fundación Gabarrón de Nueva York
La muestra, que podrá visitarse hasta el 1 de mayo, está comisariada por la directora del IVAM, Consuelo Císcar, y es fruto del convenio de colaboración entre la Fundación Gabarrón y el IVAM. Reflexiones sobre la memoria, reúne 10 piezas escultóricas y 14 dibujos (Tinta china sobre papel japonés), obras que en su gran mayoría pertenecen a la colección del IVAM.
La escultura en acero, que trabaja en gran medida De Soto, se consolida con los artistas que han interrelacionando ciencia y arte de una manera pasional y decidida.
Los volúmenes de las esculturas avanzan y retroceden en su medida dependiendo de la necesidad de comunicar que el artista precisa en cada momento. Su trabajo escultórico se embebe del primer constructivismo para participar activamente desde el compromiso personal en la investigación de nuevos lenguajes y asumiendo el hecho artístico como algo trascendente. En este contexto de compromiso, cabe situar la obra de Ramón de Soto y su posterior evolución
Apasionado por la mitología griega, el budismo, y cualquier sistema de creencias que pretenda llenar el sentido de la realidad social. De Soto muestra especial interés en la filosofía Zen. Esto lo vemos especialmente en sus mandalas (círculos mágicos), presentes también en la exposición (Mandala de la Luna 1997). Asimismo, Ramón de Soto mantiene una concepción antropológica de la obra de arte como instrumento capaz de ser utilizado para satisfacer necesidades.
De las funciones del arte las que más le interesan son aquellas que lo conciben como un medio para dar forma al conocimiento de la realidad y aquella que, en el proceso de transformación de la materia, varía la conciencia y la percepción de la realidad del artista, como refleja en sus series sobre Eros-Thánatos. En noviembre de 2006 el IVAM organizó la exposición “Reflexiones sobre Eros-Thánatos” que ofrecía un recorrido por las etapas más relevantes de la trayectoria del escultor a lo largo de cuatro décadas.
El escultor Ramón de Soto y Arándiga (Valencia, 1942) inició su formación artística en la escuela de Artes y Oficios de Valencia. Sus maestros fueron Hervás, Benjamín Suria, y trabajó en el taller del escultor Francisco Hernandis. Posteriormente, el artista estudió escultura en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, donde conoció la contemporaneidad gracias al padre Alfonso Roig, y en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid.
En el año 1963, crea en la galería Nebli de Madrid, junto a Ignacio Gómez de Liaño y Juan José Gómez Molina, el grupo Integración de las Artes y desarrolla sus primeras experiencias en el arte constructivista, en el pop-art y en el cinético. Asimismo estudia la poesía concreta, poco después forma parte de la asociación Arte Actual.
En el año 1968, forma parte del grupo Antes del arte, conjuntamente con Eusebio Sempere, Francisco Sobrino, José Mª Yturralde, Jorge Teixidor y Joaquín Michavila, así como el compositor Tomás Marco, grupo auspiciado por el teórico del arte Vicente Aguilera Cerní. Ejerció como profesor en la Escuela Superior de Arquitectura de Valencia y, posteriormente, en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid, en la que trabajó en colaboración con el arquitecto Antonio Fernández Alba.
En 1973, junto a otros artistas valencianos, fundó el grupo Bulto. Su trabajo como escultorse centra en el modelado y en la elaboración de una obra con referencias próximas a la abstracción y al constructivismo, caracterizada por su compromiso político y social, que le llevó en 1975 al exilio en Italia, donde entra en contacto con el crítico Rafaelle Degrada, e inició un periodo de investigación sobre las concepciones del mundo grecorromana, judeocristiana y la filosofía Zen y posteriormente, explora los conceptos de caos, de orden y del misterio (Dionisio-Apolo-Hermes.
Paralelamente a su trayectoria artística ha ejercido la docencia como profesor universitario en la Facultad de Bellas Artes de Valencia de la que fue nombrado vicedecano y creó el Departamento de Escultura, que dirigió como catedrático de esta disciplina.
Posteriormente fue decano de la Facultad de Bellas Artes de Altea, Universidad Miguel Hernández, y ha sido presidente del Círculo de Bellas Artes de Valencia. Actualmente es vicepresidente del Consejo Valenciano de Cultura de la Generalidad y posee la Alta Distinción de la Generalidad.
Ha impartido cursos, seminarios y talleres en diferentes universidades españolas y extranjeras, como en la Facultad de Artes Plásticas en LaHabana (Cuba), en la Universidad Musashino Art, Tokio, Saga Art College, Kyoto y Toyama, éstas últimas en Japón.